“La demostración de que el proyecto va para adelante y está muy avanzado es que tenemos dos opciones sobre la mesa para seguir: vender el proyecto a una de las empresas internacionales que se han interesado por el mismo o mantener nosotros el control accionarial, que la construya una empresa española y que la financie un banco español”.
Días después de esta respuesta de Vicente Merino, director general de EA Green Energy, la empresa promotora de la biorrefinería de Barcial del Barco, sobre la marcha de la misma, confirmó a Energías Renovables que Acciona había sido la adjudicataria para construir la planta. Es decir, la iniciativa se mantiene con capital español y los plazos de comienzo de las obras están más cerca que nunca.
Ya a finales del pasado año se despejó el panorama con el compromiso de la Junta de Castilla y León de retomar el proyecto con la presentación de un nuevo expediente con memorias técnica, económica y financiera y con el inicio del proceso administrativo por parte de la Diputación de Zamora para adquirir los terrenos para instalar la biorrefinería. Recientemente, el presidente de la Diputación, Francisco Requejo, afirmaba en La Opinión de Zamora que “"La primera piedra podría estar puesta cuando acabe el año".
“En noviembre se comenzarán a mover las tierras”
“Sí, es un pronóstico realista”, contestan tanto Merino como Sergio Camarero socio gestor de ARC Capital (banco de inversión internacional) y asesor financiero del proyecto, quien confirma también los 165 millones de euros comprometidos a través de diferentes inversores. Merino añade que “en noviembre se comenzarán a mover las tierras” de las cincuenta hectáreas donde se emplazará la biorrefinería.
Más allá del concepto de biorrefinería que se pueda aplicar a las plantas de etanol que además de este biocarburante producen alimentos para ganado y a las de biogás que también producen biofertilizantes; y más allá igualmente de la planta demostrativa Clamber de Puertollano (Ciudad Real), la de Barcial del Barco sería la primera plenamente comercial que pusiera en marcha en España.
Tan comercial que la empresa corrobora lo que ha aparecido en diferentes medios locales sobre el cierre de un contrato de diez años con inversores asiáticos para comprar todo el etanol que produzca la planta. Como principal materia prima se sigue pensando en la remolacha y el maíz de cultivos cercanos, y como principales productos etanol (en torno a 160 millones de litros) y pienso para ganado (120.000 toneladas).
Multifuncionalidad frente a la reducción de biocarburantes de cultivos agrícolas
Para reforzar el concepto de biorrefinería, Merino afirma que “existirá una línea de biomasa para producir electricidad y vapor, otra de captura de CO2 para el cultivo de microalgas y dos más para producir biogás con purines y biocombustibles para la aviación”. El hidrógeno verde y los bioplásticos también se citan entre las futuribles líneas de producción.
Esta diversificación (el concepto es el de biorrefinería multifuncional) será una de las bazas a jugar por los promotores, porque los biocarburantes procedentes de cultivos, y en concreto alimentarios, cada vez son más cuestionados y se tiende a que tomen mayor protagonismo los avanzados, principalmente procedentes de residuos.
En España, las asociaciones de productores presentaron alegaciones para que no se limitara al 7,2 por ciento la aportación de los biocarburantes de cultivos agrícolas en el transporte durante 2020. Sin embargo, la aprobación definitiva de la circular de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia que regula el mecanismo de fomento del uso de biocarburantes la ha dejado en ese porcentaje, cuando la obligación general es del 8,5 por ciento.
Biorrefinerías también en León y Palencia
A pesar de todo, ver tan cercana la concreción de la biorrefinería en Barcial del Barco ha hecho que sus promotores pongan sobre la mesa otras localizaciones donde replicar el mismo modelo, principalmente asociada a la disponibilidad de materia prima cercana, como mucho en un radio de cincuenta kilómetros de la instalación.
La Robla, en León, y Monzón de Campos, en Palencia, son las zonas que barajan desde EA Green Energy, antes Magdala. “Se trata de antiguas zonas azucareras donde podemos recuperar también el cultivo de la remolacha”, sostiene Merino. La creación de puestos de trabajo (calculan que dos mil por planta entre directos e indirectos), principalmente locales, es otro de los alicientes del mismo concepto de planta.
