El uso de la biomasa es, junto a la gestión de lodos, uno de los ejemplos más claros del desarrollo y la aplicación de la economía circular haciendo una doble labor: producir una energía limpia y renovable, y, además, recuperar residuos de origen natural como los forestales u otros productos de la gestión industrial como pueda ser el orujillo o las maderas.
Tres son los grandes retos de la biomasa en la actualidad: la colaboración industrial, la logística y el desarrollo tecnológico, así como una regulación acorde con la situación actual y a futuro.
La colaboración industrial, clave en el desarrollo de la biomasa
Convertir en energía limpia aquello que, de otro modo, generaría problemas medioambientales es una de las bases de la economía circular. Todo parte de una filosofía: el total aprovechamiento de los recursos disponibles. Como explica Antonio Cortés, CEO de Grupo Neoelectra, “no es solo una cuestión de tecnología, sino más bien de actitud: la industria y los productores de energía hemos de trabajar juntos para lograr el máximo de eficiencia energética y, en este proceso, es clave la valorización energética de los residuos”.
Un claro ejemplo de esta colaboración es el complejo industrial de Neoelectra en Fuente de Piedra (Málaga), en el que se convierte, entre otras cosas, el orujillo en energía eléctrica y fertilizante. El orujillo es el residuo generado cuando se concluye el proceso de elaboración del aceite de oliva. Se trata de un proceso de valorización energética sostenible y respetuoso con el medio ambiente, evitando que se vierta a los ríos con la consiguiente contaminación de los acuíferos, entre otros riesgos añadidos como pueden ser, incluso, el de autocombustión o la suciedad que genera.
El proceso para su recuperación y conversión en electricidad se inicia cuando el alperujo, el primer residuo de la producción del aceite, se lleva a unas balsas en las que fermenta para secarse posteriormente utilizando los gases de escape de la planta de cogeneración de Neoelectra ubicada en el complejo. De ahí se extrae una parte que es el aceite de orujo y el propio orujillo, que convenientemente tratado, se utilizará para generar vapor y electricidad. Los gases producidos en el proceso se depuran para que no sean contaminantes tratándolos con un multiciclón y un electro-filtro.
Además, como explica Antonio Jesús Martínez, responsable de Biomasa de Grupo Neoelectra, (ver entrevista) “este no es el único proceso que se realiza en la planta de biomasa de Fuente de Piedra. Porque en esta planta se aprovecha absolutamente todo y es un modelo de gestión de economía circular coordinado, en este caso, con la industria aceitera”.
Junto al proceso de tratamiento del orujillo, la planta trata también residuos forestales, agrícolas y de jardinería para obtener electricidad. Esto viene a mejorar, aún más si cabe, la actividad de la planta, ya que el orujillo tiene un componente estacional, no está disponible todo el año, sino solamente después de la cosecha de la aceituna.
La capacidad de la planta de tratar de manera conjunta y en el mismo proceso diferentes tipos de residuos aporta importantes ventajas, sobre todo en términos de eficiencia. Según el responsable de biomasa de Neoelectra, “hibridar estos residuos garantiza mantener siempre un stock para proporcionar el cien por cien de biomasa que necesita la instalación, independientemente de la época del año y obtener cerca de 7.800 kilovatios hora (kWh) de manera constante”.
Entre los nuevos proyectos, Neoelectra está desarrollando un sistema para obtener fertilizantes a partir de las cenizas generadas por el orujillo, reduciendo de manera sustancial su PH.
Avances en tecnología: gasificación y logística
El desarrollo tecnológico y la gestión de la logística es otro de los factores esenciales para el desarrollo de la biomasa. En lo que respecta al primer punto, son esenciales los procesos de gasificación, es decir, convertir en gas de síntesis los residuos. Esto es precisamente lo que hace la planta de Neoelectra en Villacañas (Toledo), en la que se genera energía eléctrica a partir de la biomasa residual de varios procesos industriales de la zona, y de residuos procedentes del sector maderero.
El tratamiento de este tipo de recursos, en especial de los residuos forestales, es una cuestión fundamental, no solamente por el propio hecho de valorizarlos, sino también para garantizar la limpieza de los entornos forestales y contribuir a evitar incendios como los que se vienen produciendo todos los veranos.
La gestión logística es otro de los grandes retos para el desarrollo de la biomasa. La logística especializada es una actividad fundamental en la generación de energía a través de biomasa, ya que, para su funcionamiento, es necesario transportar grandes cantidades de residuos de distintas tipologías hasta las plantas de producción. “Se necesitan vehículos especializados para un transporte eficiente de productos de gran volumen, como pueden ser los restos forestales o los desechos de agricultura”, explica Guillem Borràs, director de Neoelectra Logística y especialista en la materia. “Para que las plantas de biomasa puedan funcionar de manera continua y competitiva es necesario que cuenten con una logística especializada que les proporcione el material que les sirve de combustible con una frecuencia adecuada y a un precio asequible”, añade Borràs.
Un marco regulatorio adecuado
Además de los aspectos estrictamente tecnológicos o comerciales, el pleno desarrollo de la biomasa depende también de la existencia de una regulación adecuada que le permita aplicar todo su potencial. Por ejemplo, Martínez propone que “sería conveniente fomentar un sistema de ayudas que incentive la recuperación de los recursos, en especial de los recursos forestales, una cuestión fundamental para evitar los incendios”.
Por su parte, Antonio Cortés, CEO del Grupo Neoelectra cree necesario potenciar sistemas que apoyen el desarrollo tecnológico para que las instalaciones se adapten a las nuevas necesidades y al proceso de transición energética. En este sentido, recuerda que la cogeneración puede jugar un papel fundamental y complementario.
En el ámbito regulatorio, la biomasa tiene una oportunidad con el reciente compromiso del Gobierno de celebrar una subasta de 140 MW “durante el resto de este 2021”.
Cortés considera que “son necesarias importantes inversiones que no se van a poder realizar si no existe un marco regulatorio claro; no puede darse una situación similar a la que estamos viviendo con la cogeneración, en la que desde el año 2013 está pendiente un plan renove y una subasta, que el Ejecutivo actual anunció para finales del año pasado y que aún no se ha llevado a cabo”. El CEO del Grupo Neoelectra entiende que “para el pleno desarrollo de la biomasa es necesaria una visión de futuro y no centrarse exclusivamente en el corto plazo, porque el proceso de transición energética no se acaba mañana y va a ser necesaria la contribución de todos”.
•Entrevista a Antonio Jesús Martínez, responsable de Biomasa de Grupo Neoelectra
