España cuenta a día de hoy con alrededor de 410.000 instalaciones solares fotovoltaicas residenciales para autoconsumo, que suman una potencia conjunta de algo menos de 2.000 megavatios, según el Informe Anual 2023 del Autoconsumo Fotovoltaico, informe que publicó hace solo unas semanas la Asociación de Empresas de Energías Renovables, APPA. La Asociación detalla en ese informe las características de la instalación típica 2023 y concreta el ahorro medio que, en ese curso, esas instalaciones han generado a sus usuarios. A saber: según los datos de APPA Renovables, la instalación media residencial puesta en marcha en 2023 ha sido de 4,7 kilovatios de potencia y ha requerido una inversión media de 7.085 euros. Pues bien, si esa instalación solar FV para autoconsumo hubiera estado en marcha desde el 1 de enero, le habría ahorrado a su propietario durante los doce meses del año una media de 977 euros. Eso sí, la mayoría de esas instalaciones han sido puestas en marcha sobre tejados o cubiertas de viviendas unifamiliares.
Y lo que ocurre es que dos de cada tres habitantes de este país viven en bloques de viviendas, lo cual puede ser interpretado como un inconveniente (pues en principio parece más fácil tomar una decisión uno solo que poner de acuerdo a todo el vecindario) o como una oportunidad. El cofundador de Samara, Manel Pujol, apuesta por lo segundo: "la tipología de vivienda española, con un 65% de los ciudadanos habitando en pisos (el porcentaje más alto de la Unión Europea), muy por encima de Alemania (56,4%), Italia (54,9%) y Francia (33,6%), muestra una gran oportunidad de profundizar en la transición energética en este tipo de edificaciones”.
Y eso es precisamente -una oportunidad- lo que Samara ha detectado desde septiembre, o un incremento del 28% en la demanda de instalaciones en comunidades de vecinos.
Los motivos de ese crecimiento del interés son fundamentalmente dos, según la compañía: "los datos de rentabilidad que el sector ya ha demostrado y el flujo de información cada vez más eficaz" (la ciudadanía está cada vez más familiarizada con el autoconsumo solar fotovoltaico y con su potencial de ahorro).
La empresa explica así qué tipo de instalaciones se pueden realizar en comunidades de vecinos
● Instalaciones colectivas para compartir producción entre los vecinos: vecinos y vecinas acuerdan realizar una única instalación y se reparten entre ellos la energía producida.
● Instalaciones que cubren el consumo eléctrico del edificio (las denominadas zonas comunes: ascensor, escalera, garaje, etcétera, etc).
● Instalaciones individuales que cubren el consumo de una vivienda privada: en este caso, la energía producida por la instalación cubre el gasto que realiza el vecino en su propia vivienda. La instalación será en este caso propiedad del vecino que realiza la instalación y será de carácter privativo, no comunitaria. En una comunidad se puede acordar que cada uno de los vecinos realice su propia instalación individual.
● Combinaciones de las anteriores: siempre que sea posible a nivel logístico y de espacio, se puede realizar una instalación de autoconsumo colectivo para, por ejemplo, dar servicio a los vecinos y también a las zonas comunes.
Samara anuncia que ha creado "un equipo específico para este tipo de instalaciones liderado por un gestor de autoconsumo colectivo" con el objetivo -apuntan desde la empresa- de "facilitar e incentivar las instalaciones en comunidades de vecinos". Las instalaciones comunitarias requieren de conocimientos distintos y específicos, "y este equipo se encarga así -explican desde Samara- de facilitar toda la información a los vecinos, gestionar los trámites y acuerdos necesarios para instalar así como de vigilar la correcta puesta en marcha de cualquier instalación vecinal". El cofundador de la empresa, Manel Pujol, recuerda además que "en la actualidad, no hace falta unanimidad para instalar autoconsumo comunitario.” señala Manel Pujol.
Manuel Pujol, cofundador de Samara: “la posibilidad de instalar paneles solares es ya una realidad para muchos ciudadanos que residen en pisos. Por suerte, el autoconsumo es cada vez más común en el orden del día de las reuniones y juntas de vecinos, y es que hablamos de ventajas económicas considerables, como un 70% de ahorro respecto a la factura tradicional”
La empresa explica las vías del "sí" a un autoconsumo vecinal
Las normas de aprobación -apuntan desde Samara- son diferentes según la naturaleza de la instalación que se pretenda llevar a cabo. Así, para instalaciones que cubran zonas comunes es hoy necesario
● el voto favorable de la mayoría simple de los propietarios, siempre que el coste de la instalación repercutido anualmente no supere la cuantía de 12 mensualidades ordinarias de gastos comunes. El coste se calcula una vez descontadas las subvenciones o ayudas públicas, en el caso de que las hubiere;
● además, se cuentan como votos a favor los de los propietarios ausentes en junta que han sido informados después de la decisión y no se han opuesto en un plazo de un mes, lo que facilita que los proyectos salgan adelante.
En cuanto a instalaciones de autoconsumo colectivo, en las que los vecinos se benefician de una única instalación para su consumo, hace falta
● el voto favorable de un tercio de los integrantes de la comunidad. Los gastos de conservación y mantenimiento de la nueva infraestructura tendrán la consideración de elemento común y deberá ser soportado por los vecinos participantes de la instalación. Cualquier aspecto de la instalación de autoconsumo que no esté regulado explícitamente debe contar con aprobación de la junta de propietarios.
Para instalaciones individuales de uso privativo, (se destina a las viviendas particulares y no participan todos los vecinos), también es necesario el voto favorable de un tercio de los integrantes de la comunidad.
Samara repasa las ayudas e incentivos potenciales
● Bonificación del IBI (o sea, rebaja del impuesto sobre bienes inmuebles que puede oscilar, en función del ayuntamiento, entre el 10 y el 50% a aplicar durante hasta 30 años) y reducción (de hasta el 95% en algunos casos) del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras. Miles de ayuntamientos españoles aplican este tipo de bonificaciones, que varían en tiempo y cantidad sobre estos impuestos.
● Deducción del 60% del IRPF por rehabilitación energética del edificio. En 2024, los edificios completos que prueben la reducción del consumo de energía primaria no renovable en un 30% o más, o bien haber conseguido una clase energética A o B, "obtendrán -explican desde Samara- una deducción del 60% del IRPF al hacer la declaración de la renta el año que viene".
● Deducción del 40% de IRPF en viviendas privadas. En el caso de no poder optar a la ayuda como edificio en conjunto, existe la posibilidad -recuerdan en la empresa- de conseguir una deducción del 40% a nivel privado. "Esto ocurre cuando, al igual que en el anterior caso, gracias a la instalación nuestra vivienda reduce en al menos un 30% el indicador de consumo de energía no renovable o se consigue una mejora de la calificación energética de la vivienda para obtener una clase energética A o B".
● Otras ayudas regionales: además de estos incentivos de carácter nacional, existen varios programas autonómicos que promocionan la transición energética a través del autoconsumo: Ecovivienda en Andalucía o Ecohabitatge en Cataluña son algunos de ellos. Otras comunidades, como Murcia, optan por una deducción extra del IRPF a la nacional del 10%.
Cómo repercute el autoconsumo en la factura de la luz: ahorro y amortización
Según los datos del Barómetro Samara: Radiografía del autoconsumo doméstico español en 2023, "los españoles que instalaron el año pasado tendrán un ahorro medio anual de 851 euros al año y amortizarán la instalación en 6,5 años, frente a los 25 años de vida útil de los paneles, lo que supone casi 19 años de ahorro neto". Además, el ahorro respecto a la factura tradicional -añaden desde la empresa- roza el 70%.
Credenciales Samara
Fundada en junio de 2022, Samara es una empresa que ofrece "un servicio de energía solar integral de calidad (placas solares, baterías y cargadores)". La compañía, que presume de "tecnología propia", cuenta con "gestores energéticos y equipos de instalación propios que acompañan a sus usuarios durante todo el proceso, de principio a fin: desde el estudio previo 100% personalizado hasta la adopción de nuevas tecnologías, pasando por la instalación, el mantenimiento y la monitorización proactiva, así como en los procesos burocráticos y la solicitud de subvenciones". Los fondos de inversión Seaya y Pelion Green Future están detrás de Samara prácticamente desde su fundación y reafirmaron su confianza en la empresa con otra ronda de financiación el pasado mes de diciembre.
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