En una rueda de prensa celebrada el viernes pasado, la federación de Industria de CIG recordó que en la comarca de Ferrolterra se asentaron tres plantas con ayudas públicas: Biocarburantes Peninsulares con una fábrica construida en la zona de Río del Pozo que nunca inició la producción; Entaban Biocombustibles, ya liquidada; e Infinita Renovables (ahora Masol Iberia Biofuels), muerta desde su nacimiento.
“Diferentes gobiernos vendieron su asentamiento como una gran alternativa para la comarca, pero se dejó morir sin que nadie tenga responsabilidades sobre el dinero enterrado en las plantas paradas ni sobre la situación que sufren trabajadores y trabajadoras. Estas industrias tienen los medios, tienen las cuotas, pero no están produciendo”. Fernando Branco, responsable federal de Enerxía de CIG, resumía así la impotencia y dramatismo que suponen años y años de promesas incumplidas.
Masol Iberia no cumple con su asignación en Ferrol
Especialmente significativo es el caso de Masol Iberia, que en febrero del año pasado obtuvo la asignación oficial de 600.000 toneladas para su planta de Castellón de la Plana y 300.000 para la de Ferrol, siendo la compañía más beneficiada de la orden publicada por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Sin embargo, Anxo Fernández, presidente del comité de empresa, denuncia que “el año pasado no hubo casi producción (a pesar de tener asignadas las 300.000 toneladas) y la empresa trasladó a Castellón a parte del personal para poner en marcha aquella instalación”. “¿Por qué no cumplió con la producción asignada? En esto también hay responsabilidad política", concluyó Fernando Branco.
¿Dónde están los cinco millones de ayudas públicas?
Según denuncian desde la confederación, estas fábricas preveían generar 120 puestos de trabajo directos, pero ahora son sólo 34 en la de Masol Iberia, sobre los que además se cierne un ERE que afecta a 28 de ellos. Anxo Fernández recordó que “desde 2011 el personal de la planta ha sufrido dos ERE temporales, con prórroga incluida, y ahora la dirección tiene la intención de aplicar un nuevo expediente”. Fernández añadió que "la situación laboral, anímica y económica de los compañeros y compañeras es desesperada".
La CIG pide a las administraciones que ampararon el Plan Ferrol y le dotaron de fondos, tanto la Xunta como el Gobierno del Estado, expliquen públicamente el porqué de estos fiascos, porque “no se pueden enterrar tantos millones de euros públicos para montar una industria que nunca produjo un litro. “¿Qué estudios, qué perspectivas de mercado y que criterios se siguieron para conceder este tipo de ayudas?”, preguntó Fernando Branco. Anxó Fernandez recordó que “Infinita recibió cinco millones del ministerio (no especifica cuál) y del Departamento de Economía, a través de Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), y ayudas administrativas para la ejecución de su planta”.
Medidas propuestas y no contempladas
Durante la comparecencia de los representantes de la CIG también se abordó el daño que sucesivas medidas han hecho al sector, principalmente el retraso en la asignación de cantidades de producción en respuesta a la masiva importación de biodiésel argentino e indonesio y la rebaja de los objetivos de incorporación de este biocarburante en el transporte. Frente a esto, la CIG-Industria pide la intervención del Gobierno para dar estabilidad a un sector que nunca la ha tenido, y para hacerlo competitivo de cara al futuro.
En mayo de 2013, viendo la deriva que tomaba el asunto, el Bloque Nacionalista Galego (BNG) ya planteó que se tomaran medida para reflotar las plantas. El BNG instó al Gobierno autonómico a que desarrollara una campaña de sensibilización sobre el reciclaje del aceite de cocina usado, incentivara la investigación en la obtención de biocarburantes de segunda generación, propiciara la participación de las empresas en proyectos de investigación cuando la cuenta de resultados sea positiva e implicara a los sectores naval y de la automoción en los programas de I+D+i para construir motores que pueden funcionar al 100 % con combustible biodiésel. Hasta hoy.