A finales del pasado año, EurObserv’ER publicó el barómetro de la biomasa europea referido a 2016. En él se constata la subida en un tres por ciento del consumo de energía primaria a partir del uso de biocombustibles. Finlandia, que ya presenta unos números muy por encima de la media europea en producción y consumo, fue uno de los países cuyo crecimiento entre 2015 y 2016 superó esa media, llegando al 5,1 por ciento.
Si se siguen los cuadros del mismo barómetro, se aprecia que Finlandia ocupa el cuarto puesto en producción de energía primaria con biomasa y el quinto en consumo. Pero hay que tener en cuenta que los países que le preceden le doblan en número de habitantes, como es el caso de Suecia (diez frente a cinco millones), o multiplican su población por 17, por ejemplo Alemania.
Debido a esa relación consumo/habitantes, Finlandia vuelve a aparecer en un barómetro de EurObserv’ER en un primer puesto muy destacado en consumo bruto de energía con biomasa sólida per cápita. Sus 1,5 toneladas equivalentes de petróleo (tep) por habitante dejan lejos ya al segundo, Suecia (0,9 tep), y al tercero (0,7 tep), y en la cola a países como España (0,1 tep).
Megaplantas eléctricas y de redes de calor
Si de lo que se trata es de la producción bruta de electricidad con biomasa sólida sube a la tercera plaza con 10.603 teravatios hora, muy cerquita de los 10.800 de Alemania y más lejos de los casi 20.000 del Reino Unido. En generación de calor alcanza el segundo puesto, con 1,7 millones de toneladas equivalentes de petróleo, solo superado por los 2,5 de Suecia, otro país puntero en biomasa.
Todo lo anterior facilita que Finlandia aparezca también muy arriba entre los países con las principales plantas de generación de energía, sea en electricidad o redes de calor. Solo el gran complejo de Drax en el Reino Unido le quita el primer puesto. Y en térmica suma y sigue, ya que recientemente se inauguró una red de calor de 92 megavatios y se proyectan otras de similar envergadura.
Desde EurObserv’ER señalan que la razón principal de este liderazgo reside en “el aumento en la actividad de la industria de la madera, que genera una gran cantidad de residuos, subproductos y licor negro que se convierten en energía”, dentro de una política forestal que “presta especial atención a la preservación de los sumideros de carbono”.
38,7 por ciento de renovables gracias a la biomasa
En el mismo barómetro se afirma que “la cuota de energía renovable del consumo final de energía se situó en torno al 34 por ciento en 2016”. Sin embargo, a finales del pasado año, la embajadora en España, Jortikka-Laitinen, aseguró que "Finlandia alcanzó la meta que propone la UE con seis años de antelación, ya que en 2014 el consumo de producción de energías renovables alcanzó el 38,7 por ciento, con la biomasa como la principal fuente”.
Estas declaraciones tuvieron lugar durante unas jornadas que bajo el nombre genérico de Biomasa, concentró a varias empresas finlandesas que dieron a conocer las últimas novedades relacionadas con el sector en Madrid. En junio serán las empresas españolas y cualquier persona interesada en la biomasa como fuente de energía las que visiten Finlandia.
Viaje al centro de la biomasa
Según afirma uno de sus organizadores, Avebiom, “tras la jornada de Madrid se planteó la posibilidad de realizar una visita técnica a su país para conocer de primera mano los detalles de los exitosos modelos de negocio con biomasa de los finlandeses: en especial en aprovechamiento, técnicas de control de calidad y uso de astillas para uso térmico, así como de la eficiente gestión y tecnología en district heating (redes de calor) con biomasa”.
El viaje está planteado para los días 5 a 8 de junio y hasta el 4 de abril está abierta la inscripción al mismo. Además de Avebiom, participan en la organización Miksei, empresa de desarrollo económico en la ciudad de Mikeli; Inseltrade, consultora especializada en las relaciones comerciales con Finlandia; y el Cluster de la Biomassa de Catalunya.
La visita servirá para conocer también por dónde seguirá avanzando la biomasa en Finlandia, ya que, como se añade en el barómetro de EurObserv’ER, el país “planea introducir impuestos sobre la energía que probablemente fomenten el uso de biomasa forestal sólida y subproductos de la explotación forestal para las plantas de cogeneración y las numerosas calderas que abastecen las redes de calor urbanas”.
