Un Boeing 777F se convirtió el pasado domingo en el primer avión que transportó mercancías entre Frankfurt (Alemania) y Shanghái (China) utilizando biocarburantes en sus depósitos. “Esta operación ha sido posible gracias a la cooperación entre DB Schenker, compañía líder en la gestión y logística de la cadena de suministro, y la aerolínea Lufthansa Cargo”, informa las empresas en sendas notas de prensa.
El vuelo lo presentan como el primer paso de un esfuerzo conjunto acordado entre ambas compañías el pasado mes de noviembre para evitar el uso de combustibles fósiles en la aviación. Añaden además que a partir del próximo verano, ofrecerán transporte aéreo neutro en emisiones de forma regular.
Este primer vuelo se ha realizado con la incorporación de uno de los biocarburantes más empleados en la aviación junto al aceite de camelina, el aceite de cocina usado. Ambas compañías lo engloban dentro del concepto de combustibles de aviación sostenible (SAF, en sus siglas en inglés).
De los aceites vegetales usados al power-to-liquid
En las notas de prensa señalan que “en el futuro también estarán disponibles combustibles renovables no vegetales. En este plano, el proceso de producción más conocido es el llamado power-to-liquid (PtL), basado en electricidad renovable, agua y CO2”. “El SAF utilizado se puede agregar al queroseno convencional como un combustible de uso inmediato, sin necesidad de ajustes en la aeronave o la cadena de suministro”, apostillan.
Según las comunicaciones de las compañías aéreas, la gran mayoría de los vuelos que emplean biocarburantes en sus motores proceden de aceites vegetales usados, grasas animales y aceites no alimentarios, como la camelina. Por otro lado, en Delfzijl (Países Bajos) se construye la primera biorrefinería destinada a la producción de 100.000 toneladas anuales de bioqueroseno a partir de residuos, principalmente aceites usados, además de 15.000 toneladas de biopropano.
No obstante, aunque estos biocarburantes se consideran más ecológicos porque proceden de materias primas residuales y no de cultivos, también están en entredicho, ya que en la Unión Europea se producen principalmente con aceites importados desde Asia, mientras en países como España la tasa de recuperación de los que salen de cocinas domésticas y de restaurantes es solo del diez por ciento. En 2018 esta importación ascendió a 1.500 millones de litros.
Llamamiento para extender el uso de los combustibles de aviación sostenibles
Desde DB Schenker y Lufthansa Cargo detallan que “la cantidad de SAF correspondiente a los requisitos de combustible para el vuelo de ida y vuelta entre Frankfurt y Shanghái se inyecta en el sistema de repostaje del aeropuerto de Frankfurt. Cada avión reabastecido posteriormente desde el depósito de combustible recibe y consume físicamente una pequeña cantidad de SAF. De este modo, la reducción de CO2 lograda se acredita en su totalidad a Lufthansa Cargo y DB Schenker”.
Las dos compañías han realizado también un llamamiento a los cargadores, proveedores de logística, transportistas de carga aérea y administraciones políticas “para trabajar juntos en la expansión de la producción y la infraestructura necesarias, con el objetivo de mejorar la disponibilidad de combustible de aviación sostenible”.