El año pasado se hicieron en España 240.000 instalaciones de autoconsumo, de las cuales un 90% fueron residenciales, lo que implica que en un solo año se instalaron más de seis millones de paneles fotovoltaicos. Y cada año iremos añadiendo millones de paneles más. No cabe duda de que nos estamos jugando mucho, en cuanto a la seguridad y calidad de las instalaciones, y que no se está haciendo lo suficientemente bien, o no al menos de forma generalizada.
Humildad
Aquí no se trata de decir que los que estamos en esta mesa (en referencia a la mesa en la que participó en la III Cumbre de Autoconsumo) hacemos las cosas muy bien y en cambio fuera muchos lo hacen muy mal. Veo demasiado a menudo en LinkedIn a gente que pone fotos de sus instalaciones muy chulas, muy orgullosos de hacer muy bien las cosas, y luego hacen un post con una foto de otros que han hecho alguna cagada. No se trata de señalar a nadie. Se trata de predicar con el ejemplo. Y de ser humilde, aceptar que nos podemos equivocar.
Yo he cometido muchos errores, y de todos aprendes y no los vuelves a cometer, pero siempre puede haber nuevos errores. Se trata de ir siempre de cara y hacer lo que sea para solucionarlo. No dejar a ningún cliente tirado en la cuneta. Creo que todos los que estamos en esta sala llevamos tiempo en el sector, o tenemos la voluntad de estarlo muchos años más. La realidad es que, como vivimos en el 2008, y por desgracia viviremos ahora, habrá empresas que van a desaparecer, pero las placas van a quedar allí. Puede no estar en nuestras manos que las empresas desaparezcan, pero sí hacer las instalaciones lo mejor posible para que perduren.
Respeto
Como empresario siento que siempre estoy andando por la cornisa. Nos toca tomar decisiones sin tener certezas. Sin colchón de seguridad. Y en nuestro sector siento además un abismo mayor. Mis dos mayores temores son que se caiga un instalador de una azotea, y que se desprenda una placa y salga volando. Podríamos añadir el riesgo de que se hunda una cubierta o de que haya un incendio. Que no me haya pasado en más de 20 años en el sector no significa que mañana no me pueda pasar. Por ello le tengo un respecto máximo a nuestro trabajo, del mismo modo que un navegante le tiene siempre un respeto máximo al mar. Es importante que sepamos transmitir este respeto no sólo a quien forma parte de nuestra empresa, sino a todo el sector.
Técnico/a de prevención
Su papel es imprescindible para evaluar los riesgos y dar las herramientas de prevención y seguridad en las instalaciones, además de realizar las inspecciones, controles y formaciones necesarias. Todas las empresas medianas y grandes, ya tenemos incorporado este perfil. ¿Y qué sucede con los pequeños instaladores? Por costes, no tienen la capacidad de incorporarlo en plantilla, pero deben al menos subcontratar sus servicios y evaluar y controlar todas sus obras. No pueden quedarse al margen.
Diseño de la instalación, más allá de los paneles
Los ingenieros y diseñadores de las instalaciones debemos darles a los instaladores no sólo la información técnica de la instalación, sino también todo aquello relacionado con su seguridad, según estipule el técnico/a de prevención. Y no se trata “sólo” de darles la formación y los Equipos de Protección Individual (Epi’s), y que se apañen, sino de la información en plano para cada instalación de por dónde deben subir los materiales al tejado, dónde deben situar la escalera, y de qué tipo debe ser, dónde deben poner los anclajes para instalar la línea de vida, etc. No podemos dejar que improvisen, atándose a la primera chimenea que vean. Además, en el diseño de las instalaciones, sobre todo en las industriales, debemos prever siempre los pasillos de mantenimiento. No se debe caer en la codicia de poner el máximo número de paneles, que suele dejar una cubierta impracticable, en lo que a la instalación y mantenimiento se refiere. Recordemos que los paneles no se pueden pisar, que luego aparecen microcortes y puntos calientes en sus células.
El tamaño (de panel) sí que importa
La tendencia de los fabricantes de paneles es hacerlos cada vez más grandes, lo que implica lógicamente más potencia por panel. Y aquí está el equívoco. Un panel más grande, de más potencia (Wp), no implica que sea más eficiente (Wp/m2) que un panel más pequeño, y esto lleva a clientes que sin saberlo quieren siempre el panel de más potencia, creyendo que es lo mejor y más nuevo. En cambio, para instalaciones en cubierta inclinada (la mayoría de las domésticas) es muy peligroso utilizar un panel tan grande, ya que el operario debe manipularlo en unas condiciones poco óptimas, lo que implica un riesgo evidente de caída. En Alemania, por ejemplo, tienen una normativa que prohíbe instalar paneles de más de 2 metros cuadrados en cubiertas. Por eso allí el mercado distingue muy bien el tipo de panel.
Me decía un distribuidor de Holanda que España es el único país de Europa donde en el sector residencial se montan paneles tan grandes (Spain is different). En este tipo de instalaciones se debe trabajar siempre con paneles de menor tamaño, más manejables, que pueden tener una eficiente igual o mayor que la de los paneles más grandes, y en cualquier caso serán más seguros que los grandes.
El papel de los distribuidores de material fotovoltaico
Tienen un papel muy importante, en cuanto a seguridad y calidad se refiere. El pequeño instalador, a menudo con poca formación y experiencia, está en manos de los almacenes distribuidores, que le suministran el material y a menudo los planos de ingeniería. Deberían también asesorar a los instaladores en cuanto a la seguridad, sobre los temas que he tratado más arriba. Ellos son un referente para los instaladores, y deben serlo en todos los sentidos.
Ubicación de baterías e inversores
En todas las cocinas de las casas vemos que hay siempre previsto un espacio para la nevera y el lavavajillas, con su toma de luz y de agua; en cambio no encontramos nunca un espacio reservado para las baterías y los inversores. Las casas del futuro seguro que lo tendrán. Mientras tanto debemos buscar aquella ubicación que mejor cumpla las especificaciones técnicas y de seguridad. Por ello, y a falta de normativas específicas, que también serían necesarias, es importante que el instalador/proyectista se asesore siempre con el fabricante de los equipos, que cumpla los criterios de ventilación y distancias.
En definitiva, no sólo instalamos paneles solares, instalamos sistemas de energía que deben funcionar durante más de 25 años; hagámoslo además de la forma más segura posible.