El Gobierno municipal de Madrid con Manuela Carmena como alcaldesa ya avanzó que su apuesta por la biomasa era limitada y que quedaba condicionada a una futura regulación de su uso. Nunca llegó. Antes llegó José Luís Martínez-Almeida a la alcaldía, que desde un primer momento, en la primera convocatoria de subvenciones para el cambio de calderas, pasaba por alto a la biomasa.
Tras la publicación hoy en el Boletín Oficial del Ayuntamiento de Madrid del decreto que aprueba la convocatoria de subvenciones para la renovación de instalaciones térmicas de calefacción y climatización de 2021, se confirma la ausencia total de la biomasa como alternativa a las calderas de carbón, gasóleo o las menos eficientes con otros combustibles.
El Ayuntamiento remite a la Ordenanza 4/2021, de 30 de marzo de calidad del aire y sostenibilidad para explicar esta ausencia. En ella se dice textualmente: “con el objeto de mejorar la calidad del aire de la ciudad, se excluyen del porcentaje de contribución de energías renovables para cubrir la demanda de agua caliente sanitaria los sistemas de generación que produzcan emisiones contaminantes producto de la combustión, como la biomasa”.
Combustibles que no exijan transporte motorizado
El decreto de convocatoria de ayudas añade que la finalidad de las mismas es “reducir las emisiones de elementos contaminantes y mejorar la eficiencia energética que genera el sector residencial y comercial en la ciudad de Madrid”. También excluye cualquier combustible que exija transporte motorizado y explica que la sustitución de equipos generadores de calor que utilicen carbón o gasóleo se hará con ”otros conectados a redes urbanas de gas natural o electricidad”.
Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de la Biomasa (Avebiom), considera que “el Ayuntamiento de Madrid está desaprovechando las ventajas que supone el uso de la biomasa como fuente renovable y sostenible de energía térmica para sus vecinos; creemos que puede ser por desconocimiento de la tecnología y los extraordinarios avances logrados en los últimos años”.
Equipos modernos de biomasa: 70% menos de CO2 y 50% menos de partículas
Desde Avebiom recuerdan que los equipos modernos y tecnificados de biomasa para calefacción y agua caliente en el ámbito residencial están sujetos a los estrictos valores que establece la legislación europea (reglamentos de ecodiseño y de instalaciones de combustión mediana (entre 1 y 50MW) en lo referente a emisiones y eficiencia energética. Díaz añade que “los fabricantes de toda Europa han trabajado con mucha responsabilidad y profesionalidad logrando situar a los nuevos equipos entre las soluciones de generación de energía doméstica más limpias y a mejor precio para el consumidor”.
Avebiom también expone estudios recientes llevados a cabo en Austria (centro Bioenergía y Tecnologías Sostenibles, BEST) y Francia (Agencia de la Transición Ecológica, Ademe) que “han demostrado que es posible reducir emisiones de CO2 y partículas de forma simultánea aumentando el uso de sistemas de calefacción doméstica con biomasa”. En concreto constataron reducciones del más del 70 por ciento de CO2 y del 50 por ciento en partículas al sustituir equipos de calefacción de gas, gasóleo o leña por biomasa”.
“No es buena idea dejar a un lado ninguna de las tecnologías renovables disponibles”
En la página web del Miteco constatan también que el gas contribuye a reducir este tipo de emisiones en comparación con otros combustibles fósiles. Pero las emisiones siguen existiendo. En el caso del CO2 consigue reducirlas en un 40-50 por ciento comparado con el carbón y 25-30 comparado con el fuel oil. Y aunque no emite partículas en suspensión, sí emite óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO2) y metano (CH4).
Según Javier Díaz, “la clave para descarbonizar la calefacción en el sector residencial de nuestros pueblos y ciudades está en reemplazar equipos obsoletos de calefacción por sistemas modernos, incluidos los de biomasa, y reducir la demanda térmica de los edificios existentes y de los de nueva construcción. No es buena idea dejar a un lado ninguna de las tecnologías renovables disponibles. Todas aportan valor en el proyecto común para lograr un nuevo modelo energético”.