Al menos desde 2010, con un trabajo realizado por el Área de Ingeniería Química de la Universidad de Córdoba, hasta 2015, con otro estudio llevado a cabo por investigadores de universidades de Suecia e Indonesia, la investigación tenía en cuenta el pre-tratamiento para extraer el limoneno antes de su entrada en los digestores. Esta sustancia natural, procedente del aceite de las cáscaras de los cítricos y que les da su olor característico, se reconocía como impropia para lograr un rendimiento adecuado en dichos digestores y en la consiguiente producción de biogás.
Un estudio de Global Omnium, prolongación del proyecto LIFE ECOdigestión, del que fueron coordinadores, ha prescindido del mencionado pre-tratamiento y concluye que “el residuo de naranja tiene un elevado potencial para su uso en codigestión, no habiéndose detectado ninguna afección sobre la microbiología por la presencia de limoneno”. Sus promotores aseguran a Energías Renovables que “para la dosis óptima supone un incremento de en torno a 57 kWh/m3 de residuo”.
“A la depuradora llegan residuos de naranja de diferente procedencia, unos hacen extracción del limoneno y otros no, por lo que el estudio se ha centrado en analizar dosis habituales de trabajo y dosis superiores utilizando residuos con esta sustancia, sin extracción previa”, explican desde Global Omnium.
Esencial: conseguir la dosis óptima para cada digestor
El objetivo era ver el efecto de la codigestión de dichos residuos en dos digestores diferentes con sus propias poblaciones microbianas. Previamente, a escala de laboratorio se determinó la dosis óptima a aportar, “la que mayor cantidad de metano producía por unidad de residuo alimentado”, señalan responsables de la investigación.
Es importante determinar esa dosis óptima, porque a partir de ella se observó “una bajada en la producción de biogás por unidad de residuo alimentado debido a una inhibición (muerte por culpa del limoneno) o una sobrecarga puntual (las bacterias tienen una capacidad máxima de asimilación, que depende de muchos factores y ha de estudiarse en cada caso)”.
Los investigadores señalan que “estas conclusiones dan pie a poder tratar mayor cantidad de residuo de naranja a través de un estudio previo del digestor, que nos indica su capacidad máxima de tratamiento asegurando la estabilidad del proceso. Se abre así la puerta para aumentar la capacidad de tratamiento en las digestiones anaerobias de aquellos productores de residuo que no realizan la extracción previa del limoeno, bien por volumen o por costes del proceso”
Condiciones estables en los digestores de las EDAR
En cuanto al aumento de la rentabilidad, aseguran que “sería el equivalente al potencial de producción de biogás de la propia naranja que se pueda codigerir dependiendo del digestor (dosis óptima). En este caso, hablamos de 0.11 kgMV de naranja/m3 día (kilogramo de Masa Volátil por metro cúbico), con posibilidad de llegar a 0.95KgMV/m3 día sin alterar la viabilidad de las bacterias del digestor”.
Tras no detectar en la fase de laboratorio ninguna afección negativa sobre la biomasa, se procedió a proseguir la investigación a escala real, en las EDAR de Quart-Benàger y Gandía-La Safor, ambas gestionadas por Global Omnium. En este escalado aseguran que “los digestores se mantuvieron en condiciones estables con la introducción de los residuos de naranja”.
Global Omnium explica que “el uso del residuo de naranja en la codigestión en digestores de EDAR responde, por un lado, a la necesidad de encontrar residuos biodegradables que se encuentren en la cercanía de nuestras instalación para poder aumentar la producción de biogás y así maximizar las instalaciones y recursos disponibles en el marco de la economía circular; y, por otro, presenta la oportunidad para el productor y gestor del residuo de valorizarlo”.