Lo hemos ido contando, en directo, a lo largo de los últimos años. El calor es cada vez más caro. Vamos, que no solo la luz se ha disparado; la calefacción también lo ha hecho, como bien sabe todo hijo de vecino cuando llega el invierno. Hace poco más de un año contábamos así que “el gas propano canalizado ha registrado incrementos de precio de hasta un 100% entre los inviernos de 2009 y 2013”. En los últimos cinco años -entre octubre de 2009 y octubre del corriente-, el precio de la bombona de gas butano se ha incrementado en más de un 60%. El del gas natural, en la última "legislatura", entre el uno de enero de 2010 y el uno de enero de 2014, se ha encarecido un 37,5%; el precio del gasóleo de calefacción, otro combustible fósil que compite en el mercado del calor de hogar, ha crecido hasta un 64,6% en el último quinquenio (2009-2013).
Tendencia constante
Tan formidables incrementos de precio no son particularmente sorprendentes. Porque, aunque en la montaña rusa del gas los altibajos son la norma, la tendencia, a lo largo de los últimos años, ha sido siempre ascendente, o sea, que el precio baja de vez en cuando, pero luego sube más alto de lo que estaba. Henry Hub -explica Repsol en su sitio en la red- es "el marcador del precio del gas natural en Estados Unidos y el principal gas de referencia internacional" (ese marcador mide el precio del gas en dólares por millón de Btu, British Thermal Unit). Pues bien, Henry Hub marcaba un precio de 2,94 dólares por millón de Btu en noviembre de 2011 (cuando el Partido Popular ganó las últimas elecciones), se ha situado en febrero de este año en los 8,15 dólares y se halla actualmente en los 3,89, es decir, un 32% por encima del precio que registraba hace solo tres años, el 21 de noviembre de 2011.
De la micro y de la macroeconomía
Las consecuencias que acarrea esa volatilidad (y ese encarecimiento neto del gas natural) son sinfín. Para empezar, las sufren las familias -la microeconomía- cuando llega el invierno. Hasta el punto de que, según el estudio “Pobreza energética en España. Análisis de tendencias” -presentado el pasado mes de marzo por la Asociación de Ciencias Ambientales-, en España cuatro millones de personas no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada en invierno y tres millones más tienen dificultades para pagar las facturas de energía. Así, el nuestro -apuntan desde esa asociación- se ha convertido en el cuarto país de la Unión Europea (UE) más afectado por la pobreza energética, "una enfermedad que provoca más de 7.000 muertes prematuras al año". Entre tanto, la factura del gas que paga el país -macroeconomía- es cada vez más gravosa para la balanza de pagos.
50.000 millones de euros que vuelan cada año allende las fronteras
El motivo es bien sencillo. España importa el 99% del gas que consume. Bueno, en realidad no es España la que importa; son algunas compañías que operan en nuestro mercado las que lo hacen. Importan gas para vendérselo luego al consumidor doméstico. Vendérselo cada vez más caro, lógicamente. Y dícese lógicamente porque esas empresas lo adquieren en los mercados internacionales a precios cada vez más elevados también. Según "Atados", informe que acaba de publicar Greenpeace International, la UE importa de allende sus fronteras más de la mitad de su energía, el 53%. En concreto -denuncian los ecologistas-, Europa se gasta cada año más de 400.000 millones de euros (M€) en combustibles fósiles, que llegan aquí desde el extranjero. Pues bien, de esa cantidad, "España paga unos 50.000 M€ (que suponen dos tercios de nuestro déficit comercial)".
Argelia, Trinidad y Tobago, Nigeria y Catar
Más en concreto: según Greenpeace International, Iberdrola importa más del 75% del gas con el que opera de países no pertenecientes al Espacio Económico Europeo (EEE); Gas Natural Fenosa, más del 80%; Enel (propietaria de Endesa), más del 90% (el EEE incluye a los 28 países de la Unión Europea, además de Noruega, Lichtenstein e Islandia en un mercado interior gobernado por unas reglas básicas comunes). A España el 80% del gas le llega desde Argelia, Trinidad y Tobago, Catar y Nigeria, destinos todos -cada año- de miles y miles y miles de millones de euros españoles, descomunal sangría de divisas (dos tercios de nuestro déficit comercial tienen ahí su origen) que, según Greenpeace, podría paliarse mediante las energías renovables -el viento, el sol, la geotermia, la biomasa-, fuentes de calor y electricidad autóctonas y, además, no contaminantes.
De la política energética
En las antípodas, el Ejecutivo Rajoy quiere convertir España en "el mercado de referencia del gas natural en el Mediterráneo", que en esos términos se expresaba el Partido Popular (PP) en su programa electoral allá por noviembre de 2011 (véase en Rajoy.es la página 46). En ese documento, de 214 páginas, el PP menciona las "energías renovables" en una sola ocasión. Y eso que, ya entonces, uno de cada tres kilovatios eléctricos era generado aquí por fuentes renovables (el viento, el sol, el agua), fuentes de energía autóctonas que contribuyen a independizarnos de Argelia, Nigeria o Catar, acreedores de una hipoteca energética (50.000 M€ cada año) que lastra cada vez más la salida de la crisis. Pues bien, desde 2011 y hasta hoy la prioridad ha sido el gas y las importaciones de combustibles fósiles han continuado desangrando la economía española y el bolsillo ciudadano.
La marca de la mariposa
Eso sí, ahora, Gas Natural Fenosa, la compañía que en 2013 declaró un beneficio neto de 1.445 millones de euros (beneficio neto); Gas Natural Fenosa, la compañía que el año pasado logró incrementar esos beneficios (con respecto al año anterior) aunque en 2013 generó un 9% menos de electricidad que en 2012; Gas Natural Fenosa, la compañía que trae más del 80% del gas con el que opera de naciones ajenas al EEE, es decir, la empresa que por una parte envía a países como Argelia, Nigeria o Catar centenares de millones de euros cada año, mientras que por la otra reconoce aquí beneficios multimillonarios (1.445 M€ en 2013); Gas Natural Fenosa, la empresa que se ha beneficiado de un incremento del precio del gas de más del 35% en los últimos cuatro años de montaña rusa; Gas Natural Fenosa, la firma de la mariposa... oferta una tarifa plana de luz y de gas.
Pros y contras
Tarifa plana durante un año, que seguirá ensanchando la brecha energética nacional (evasión multimillonaria de divisas), tarifa que dejará de ser plana un año después para subirse a la montaña rusa del gas natural durante el trienio siguiente (los antecedentes no pueden ser más explícitos: 35% de incremento de precio en los últimos cuatro años). En fin, tarifa plana que consume combustibles fósiles y ajenos, emisores de CO2 y de dividendos (con destino ignoto); o tarifa plana que refuerza la dependencia de España de mercados-montaña-rusa que escapan a todo control. Frente a ello, el discurso renovable oferta kilovatios verdes que, además de no emitir CO2, llevan años contribuyendo a reducir el precio de la electricidad: primer trimestre de 2014, 55% de generación renovable (26 €/MWh); último trimestre de 2014, 39% de generación renovable (52 €/MWh). [Léase al respecto].
Calefacción
Abrimos el reportaje con calor, calor de hogar. Cerremos del mismo modo, que el gas no solo sirve para generar kilovatios hora eléctricos en las centrales térmicas de ciclo combinado; también produce kilovatios hora térmicos (así se mide el calor) en las calderas de andar por casa. Empecemos por hacer comparaciones. Según el Ministerio de Industria (Informe de Precios Energéticos), el precio del kilovatio hora térmico (kWht) producido por una bombona de 35 kilos de gas propano (precio medio) es de 14,34 céntimos de euro (c€). El kWht de butano (bombona clásica de 12,5 kilos) sale a 9,12 c€. El kWht producido por gas licuado de petróleo por canalización le cuesta al usuario final 7,71 c€ (los grupos con mayores ventas en el mercado son Repsol, 89,0%; y Cepsa (7,0%); otros operadores son Vitogas, Primagas, GALP, Disa, EDP-Naturgas, Gas Natural y Gas Directo).
El kWh térmico de biomasa, el más barato
En lo que se refiere al precio del kilovatio hora térmico (kWht) puesto en casa por gas natural... salía, en febrero de 2014, o sea, este último invierno, a 6,38 céntimos de euro (ese precio no obstante no incluye el coste del denominado término fijo -que asciende a un mínimo de 17,5 c€ al día- y no incluye tampoco el alquiler del contador, que cuesta 4,9 c€ al día en el caso de Gas Natural Fenosa). Por fin, el precio del kilovatio hora térmico más barato del mercado a día de hoy es el producido con biomasa. Si la fuente de la biomasa es un saco de 15 kilos de pellets, de los que se pueden adquirir en cualquier gran superficie, el kWht le sale al usuario a 6,08 c€ (dato de febrero de 2014). Si abastecemos nuestra caldera a granel, vía camión volquete, el precio baja a 5,19 c€. Ambos precios (precios medios) incluyen IVA y transporte del granel a un máximo de 200 kilómetros.
La fuente de los precios de la biomasa es Avebiom. Las otras fuentes son el Minetur y Gas Natural Fenosa. Y la montaña rusa es una atracción de feria. A continuación, relación no exhaustiva de comercializadoras de electricidad 100% renovable:
Gesternova
Som Energia
Goiener
Más iniciativas: Enerplus; Nosa Enerxia.