Andalucía concentra buena parte de las plantas industriales de producción de electricidad con biomasa. Con un total de 257 MW instalados, como recientemente recordaba en una nota de prensa la Agencia Andaluza de la Energía, alberga la mitad del total de España. De la reunión promovida por Aprean se extrae que la región quiere mantener e incluso aumentar esta pujanza bioenergética, más “tras el anuncio por parte del Gobierno central de establecer una convocatoria, que pondría fin a la moratoria existente desde enero de 2012, para el otorgamiento de un régimen retributivo específico a nuevas instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de biomasa”.
Según el borrador de orden ministerial remitido por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la asignación del régimen retributivo específico aplicable a las instalaciones incluidas (500 MW eólicos y 200 MW de biomasa) se realizará mediante un procedimiento de subasta. Aprean recuerda que el borrador habla de 200 MW “sin especificación aún de reparto por comunidades”. Por este motivo. las empresas de biomasa que representa esta asociación (el 80% del sector en Andalucía) acordaron “unir fuerzas para lograr que Andalucía reciba la máxima adjudicación posible en desarrollos de biomasa, toda vez que la región cuenta con un volumen de recursos naturales y dimensión geográfica que la hacen favorable para ello”.
Unificar parámetros de calidad de biocombustibles sólidos para uso térmico
En la reunión, celebrada en la Confederación de Empresarios de Málaga, estuvieron presenten representantes de empresas no solo del ámbito eléctrico, sino también del térmico. Precisamente, en consonancia con lo demandado recientemente por la comunidad científica dentro del proyecto Life+ Airuse, se acordó “proponer la unificación de parámetros de calidad en los biocombustibles que se ofrecen en el mercado para su utilización como biomasa para usos térmicos, de manera que quede garantizado mediante norma de calidad su correcto uso en equipos e instalaciones”.
Sin salir de los usos térmicos, Aprean asegura que también se abordaron otras cuestiones, “como la regulación ambiental que pueda afectar a las emisiones de las calderas de biomasa en los sectores residencial y de servicios”. Por último consideraron necesario trasladar a la Administración regional la creciente demanda de madera de origen forestal existente, tanto por parte de productores como de generadores de energía eléctrica.