La semana que viene se presenta crucial para conocer el futuro de los biocarburantes de cultivos, y muy especialmente del biodiésel de aceite de palma, dentro de la nueva directiva europea de energías renovables. Todo comienza el lunes 11 de junio, con el Consejo de Ministros de Energía, al que debería acudir ya la nueva ministra que se encargará de las políticas energéticas de España, Teresa Ribera; y seguirá el 13, con el diálogo a tres bandas entre Parlamento, Comsión y Consejo europeos.
Este es el motivo por el cual ONG como Ecologistas en Acción y Transport & Environment (T&E) renuevan sus esfuerzos para que países como España, Italia y Francia cambien el sentido de sus posturas y opten por secundar propuestas como las del Parlamento Europeo. Esta institución aboga por eliminar la consideración de renovable al biodiésel de aceite de palma en 2021.
Para ello, estos grupos ecologistas publican hoy un informe en el que sostienen que “los camiones y vehículos diésel quemaron más de la mitad (51por ciento) del aceite de palma que se usó en Europa en 2017, según los últimos datos de Oil World, la consultora de referencia en los mercados del aceite”.
Más aceite de palma en los coches que en galletas, cremas de chocolate y champú
El dato de consumo que exponen es un 13,5 por ciento mayor que el que dieron a conocer en junio de 2016, donde llegaba al 45 por ciento, y que entonces dio por bueno la patronal europea de la industria de los aceites vegetales (Fediol). También entonces daban un 16 por ciento de consumo de este aceite para producir calor y electricidad; que ahora rebajan al diez por ciento, por lo que el uso total para bioenergía se queda en el 61 por ciento.
Es decir, que uno de los biocarburantes más cuestionados desde diferentes ámbitos “empequeñece las cantidades de aceite de palma utilizadas en otros productos como galletas, cremas de chocolate, champú o pintalabios, que en conjunto supusieron un 39% del aceite de palma utilizado en Europa en 2017, el punto más bajo de la pasada década”, resaltan los ecologistas.
“El aumento de las emisiones y la deforestación no lo causan directamente los biocarburantes”
Desde España, la sección de Biocarburantes de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) recuerda que “todos los biocarburantes consumidos en la UE, incluido el biodiésel de palma, tienen certificada su sostenibilidad”.
Manuel Bustos, director de APPA Biocarburantes, añade que “el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero o la deforestación de las selvas que mencionan los ecologistas no lo causan directamente los biocarburantes consumidos en la UE, sino otros sectores y países que utilizan las mismas materias primas sin ninguna exigencia de sostenibilidad, impactos que se atribuyen injustamente a los biocarburantes”.
En España, aunque se mantiene como la materia prima más utilizada para producir biodiésel, ha descendido a números por debajo incluso de 2015. Según el último informe estadístico de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, ha pasado del 72 por ciento en 2016 al 62 por ciento en 2016 (en el caso del hidrobiodiésel es del cien por cien). Son diez puntos menos que hay que atribuir principalmente al aumento de la importación de aceite de soja.
Entre la "eliminación" y un posicionamiento moderado
Para Ecologistas en Acción y T&E se trata en cualquier caso de un “consumo desmesurado” que “ha supuesto una enorme expansión del cultivo de palma aceitera, sobre todo en Indonesia y Malasia, donde se produce el 85 por ciento de la demanda global”. “Una expansión –inciden– que genera graves problemas de deforestación y de drenaje de turberas, además de la emisión a la atmósfera de enormes cantidades de gases de efecto invernadero”.
Por este motivo piden a Teresa Ribera, que como nueva ministra deberá defender la posición española “en la que será la primera prueba de fuego de la política energética y climática del nuevo Gobierno español”, que “apueste por la eliminación de las ventajas del biodiésel”. El foro será el Consejo de Transportes, Telecomunicaciones y Energías del próximo lunes.
Esto afectaría notablemente a la industria española, que depende en gran medida del aceite de palma como principal materia prima para biodiésel e hidrobiodiésel, por lo que Manuel Bustos pide al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez que “no adopte en este asunto posicionamientos precipitados sin antes haber valorado los argumentos expuestos y haber conocido en detalle nuestra posición”.