Pilotada por uno de sus inventores, Bertrand Piccard, la nave solar ha completado su vuelo ininterrumpido en tres días y tres noches desde Hawai, en un recorrido de 4.528 kilómetros, según se explica en la página web del proyecto. Se completa así el trayecto que cruzaba el Pacífico iniciado por el otro inventor del aparato, André Broschberg, en 2015. El Solar Impulse II había llegado a Hawai en julio pasado, después de volar desde Japón también ininterrumpidamente durante cinco días sobre el océano Pacífico. En ese momento, batió dos marcas mundiales: la mayor distancia recorrida por un avión propulsado por energía solar y el vuelo más largo de ese tipo tripulado en solitario. Sin embargo, el proyecto se vio demorado en el archipiélago durante casi 300 días para solucionar las averías surgidas en la nave, especialmente en las baterías.
La vuelta al mundo
La idea original es circunvalar la Tierra y concluir el viaje en Abu Dhabi, en Emiratos Árabes Unidos, que fue donde se inició el periplo en marzo del año pasado. Previsto originalmente para recorrer más de 32.000 kilómetros en cinco meses, pero con 25 días de vuelo efectivo, y todo gracias a motores propulsados exclusivamente por la energía que proporcionan unas 17.200 células fotovoltaicas, el proyecto se ha demorado aunque no en desmedro del mensaje: demostrar la viabilidad de realizar vuelos aéreos sin contaminar y con seguridad. El Solar Impulse II continuará su viaje hacia Nueva York, desde donde está previsto que viaje a Europa, el norte de África y a Abu Dhabi. Este proyecto sigue la estela que el mismo equipo llevó adelante con el Solar Impulse I cuando en 2003 cruzó Estados Unidos de oeste a este sin usar combustible líquido de ningún tipo, una misión titulada Across America (A través de Estados Unidos), primera vez que un avión demostró que es capaz de volar día y noche impulsado exclusivamente por energía solar.