El bagazo representa el treinta por ciento de los tallos verdes molidos y es el principal residuo fibroso del proceso de recolección y procesamiento de la caña de azúcar. Según datos de la Irena referidos a 2018, casi el veinte por ciento de la potencia mundial instalada para producir electricidad con biomasa se basa en el bagazo: 18.500 de 95.600 megavatios.
Aunque, de largo, el principal productor es Brasil, con 11.300 megavatios, fuera de Sudamérica la segunda región del mundo con una mayor implantación es Centroamérica/Caribe, con 2.532 megavatios. Coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente (hoy, 5 de junio), Alianza por la Solidaridad (AxS) denuncia “la insostenible situación social y ambiental que genera un producto que reduce acuíferos y contamina ríos básicos para la vida”.
A partir de aquí, la ONG anuncia que prepara una investigación en Nicaragua, El Salvador y Guatemala que clarifique los impactos reales en una población muy afectada por el cambio climático. No obstante, hay que pensar que la caña de azúcar no se cultiva directamente para generar electricidad, sino para producir edulcorantes y licores. También se produce bioetanol, pero en el caso de Centroamérica/Caribe es testimonial.
Sin embargo, AxS recuerda que en algunos países como El Salvador “este cultivo sigue creciendo porque el Consejo Nacional de Energía ha decidido fomentar la producción de biocombustibles con este producto, gracias al apoyo de instituciones como la Organización de los Estados Americanos (OEA)”.
Guatemala principal productor y principal señalado
El país de Centroamérica y el Caribe que más electricidad produce con bagazo es Guatemala, con casi la mitad de la potencia instalada en la región: 1.094 megavatios. Es aquí donde se centra principalmente la denuncia de AxS: “la mayor parte de la población se ha visto desplazada a tierras menos fértiles, mientras unas pocas corporaciones se han hecho con la costa sur, la zona agrícola más rica del país, donde se cultivan extensas plantaciones azucareras, bananeras, de palma africana y de hule”.
AxS añade que “en época seca, acaparan el agua de ríos y acuíferos, mientras que cuando llegan las lluvias practican el bombeo del agua excedente, desviándolo a parcelas comunitarias, que exponen a graves inundaciones”. Reconocen que generan empleo, pero “el noventa por ciento de los jornaleros no alcanza el salario mínimo, sobre todo si son mujeres”. Y añaden que “la industria está, casi en su totalidad, en manos de unas cuantas familias poderosas y acaudaladas”.
Importante fuente de generación renovable, empleo y divisas
Un informe de la Asociación Bancaria de Guatemala sobre el cultivo de caña de azúcar asegura que “cada año se aprovechan más de cinco millones de toneladas de bagazo para generar energía renovable, y en tiempo de zafra aportan el 32 por ciento de la demanda eléctrica del país”. Esta generación evita cada año la emisión de 1.5 millones de toneladas de CO2, según el Instituto Privado de Investigación sobre Cambio Climático de Guatemala.
El informe también destaca que esta industria genera 82.000 puestos de trabajo directos y 410.000 indirectos. Igualmente, concluye que "dentro de los principales aportes para el país, está el de ocupar el segundo puesto como fuente de ingresos de exportaciones, generando así más de mil millons de dólares en divisas". Guatemala es el quinto mayor exportador mundial de azúcar.
“Riesgo para sus vidas”
Alianza por la Solidaridad insiste en denunciar los efectos sociales y ambientales para toda la región:”a la nefasta gestión del agua se suma la contaminación por agro-tóxicos, que afecta a la salud de las poblaciones cercanas y los trabajadores, la profundización de pozos en la capa freática, la toxicidad en el aire por la quema de la caña, los vertederos en los ríos, etcétera”.
También destacan la desigualdad de género ya que “en especial son las mujeres quienes se encargan de cuidar y velar por la siembra y producción de los huertos y parcelas familiares. A ello hay que añadir la explotación laboral y la inseguridad para las personas que lideran la oposición a estos proyectos empresariales, con riesgo de sus vidas”.