Vayamos por partes. En todas las provincias que hemos citado ahí arriba hay instalaciones de autoconsumo. Todos los ejemplos citados –ubicación y potencia– los hemos extraído del mismo sitio: el registro público de instalaciones de autoconsumo que ha habilitado el Ministerio de Industria. Así que sí: hay autoconsumo solar en Almería y en Gijón, en Madrid y en Huesca, en Cádiz y en Salamanca. Pero también hay inscritas –en ese registro oficial– instalaciones de autoconsumo de Pontevedra y de Las Palmas de Gran Canaria, de Guipúzcoa y de Ávila, de Badajoz y de Girona; de Irún y de Ourense; de Madrid y de Castellón de la Plana.
Dos: el Grupo Parlamentario Socialista, el de Podemos, el de Ciudadanos, el de Esquerra Republicana de Catalunya, el Grupo Parlamentario Vasco, EH Bildu (que está integrado en el Grupo Mixto), Coalición Canaria, Compromís, Democracia i Llibertat y Nueva Canarias firmaron el pasado mes de febrero, en el Congreso de los Diputados, un «Acuerdo de Compromiso para el Desarrollo del Autoconsumo Eléctrico» que incluía la derogación del impuesto al sol. Pues bien, todos los partidos citados consiguieron el pasado 26 de junio un total de 213 escaños (más de 15 millones de votos), es decir, que constituyen la mayoría más abrumadora –el consenso más amplio– que quepa imaginar a día de hoy.
Aviso para constitucionalistas
El artículo 1 de la Constitución Española dice que “la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”. Pues bien, el pueblo español ha hablado –lo hizo el pasado 26J– y 213 de los diputados elegidos ese día representan hoy a partidos que se han pronunciado explícitamente en contra del impuesto al sol y a favor del autoconsumo. La pregunta es: ¿atenderá el Gobierno en funciones PP constitucionalista– a esos 15 millones de votantes (“la soberanía nacional reside en el pueblo español”) o va a convertir el impuesto al sol en una línea roja mientras negocia (con qué partidos) la investidura de Rajoy?
Idea número cuatro (o hecho fehaciente): el impuesto al sol que incluyó el Partido Popular en su Real Decreto de Autoconsumo –RD que aprobó en octubre del año pasado– no lo está pagando nadie, como ya se ha dicho. El propio PP –el propio Ejecutivo– ha tomado (tomó hace unos meses) una cierta decisión (tan tácita como sonora): no obligar (no vigilar) el cumplimiento de esa norma. Entre otras cosas, porque el RD está tan mal redactado –tan preñado de indefiniciones técnicas y dudas– que las comercializadoras no saben cómo cobrarlo. Por eso, a día de hoy, nadie lo está cobrando, ergo nadie lo está pagando.
Cinco: a principios de julio la situación era la siguiente
En el registro ministerial había inscritas unas 300 instalaciones de autoconsumo, 8.000 kilovatios de potencia. Eso sí: según la Unión Española Fotovoltaica, en realidad en España podría haber hasta cincuenta megavatios de autoconsumo (muchas instalaciones no se habrían inscrito a la espera de que se clarifique el marco regulatorio y político). Sea como fuere, el dato oficial era en esa fecha ocho: 8 MW inscritos, repartidos entre centenares de instalaciones de 1,3 y de diez y de 43 y de 125 y de 267 kilovatios (todos los ejemplos son reales y han sido extraídos del registro susodicho). A lo largo de los meses de mayo y junio, se han inscrito 1.850 kilovatios, o sea, a razón de 30 kW cada día.
El sector, pues, está vivo
Eso sí: opera al ralentí porque todavía hay mucho cliente potencial asustado por ese impuesto al sol que nunca fue, que no es, y que 213 diputados se han comprometido a no cobrar. Y opera al ralentí porque también son muchos los que están esperando a que haya nuevo gobierno y certifique oficialmente la defunción del impuesto que nació muerto. En fin, que opera al mínimo, sí… pero que opera. Y lo hace a pesar del miedo que ideó el Gobierno (y que han agitado durante años sus mamporreros mediáticos). Y opera porque el boca a boca es imparable. Y porque los números salen. Por eso, las instalaciones de autoconsumo son cada día más: 1.850 kW inscritos en solo dos meses... O sea, cerca de dos megas en la España de un gobierno en funciones, España en transición. Si ese es el escenario ahora, ¿cómo será una vez haya gobierno y haya cristalizado el discurso proautoconsumo de los 213 diputados?
A lo largo de los últimos meses, las empresas del sector han estado ofertando (enésimo esfuerzo contra una regulación estúpida) dos presupuestos por cada instalación–cliente: “presupuesto con” y “presupuesto sin impuesto al sol”. En muchos casos, los números han seguido saliendo incluso con el impuesto de Rajoy, que no afecta del mismo modo a todas las instalaciones (el gravamen depende de la potencia y otras variables). El caso es que, con y sin impuesto al sol (porque el impuesto no está, pero parece que sí), el sector ha sobrevivido. A duras penas, sí, pero ha sobrevivido. Cierto es, no obstante, que, en el entretanto –cuatro años de impuesto fantasma–, han desaparecido unos cuantos miles de puestos de trabajo (cuántas pymes) y han partido rumbo al exilio un montón de magníficos profesionales que solo allende las fronteras han podido aguantar el tipo.
Carrera de fondo
La meta de esta carrera –carrera de fondo– empieza por fin a vislumbrarse, no obstante. Queda un último esfuerzo, sin embargo. ¿Cuál? Que las pymes que han resistido hasta aquí sigan presionando ahora a sus asociaciones, para que estas –junto a organizaciones ecologistas, de consumidores, sindicatos y movimientos sociales– sigan percutiendo sobre la clase política y la opinión pública (o sobre la opinión pública y la clase política). El momento –España en transición– es crucial. La Unión Española Fotovoltaica y otras asociaciones fueron capaces de meter el autoconsumo en la agenda política en pleno intermezzo electoral. Así, el pasado 26 de febrero, once partidos políticos y 26 organizaciones sociales suscribieron, en dependencias del Congreso de los Diputados, un texto –Acuerdo de Compromiso para el Desarrollo del Autoconsumo Eléctrico– que dice NO al impuesto al sol y apuesta, inequívoco, por la simplificación administrativa.
De lo que se trataría ahora es de que el autoconsumo continuase estando muy visible en esa agenda, y de que se convirtiese en línea roja de todos los futuribles pactos de gobierno. En realidad, ese protagonismo no debería ser entendido sino como respuesta a una evidencia incontestable: la clave de la recuperación económica es la transición energética, y esta pasa, indefectiblemente, por la generación distribuida y el autoconsumo, esa fórmula de ahorro de energía que las pymes de España llevan años –porque ya son años– ejemplificando todos los días. Energías Renovables también lleva años –porque ya son años– trayendo a estas páginas ejemplos de autoconsumo. Vayan cuatro a continuación y, en piezas aparte, vayan además algunas de las más ambiciosas iniciativas proautoconsumo que ya ha puesto en marcha la sociedad civil española, esa que ya no quiere esperar más a que los próceres políticos vean la luz, esa que, por eso, afortunadamente, ya se ha puesto en marcha.
1. Centro de día Azheimer León (en la ciudad de León)
Instalación puesta en marcha –sobre cubierta– a mediados de 2015. La tramitación se realizó a través del Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión. AS Solar se encargó del suministro de 12 kW de paneles solares Sharp de 250 vatios, un inversor de conexión a red Fronius, estructura de fijación de paneles Schletter y un equipo de monitorización e inyección cero Lacecal. La instalación fue ejecutada por Ingenova Proyectos SL.
2. Granja ganadera con 150 cabezas (Lugo)
“Funciona totalmente con energía eólica y solar en un sistema mixto que proporciona más de 120 kilovatios hora al día –según informa La Eléctrica Lugo–, con una potencia pico de unos 40 kW”. La Eléctrica Lugo (Grupo Elektra) ha suministrado el material. La instalación la realizó (año 2016) Manuel Novoa Castro SLU y consta –informa Grupo Elektra– de los siguientes elementos: tres aerogeneradores Enair 70, tres inversores SMA, doce baterías 12OPzS1200 de 1917Ah en C100 y paneles Exion policristalinos con estructura coplanar.
3. Gran superficie comercial (Leclerc, Ciudad Real)
La instalación, sobre cubierta, tiene una potencia de 120 kilovatios pico (100 nominales). Según la ingeniería que la ha ejecutado, I+D Energías, la inversión que la multinacional francesa ha hecho en esta instalación (150.000 euros más IVA) la recuperará en unos ocho años. La ingeniería estima que el ahorro acumulado (a lo largo de 25 años) ascenderá a unos 527.000 euros. La cubierta FV genera aproximadamente el 8% de la demanda del centro. Todo lo que genera lo consume.
4. Matadero (Vitigudino, Salamanca)
La ingeniería Gamo Energías es la responsable de la instalación de autoconsumo sobre cubierta de la cooperativa Dehesa Grande. La instalación consta de 441 paneles de 240 vatios pico (105,84 kilovatios pico en total). La inversión ascendió a 135.475 euros. El ahorro anual logrado en 2015 fue de 14.704 euros. El consumo total anual de energía eléctrica en el año 2015 –informa Gamo Energías– asciende a 958.286 kilovatios hora, de los cuales 162.972 son generados mediante la instalación de autoconsumo fotovoltaico, representado esta cifra un 18% del consumo total anual. [Sobre esta interesante instalación publicaremos próximamente un amplio reportaje].