Los eurodiputados del Partido Popular Europeo, la mayoría de los eurodiputados del Grupo Socialista Europeo, los conservadores británicos y los diputados de la Alianza de los Liberales, y los Demócratas por Europa ven con buenos ojos que Miguel Arias Cañete sea el próximo comisario europeo de Energía y Cambio Climático. Y seguramente lo ven con buenos ojos -y por eso han votado sí a su candidatura- porque no ven conflicto de intereses en el hecho de que el hombre que mañana tomará en Europa decisiones sobre Energía fuese -hasta ayer- propietario de hasta el 2,5% de varias compañías del sector del petróleo y sea -hasta hoy- familiar directo (padre y cuñado) de quienes controlan esas compañías (véase la trama empresarial que hay detrás de Dúcar y Petrologis).
Una apreciación, en todo caso: los diputados españoles del Grupo Socialista Europeo le han dicho "no" a Cañete, si bien parece que no han conseguido convencer de ese "no" a sus compañeros socialistas del eurogrupo, que han votado en masa a favor del exministro de Agricultura. Por su parte, Izquierda Unitaria (en la que están Podemos e Izquierda Unida) y los Verdes han votado en contra.
Alianza de populares y socialistas
Las votaciones, concretamente, han sido dos. En la primera, los eurodiputados de las comisiones implicadas debían dilucidar si Arias Cañete era o no apto para ser comisario europeo. Pues bien, en ella, el político madrileño recibió 83 votos a favor, 42 en contra y tres abstenciones. El objetivo de la segunda votación era determinar si el exministro campechano era idóneo para la cartera de Energía y Medio Ambiente. Y, en ella, el popular ha cosechado 77 apoyos, 48 votos en contra y tres abstenciones. Según diversas fuentes, el visto bueno a Cañete es resultado de un gran pacto entre el presidente de la Comisión, el socialcristiano Jean-Claude Juncker, y el líder de los socialistas, Gianni Pittella, pacto con contrapartida: decimos "sí" a Cañete -habrían propuesto los socialistas- si las responsabilidades de Desarrollo Sostenible pasan a ser del vicepresidente Frans Timmermans (socialdemócrata), que sería presumiblemente el supervisor de Cañete.
Los que han dicho no
Tanto los ecologistas como los eurodiputados de la Izquierda europea han sido muy críticos con este nombramiento. El portavoz de Equo en Bruselas, el eurodiputado Florent Marcellesi, que denunció "la trama empresarial que hay detrás de Dúcar y Petrologis", señalaba recientemente que, "según el Código de Conducta de la Comisión Europea, los comisarios no pueden ni deben gestionar temas en los que tengan intereses personales ni ellos ni sus familiares directos". Mientras que la portavoz de la Izquierda Plural en el Parlamento Europeo Marina Albiol ha declarado que, "con su apoyo a Cañete, la socialdemocracia europea vuelve a dar la espalda a la ciudadanía europea y mostrar su verdadera cara". En España, numerosos excargos públicos de los partidos Socialista y Popular ocupan hoy plaza en los consejos de administración de las grandes compañías eléctricas. Es lo que se ha dado en denominar el sistema de puertas giratorias, que, grosso modo, podría resumirse en un par de frases: primero legislo a favor de las grandes multinacionales del sector energético y, una vez dejo mi cargo público, ocupo en una de ellas un cargo bien remunerado.
Puertas giratorias
Arias Cañete habría hecho el viaje inverso. Durante muchos años ha operado como sujeto privado en firmas del sector de la energía (su familia controla todavía hoy el 73% de Dúcar y el 79% de Petrologis, dos empresas petroleras) y, ahora, el diputado madrileño es elegido comisario de Energía y Cambio Climático de la Unión Europea. Todo ello, con la aquiescencia del Partido Popular Europeo (221 eurodiputados), el Partido Socialista (191), los liberales (67) y los conservadores británicos (del eurogrupo ECR, 70). Solo dijeron "no" los Verdes (50) y la Izquierda (52). El Parlamento Europeo está integrado por 751 eurodiputados. En España, las alianzas entre socialistas y populares -en lo que a la política energética se refiere- son también muy frecuentes. Una de las más recientes (y probablemente escandalosas) tuvo lugar hace tan solo unos meses, el 26 de junio del año pasado, cuando 300 de los 323 diputados presentes en el Parlamento de la nación paralizaron la propuesta (de Izquierda Plural) de hacerle una auditoría energética al sistema eléctrico español. La propuesta recibió, en concreto 195 noes (populares) 105 abstenciones (socialistas). Solo votaron a favor de la auditoría 23 de los diputados presentes (puedes encontrar más información y los resultados exactos de la votación aquí).
Artículos relacionados
¿Cuánto vale la palabra de un ministro?
Los presupuestos generales del estado destinan un 0,08% a la lucha contra el cambio climático
Lo que cuenta Arias Cañete (y lo que no) en la Cumbre del Clima de Varsovia
La carta con la que ha despedido el sector porcino al ministro Cañete: "Mierda al Medio Ambiente"