Durante la presentación a mediados de abril de los resultados de la compañía en 2019, Greenalia hacía unas previsiones para 2021 con respecto a la planta de biomasa situada en Curtis-Teixeiro (A Coruña) de unas ventas anuales de 37 millones. Pero se puntualizaba: siempre que la actual situación no lo impida, porque la instalación lleva casi parada varias semanas.
Una vez obtenida la autorización para vender electricidad desde el 1 de marzo, el estado de alarma les cogió con las últimas pruebas y la necesidad de que los técnicos encargados de supervisarlas viajaran a Galicia para tal cometido. Todo quedó suspendido. Ahora afirman que “se ha iniciado ya el trabajo de sincronización de la planta y se prevé que a finales de mes pueda regresar a la normalidad pre-COVID-19”.
En una situación similar se encuentra la otra gran planta de producción de electricidad con biomasa que se construyó a partir de la primera subasta de renovables, la de Forestalia en Cubillos del Sil (León). Era la última que tenía previsto entrar en operación de las cuatro resultado de dicha subasta: Ence en Puertollano, Ciudad Real (50 MW), y en Huelva (46 MW), Greenalia en A Coruña (50 MW) y la de Forestalia (50 MW).
Forestalia en fase de pruebas en Cubillos del Sil
Desde la empresa aseguran que “la planta está en fase de pruebas” y que “en marzo alcanzó en tiempo y forma las autorizaciones necesarias, en los plazos que fijaba la subasta de enero de 2016”. Sin embargo, reconocen que “como consecuencia de las limitaciones laborales por la coyuntura sanitaria, la fase de inicio de operación comenzó en las últimas semanas, con varias semanas de pruebas y puesta en funcionamiento”.
Puntualizan que no ha habido contratiempos destacables, más allá de “algún inconveniente para encontrar alojamientos a personal de la planta, pero no pasan de ser cuestiones de mera logística del personal”. “La fase de pruebas se está realizando con normalidad”, apostillan. Tanto la construcción de la central como su operación la lleva a cabo Acciona.
Ambas plantas dicen no haber parado en el necesario acopio de biomasa de cara a su completa entrada en funcionamiento. Greenalia afirma haber cumplido con su objetivo de “suministro de biomasa forestal de origen exclusivamente local, con una distancia media de procedencia de 60 kilómetros a la planta de Curtis, limitando así las emisiones de su transporte”.