Desde hace tiempo se escuchan mensajes parecidos, tanto desde el ámbito ecologista como desde el de la propiedad y la gestión forestal. Greenpeace en 2011 y 2015; la Asociación de Profesionales Forestales de España (Profor) y la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BIrdLife) en 2012; y diversos organismos de investigación en 2016, entre otros, han puesto de relieve el papel preventivo que puede jugar la bioenergía frente a los incendios forestales .
En la última edición de Salamq, Feria del Sector Agropecuario celebrada en Salamanca del 6 a 10 de septiembre, tuvieron lugar unas jornadas profesionales. Entre otras intervenciones, Patricia Gómez, gerente de COSE, alertó del “alto riesgo de incendio por el abandono de los montes, debido fundamentalmente a la falta de rentabilidad que obtienen sus propietarios, que dificulta los tratamientos selvícolas de prevención”.
Aprovechamiento energético frente a la matorralización
Tras exponer que España crece en superficie forestal pero “se está matorralizando”, creando “una enorme extensión cargada de combustible, preparada para arder, lo que atribuye a la escasez de recursos destinados a las labores de prevención y limpieza”, expuso algunas de las soluciones, entre las que aparece la bioenergía.
Gómez reivindicó la puesta en valor de los recursos naturales, el apoyo al mundo rural y el aprovechamiento energético de la biomasa, al igual que la necesidad de “generar discontinuidades en la masa forestal” en la lucha contra las llamas. “Aprovechar la biomasa forestal como bioenergía ayudará a los selvicultores a generar recursos económicos necesarios para realizar las labores preventivas”. Una consideración que basa, sobre todo, en el hecho de que ahora los recursos públicos “son mucho más escasos”.
La prevención en Castilla y León ha descendido un 75 por ciento en recursos
Por su parte, Olga González, gerente de la Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León (Fafcyle), recordó que “un gran número de incendios forestales se han producido en los últimos tiempos en León, Zamora, Salamanca y Ávila, y tienen un gran impacto a todos los niveles”. Demandó que el asunto “se tiene que tomar en serio”, en especial lo que se refiere a la inversión en materia preventiva, donde se ha registrado un descenso de los recursos en torno al 75 por ciento en seis años.
En los mismos días, WWF España sacaba una nota de prensa en la que constata que en España la temporada de incendios se confirma como una de las peores de la última década. Y alertan sobre uno de sus responsables: “como llevamos tiempo alertando desde organizaciones como WWF, y desde la comunidad científica, el cambio climático está alimentando incendios cada vez más grandes y destructivos, imposibles de abordar por los equipos de extinción: los llamados ‘superincendios’”.
Cambio climático y abandono forestal
Lourdes Hernández, portavoz de la campaña de incendios de WWF España, asegura que “estos ‘superincendios’, alimentados por el cambio climático y el abandono forestal, no se apagan con agua. Mientras sólo el 20 por ciento de la lucha contra el fuego se siga dedicando a prevención, estaremos condenados a sufrirlos”.
WWF España coincide con el sector forestal en que “para poner fin a la situación de abandono y aislamiento que arrastra desde hace décadas el medio rural y forestal hace falta voluntad política: planes de prevención ambiciosos y eficaces que hagan los montes menos vulnerables al fuego, con gestión forestal sostenible o la recuperación de usos y aprovechamientos”.