“La biomasa es una oportunidad de producción energética limpia, pero sólo si se cumplen estrictos requisitos”. Con este titular Ecologistas en Acción presenta su propuesta de regulación en Cataluña que atañe a la bioenergía y que responde a este otro título: “Proyecto de orden por la cual se establece el régimen de obtención de la calificación de orientación energética de los terrenos forestales y agrícolas al ámbito de Cataluña y se establece la garantía de la trazabilidad. La ONG se suma así a otras como SEO/BirLife y Greenpeace, que en su momento ya apoyaron a la bioenergía como instrumento de prevención de incendios.
En una línea similar a Ecologistas en Acción, en junio de este año, la revista y portal Soberanía Alimentaria analizaba cuál es según su criterio la biomasa más sostenible y descartaba la destinada a mantener el "sobreconsumo de energía eléctrica" y apoyaba la producción de energía térmica aprovechando biomasa forestal, residuos o subproductos derivados de la actividad principal. Pero Ecologistas en Acción no descarta la electricidad, de hecho menciona el daño hecho por el real decreto ley 1/2012 a la biomasa y solicita a la Generalitat de Cataluña que presione y se modifique “esta situación inaceptable, porque en caso contrario el desarrollo de esta fuente de energía renovable será testimonial y la orden habrá resultado inútil”.
Ni mucha agua, ni excesivo desplazamiento, ni OMG ni agroquímicos del petróleo
La ONG tiene claro que “ante problemas como el cambio climático y la dependencia de los combustibles fósiles, fomentar y regular el aprovechamiento energético de la biomasa es necesario si se quiere conseguir un cambio de modelo energético”. Reconoce las ventajas de esta renovable: balance cero de gases de efecto de invernadero a medio plazo si todo el proceso se hace de la forma adecuada; capacidad para regular la producción de electricidad, “necesario en un mix de generación cien por cien renovable”; papel importante en la prevención de incendios con el aprovechamiento de la biomasa de residuos forestales; y desarrollo y revitalización en numerosas zonas rurales.
Pero para que estas ventajas se confirmen, Ecologistas en Acción pide que el proyecto de orden de Cataluña contenga ocho aspectos que son extrapolables al resto del Estado. Como principio, entienden que “la biomasa no es ninguna panacea para solucionar problemas como el cambio climático o la dependencia energética”, y que “reducir el consumo energético tiene que ser la máxima prioridad". Cuatro de las ocho propuestas se centran en los cultivos energéticos. Exigen que no entren en competencia con la producción de alimentos, que no sean grandes consumidores de agua, que se utilicen técnicas de agricultura ecológica y no agroquímicos derivados del petróleo y que no se permita ampliar nuevas tierras de cultivo que se dejaron de cultivar hace cinco años o más (“en ningún caso se pueden sustituir bosques por cultivos”).
Una sexta petición radica en evitar los largos desplazamientos de biomasa. “No tienen sentido desde un punto de vista del aprovechamiento energético”, afirman, y ponen el ejemplo de que “en Cataluña se ha llegado al absurdo de exportar biomasa a Italia”. Otro punto habla de “evitar peligrosas tentaciones de desarrollar organismos modificados genéticamente (OMG) para obtener una alta producción de productos energéticos (aceites, azúcares, celulosa, etc.), o incluso organismos completamente artificiales (nuevas técnicas de biología sintética), que presentan un enorme riesgo de dispersarse en la naturaleza y provocar plagas devastadoras”. Por último, recuerdan que “no se tiene que olvidar que las plantaciones forestales no son bosques y no se pueden considerar propiamente como ecosistemas naturales”.