La Comisión Europea (CE) lleva años trabajando en un esquema o taxonomía de finanzas y actividades sostenibles que orienta a los agentes financieros y las empresas sobre los proyectos y actividades que se alineen con las políticas de descarbonización de la Unión Europe, Pacto Verde y Estrategia de Biodiversidad incluidas. El miércoles pasado presentó varios documentos en esa línea.
Por un lado, presentó un acto delegado de taxonomía climática elaborado por el Colegio de Comisarios para aclarar qué actividades económicas contribuyen más a la consecución de los objetivos medioambientales de la UE. “El acto delegado se adoptará formalmente a finales de mayo, una vez se disponga de traducciones en todas las lenguas de la UE”, afirman en la nota de prensa.
En segundo lugar se adoptó una propuesta de directiva de información de las empresas en materia de sostenibilidad para “mejorar el flujo de información sobre sostenibilidad en el mundo empresarial” y “que la información sobre sostenibilidad por parte de las empresas sea más coherente y fiable”. Por último, se presentaron también seis actos delegados para que también “los asesores, gestores de activos o aseguradoras incluyan la sostenibilidad en sus procedimientos y su asesoramiento en materia de inversión a los clientes”.
EPure: "se perpetúa el mito de alimentos vs biocarburantes"
La asociación europea del etanol, ePure, tardó poco en criticar estos acuerdos. Como el resto de sectores vinculados a la bioenergía (biogás, biocarburantes y biomasa sólida), consideran un avance positivo que la esta no se considere una energía transitoria, sino clave para alcanzar los objetivos de descarbonización a través de las inversiones en ella. Sin embargo, considera que el acto delegado “perpetúa el mito contraproducente y desacreditado durante mucho tiempo de alimentos contra combustible, al restringir la contribución del etanol renovable de cultivos a los objetivos climáticos”.
El acto de delegado no menciona a los biocarburantes en este aspecto cuando afirma que se han introducido ajustes “para reconocer mejor los diferentes procesos de fabricación y delinear distintas actividades, ampliar el alcance de algunas actividades, por ejempo revisar el umbral de emisiones para la producción de hidrógeno, y permitir cultivos alimentarios y forrajeros de fuentes sostenibles en la fabricación de plásticos y productos químicos orgánicos”.
La necesidad de alinear la taxonomía con la directiva actual de renovables
“La CE da el paso contraproducente de afirmar que los cultivos de alimentos no podrán utilizarse para producir biocombustibles, a pesar de la necesidad obvia y creciente de estos para cumplir los objetivos de descarbonización”, afirman desde ePure. Además, al igual que el resto de asociaciones del sector, critican la contradicción entre algunas restricciones admitidas en este paquete de finanzas sostenibles y los criterios de sostenibilidad que ya se exigen en la directiva de energías renovables, actualmente en revisión en cuanto a esos criterios.
Es lo que afirma Bioenergy Europe, que se complace “en ver modificaciones en el paquete con respecto a la simplificación de las métricas y los requisitos de la directiva”, pero lamentan, en palabras de su secretario general, Jean-Marc Jossart, que “la Comisión pierda la oportunidad de alinear completamente los requisitos con los de la legislación existente”. “Debería promoverse la igualdad de condiciones cuando se combinen combustibles de biomasa sólidos, gaseosos y líquidos sostenibles”, apostilla Jossart.
Según la EBA peligra el biometano en el transporte
La Asociación Europea del Biogás (EBA, en sus siglas en inglés) ve también el vaso medio vacío aún. De entrada, acoge con satisfacción la decisión de etiquetar la producción de biogás a partir de la digestión anaerobia como una actividad baja en carbono porque “reconoce su valiosa contribución a la neutralidad climática, a pesar de que los criterios elegidos no están completamente alineados con la directiva de energías renovables”.
La EBA también valora que se respalde “el papel del biogás y el biometano en el suministro de electricidad y calor renovables y la necesidad de integrar gases con bajo contenido de carbono en las redes de gas natural existentes”. Hasta lo positivo, porque enseguida consideran que “los criterios adoptados dejan en el aire el uso de biometano en el sector del transporte”.
La principal preocupación de la EBA es que el paquete presentado el miércoles “adopta el enfoque del tubo de escape para medir las emisiones de CO2 y eso impide reconocer los beneficios climáticos del biometano, sea comprimido o licuado”. El análisis completo del ciclo de vida del biometano favorece la contabilidad de sus emisiones frente a otros combustibles alternativos, ya que se en la mayoría de las ocasiones se produce de forma local y con la reutilización de residuos orgánicos.
Confianza en el proceso hasta la aprobación final de la taxonomía de finanzas sostenibles
“Destinar inversiones ecológicas solo para vehículos de emisión cero, de acuerdo con un enfoque de escape, penalizará fuertemente la ampliación de soluciones sostenibles, como el biometano en el transporte por carretera y marítimo, así como en los segmentos no electrificados de la red ferroviaria”, advierten desde la EBA. Además, recuerdan que “la taxonomía de la CE impone restricciones demasiado estrictas al uso de gas renovable en los sistemas de calefacción de edificios y no identifica los aparatos de gas de alta eficiencia y las bombas de calor híbridas como activos sostenibles”.
EBA, Bioenergy Europe y ePure confían en que en el proceso de elaboración y aprobación del documento final de la taxonomía de finanzas y actividades sostenibles de la CE se introduzcan cambios que mejoren los aspectos criticados. En Bioenergy Europe aseguran que “el sector toma nota de que el acto delegado tiene como objetivo ser un documento vivo, que evolucione con el tiempo, y que continúe su colaboración con la CE para sus futuras revisiones”.