“España es el tercer país europeo en recursos absolutos de biomasa, por lo que las directrices y las políticas palanca del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia deberían contar con estos modelos para impulsar la bioeconomía y los valiosos impactos positivos que induce. Sin duda, esta será una apuesta segura para la recuperación de los territorios”.
Esta es una de las principales conclusiones extraídas del seminario web sobre los modelos productivos sostenibles basados en la biomasa celebrado ayer y organizado por Bioplat. Según Margarita de Gregorio, coordinadora de esta plataforma, “se podrían invertir más de 10.000 millones de euros en modelos productivos basados en la bioeconomía a lo largo de esta década, lo cual permitiría contribuir sustancialmente a los objetivos de las políticas medioambientales, energéticas, economía circular, reindustrialización, reto demográfico y transición justa”.
De Gregorio lamentó “la infrautilización de todo tipo de recursos biomásicos en España, pese a ser una de las potencias europeas”. Puso como ejemplo que “contamos con una superficie forestal de 27.664.674 hectáreas (57 por ciento del total) y somos el primer productor mundial de aceite de oliva y el primer productor europeo de ganado porcino”, para destacar los recursos que se podrían obtener de estas actividades.
Situación favorable para los combustibles sostenibles en la aviación
Diferentes empresas y organismos expusieron en la cita digital organizada por Bioplat las opciones que tiene la biomasa para descarbonizar la aviación, generar biometano de forma distribuida, integrar bioprocesos en refinerías, generar bioenergía y bioproductos a partir de la biomasa forestal, producir microalgas, aprovechar integralmente los subproductos del olivar y desarrollar biorrefinerías de residuos urbanos.
En el apartado de la aviación, Daniel Brousse, técnico experto de Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica (Senasa), organismo dependiente del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, advirtió que “la situación actual para el desarrollo de este tipo de combustibles sostenibles para la aviación es bastante favorable: en la ley de cambio climático se hace referencia a los combustibles sostenibles y a nivel europeo se lleva a cabo la iniciativa RefuelEU, que pretende establecer el marco para la implantación de un objetivo anual para estos combustibles”.
La bioeconomía de los subproductos del olivar y de los residuos sólidos urbanos
Hubo exposiciones que hablaron de las posibilidades que ofrecen diferentes corrientes de residuos orgánicos. Guillermo Rodríguez, del Instituto de la Grasa (IG/CSIC), habló sobre el potencial de los subproductos del olivar y de las oportunidades que ofrecen, así como de la necesidad de "establecer sinergias entre procesos para disminuir al máximo los residuos que se generan en la biorrefinería”.
En el caso de los residuos sólidos urbanos, Natalia Alfaro, gestora de proyectos europeos en Socamex, del grupo Urbaser, adelantó que trabajan en “un nuevo modelo de biorrefinería que permite cerrar el ciclo de los materiales, contribuyendo a conseguir el vertido cero, convirtiendo los residuos en productos de valor añadido y aumentando los ingresos”. “El nuevo modelo de biorrefinería es la solución a futuro para la gestión de los residuos orgánicos municipales”, apostilló Alfaro.
“El papel indispensable de la bioenergía y los biocombustibles en la transición verde”
La 29ª edición de la EUBCE y segunda que se realiza de forma digital vuelve a dotar de un papel importante a la bioeconomía y con ella a la bioenergía. Un día antes del encuentro de Bioplat tuvo lugar su inauguración, donde también hubo una invitación a una mayor apuesta institucional en este campo. En concreto se invitó a las personas que siguen la conferencia, y a otras, a unirse a una petición dirigida a las instituciones de la Unión Europea para que se reconozca “el papel indispensable de la bioenergía y los biocombustibles en la transición verde”.
“La Comisión Europea, el Parlamento Europeo y los gobiernos estatales deben garantizar que el papel de la bioenergía sea reconocido y priorizado de manera consistente”, sostienen los promotores de esta petición. Aprovechan además para criticar que “en los últimos tiempos, un debate tóxico, desequilibrado y engañoso en torno a la biomasa y la bioenergía ha cuestionado la existencia misma de esta fuente de energía sobre la base de preocupaciones de sostenibilidad cuestionables”.
“La bioenergía es hoy el sector energético más regulado en lo que respecta a la protección del medio ambiente en el marco de la directiva de energías renovables”, sostienen en la petición. El cuestionamiento que critican, que procede de varios frentes (ecologistas, ciencia, política…), es uno de los fundamentos que puede llevar a modificar unos criterios de sostenibilidad de la biomasa de la directiva que aún no se han puesto en práctica.