El interés de las comunidades de vecinos por el autoconsumo está creciendo y, además, las expectativas (tanto para el usuario final como para el propio sector) parecen prometedoras. Por varios motivos: por una parte, el ahorro que puede suponerle al vecino o vecina una instalación solar para autoconsumo sigue siendo más que considerable (Samara facilita varios datos en ese sentido en su Radiografía) y, además, por otro lado, la nueva directiva europea de eficiencia en edificios (Directiva 2024/1275, de 24 de abril) obliga a los constructores de edificios residenciales a instalar sistemas solares para autoconsumo a partir de 2029 en todos los edificios de nueva construcción, lo que supondrá todo "un revulsivo -apuntan desde Samara- para el despegue" de esta solución de ahorro. La joven empresa emergente no es ajena en todo caso a los retos a los que se enfrenta el sector en España. Probablemente el mayor radique en el hecho de que la población nacional reside mayoritariamente (el 65,7%) en bloques de viviendas, donde no siempre hay espacio suficiente como para instalar las placas solares que serían necesarias para atender la demanda de todo el vecindario y/o donde no siempre es fácil alcanzar el acuerdo necesario para dar el paso.
Afortunadamente, algunos aspectos están mejorando. "La regulación y la tecnología -aseguran desde Samara- han mejorado en los últimos años para facilitar el acceso al autoconsumo de estas viviendas". Por ejemplo, basta con un tercio de los votos de la comunidad para que un vecino particular pueda usar un trozo de la azotea del bloque para instalar en él unos paneles solares para autoconsumo. “Es importante que los españoles sepan -explica el cofundador de la empresa, Manel Pujol- que no necesitan instalar conjuntamente con sus vecinos si viven en un piso; tan solo necesitan el voto favorable de un tercio de los integrantes de la comunidad para poder hacerlo de manera individual”.
Según la Radiografía de Samara, en lo que va de año, el 65,9% de los interesados en instalar en comunidades lo hace "para uso privado de su vivienda tras obtener la aprobación vecinal", mientras un 20,5% son "instalaciones colectivas para uso compartido entre varios vecinos". Por lo tanto -apuntan desde Samara-, predomina la instalación a título personal sobre el tejado comunitario y previa autorización correspondiente.
Números
Según los datos facilitados por la empresa, las instalaciones individuales suponen una inversión media de 6.700 euros, "y generan un ahorro del 76% en la factura de esta primera mitad del año", que Samara cuantifica en unos 750 euros al año. “Las instalaciones para uso individual -asegura Pujol- se amortizan en 7,32 años, una cifra que deja más de 17 años de vida útil de la instalación de ahorro neto” (la vida útil mínima de una instalación solar fotovoltaica ronda los 25 años; si bien hay paneles con garantías de hasta 30).
La Radiografía de Samara estima por otra parte que las instalaciones colectivas para el disfrute de todo o parte del vecindario generan un ahorro de 764 euros anuales por vecino (un 63% de la factura típica), y, según los datos de Samara, necesitan (esas instalaciones colectivas) 43 paneles de media en el tejado.
"Estas dos vías -explican desde la empresa- repercuten en la factura de luz de las viviendas, pero existe una tercera vía de instalación en comunidades, para cubrir zonas comunes, que representa un 13,6% de la demanda y un 71% de ahorro respecto a esa factura comunitaria”.
El impulso de las comunidades de vecinos
Según la Radiografía de Samara del año pasado, el 93,8% de instalaciones solares se realizaron en viviendas unifamiliares. “La facilidad y mayor penetración del sector en estas viviendas ha sido una constante desde 2022, año del despegue del sector residencial”, señala Pujol.
Sin embargo, la suavización de los requisitos de acuerdo vecinal, y la rentabilidad mostrada por el sector -apunta el cofundador de Samara- animan cada vez más a vecinos que habitan pisos a dar el paso: “en el pasado mes de abril, hemos vendido un 71% más de instalaciones que el año pasado”, asegura Pujol.
Entre estas instalaciones para uso privado de pisos, casi el 40% de la clientela tiene entre 55 y 64 años, y un 82% son mayores de 45 años. “El interés por instalar en pisos refleja también dinámicas del sector de la vivienda y de la sociedad general, con mucho margen de mejora entre los más jóvenes, que probablemente no son propietarios o no tienen la autonomía financiera necesaria para instalar”. Por sexo, el 22,3% de las demandandas son mujeres y el 77,7% hombres, datos muy similares a los de instalación unifamiliar.
Samara repasa las ayudas e incentivos existentes para las instalaciones vecinales
En la actualidad, y durante todo 2024, los españoles que se decidan a instalar autoconsumo podrán optar a diversas ayudas e incentivos, también en instalaciones colectivas. Samarar las repasa aquí.
● Bonificación del Impuesto sobre los Bienes Inmuebles (IBI) y reducción delImpuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras(ICIO). Miles de ayuntamientos españoles aplican este tipo de bonificaciones, que varían en tiempo y cantidad sobre estos impuestos.
● Deducción del 60% Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) por rehabilitación energética del edificio. En 2024, los edificios completos que prueben la reducción del consumo de energía primaria no renovable en un 30% o más, o bien hayan conseguido una clase energética A o B, obtendrán una deducción del 60% de IRPF al hacer la declaración de la renta el año que viene.
● Deducción del 40% de IRPF en viviendas privadas. En el caso de no poder optar a la ayuda como edificio en conjunto, existe la posibilidad de conseguir una deducción del 40% a nivel privado. Esto ocurre cuando, al igual que en el anterior caso, gracias a la instalación nuestra vivienda reduce en al menos un 30% el indicador de consumo de energía no renovable o se consigue una mejora de la calificación energética de la vivienda para obtener una clase energética A o B.
● Otras ayudas regionales. Además de estos incentivos de carácter nacional, existen varios programas autonómicos que incentivan la rehabilitación energética, como Eco Vivienda en Andalucía o Ecohabitatge en Cataluña.
La Radiografía de Samara también se ha fijado en "la persona que lidera el proceso". En el caso de proyectos individuales en piso que usan tejado comunitario, el 87% es el vecino interesado. En cuanto a proyectos colectivos de vecinos, son los vecinos quienes llevan la delantera (46,5%), frente al 40,8% por el presidente y tan solo un 12,6% administradores.
“El proceso de aprobación vecinal ha sido suavizado y cada vez más vecinos o administradores proponen dotarse de autoconsumo”, señala Manel Pujol. “El proceso puede parecer más trabajoso por contar con tantas opiniones, y por eso desde Samara -añade Pujol- asesoramos y facilitamos todos los trámites”.
Credenciales
Según reza su perfil corporativo, Samara, empresa con sede en Madrid y almacén logístico en Cataluña, nació en 2022 de la mano de Iván Cabezuela (ex de Bulb España) y Manel Pujol (ex de Uber Eats y Alan en España), dos emprendedores con amplia experiencia en el escalado y operación de compañías tecnológicas de alto crecimiento. Los fondos de inversión Seaya y Pelion Green Future están detrás de Samara prácticamente desde su fundación.
