Un año más, los datos ofrecidos por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) confirman que, globalmente, los biocarburantes consumidos en España en 2011 habrían cumplido con la directiva europea de energías renovables, que obliga a una reducción de emisiones de GEI del 35 por ciento a partir del 1 de abril de 2013. En 2011 fue del 40 por ciento, pero un año antes había llegado al 43. El biodiésel lo cumple muy justo (35 por ciento), el bioetanol de forma sobrada (66 por ciento) y el hidrobiodiésel se queda por debajo (30 por ciento). La presencia de este combustible basado en aceites vegetales hidrogenados es cada vez más importante, aunque siguen siendo el biodiésel y el bioetanol los más mezclados en gasóleos y gasolinas, respectivamente.
Según el informe de la CNE, las ventas totales en el ejercicio 2011 alcanzaron los 2.366.801 m3, lo que supone un aumento de más del 17 por ciento respecto a 2010. Las ventas de biodiésel ascendieron a 1.830.810 m3 (77 por ciento del total del biocarburante comercializado), las de bioetanol a 444.795 m3 (19 por ciento) y las de hidrobiodiésel a 91.196 m3 (4 por ciento). También aumenta la participación sobre el total de los carburantes de automoción: los susceptibles de mezcla con gasóleo (biodiésel e hidrobiodiésel) llegaron al 7,19 por ciento en volumen del total del carburante diésel comercializado en 2011; y el bioetanol alcanzó el 6,34 por ciento de las gasolinas.
Biodiésel argentino de soja y bioetanol brasileño de caña de azúcar
En cuanto al origen de las materias primas y el producto elaborado se acrecienta el saldo claramente importador, más significativo en el caso del biodiésel. Este se produjo principalmente a partir de soja argentina (48 por ciento) y palma indonesia (35 por ciento), y España aportó un exiguo 4,5 por ciento con otras materias primas (8,29 en 2010). La mayoría del biodiésel también se produce fuera de nuestras fronteras, aspecto muy criticado por el sector industrial español. Solo el 24,5 por ciento (en torno al 50 por ciento en 2010) del biodiésel consumido salió de plantas españolas, mientras Argentina aportó el 45 por ciento. El hidrobiodiésel también tiene un perfil netamente importador: se produjo exclusivamente a partir de aceite de palma procedente de Indonesia (13 por ciento) y Malasia (87 por ciento) y el principal país productor fue Singapur (71 por ciento).
Las materias primas utilizadas para fabricar etanol también proceden principalmente de fuera de nuestras fronteras, aunque con porcentajes menores que en el biodiésel. Aquel se produjo principalmente a partir de maíz (49,5 por ciento), caña de azúcar (25) y trigo (18) y Brasil se mantuvo en el primer puesto entre los países de origen de la materia prima (29,5 por ciento), seguido de España (27). Hay mejores números en la producción, ya que del 48,79 por ciento de cobertura del consumo que ofrecían las plantas españolas en 2010 se pasó al 60 en 2011.
No se alcanzó el objetivo gereral en número de certificados anotados
En relación al número de certificados definitivos anotados después de traspasos (los presentan las empresas del sector de los carburantes para confirmar que realizan las mezclas a las que están obligadas), la CNE resalta en su informe que superó, a nivel sectorial, el necesario para alcanzar las obligaciones de biocarburantes en diésel y en gasolina, aunque no especifica si se alcanzaron los porcentajes marcados para 2011: 6,2 por ciento general, 6 para el biodiésel y un 3,9 para el bioetanol. Sí añaden que sólo en el caso de la obligación global, el número de certificados anotados quedó por debajo del mínimo obligatorio. Este dato ya lo avanzó la CNE en junio de 2012.
En cuanto a la utilización de los mecanismos de flexibilidad del sistema de certificación (traspasos entre empresas y de un año a otro), la CNE afirma que “de forma congruente con la elevación del objetivo de biocarburantes en diésel hasta el 6 por ciento en 2011, destaca el incremento del uso de los pagos compensatorios para alcanzar dicho objetivo, así como la utilización de las transferencias de certificados en diésel, lo que ha permitido que el total de transferidos superen el 4 por ciento de los anotados”.
Por último, el informe no es ajeno a las últimas variaciones legislativas que se han producido, por lo que resume las modificaciones normativas y operativas que se deberán introducir en el mecanismo vigente en relación con aquellas, que afectan al porcentaje de participación de los biocaburantes y a su sostenibilidad. También se hace eco de la intención de la Comisión Europea de reducir el objetivo de los biocarburantes derivados de cultivos para 2020. La CNE advierte de que las actuaciones “tendrán que atenerse a dos criterios principales: lograr una eficiente integración dentro del sistema de certificación de las distintas condiciones a las que quedará subordinada la anotación de certificados y reforzar la fiabilidad de la información relativa a las materias primas empleadas para la producción de los biocarburantes”.
