El Real Decreto 900/2015 de Autoconsumo exige a los propietarios de instalaciones solares fotovoltaicas de autoconsumo que, por una parte, se inscriban en un registro y, por otra, paguen un impuesto por cada kilovatio hora que genere su instalación, aunque ese kilovatio hora sea instantáneamente autoconsumido en su hogar. Es decir, que el impuesto al sol que ha ideado el Ejecutivo Rajoy grava los kilovatios hora que generan mis paneles solares en el tejado de mi casa, kilovatios que recorren solo el cableado de mi hogar (no llegan pues nunca a la red), y kilovatios hora que consumo en mi frigorífico (en fin, kilovatios que produzco y consumo en mi propiedad, de ahí el nombre: impuesto al sol, pues no se grava ni la placa solar, ni el cableado, ni el frigorífico; lo que el Gobierno grava es el Astro Rey).
El caso es que ese impuesto suscitó y suscita un rechazo tal que todos los partidos (menos el PP) firmaron en el Congreso en febrero un documento por el que se comprometieron a su inmediata derogación si alcanzaban el Gobierno. Pero además de recibir el no de todos los partidos, el RD de Autoconsumo del Ejecutivo Rajoy -el RD del impuesto al sol- ha sido también unánimemente rechazado por los actores del escenario energético nacional. Así, se han pronunciado explícitamente en su contra las cinco grandes organizaciones ecologistas (Greenpeace, WWF, Amigos de la Tierra, SEO/BirdLife y Ecologistas en Acción), las asociaciones de consumidores más importantes del país (Facua, OCU, Asgeco, etcétera), la Fundación Renovables, el Green Building Council España, la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, la Fundación Desarrollo Sostenible y los sindicatos Comisiones Obreras y UGT.
Pues bien, la oposición unánime del escenario energético nacional (incluso Ciudadanos y UPN, la marca blanca del PP en Navarra, se han manifestado explícitamente contra ese impuesto) y, por otra parte, la situación política de marasmo gubernamental (seguimos sin gobierno) han disuadido al Ejecutivo Rajoy, ahora en funciones, de aplicar su Real Decreto. Y así, a día de hoy, once meses después de aprobado el impuesto al sol, y a pesar de que en el registro del ministerio ya hay más de 16 megavatios de autoconsumo inscritos (centenares de instalaciones repartidas por toda España), nadie ha pagado aún impuesto alguno. Entre otras cosas, porque las comercializadoras no saben cómo cobrarlo (el Ejecutivo no aclara en su decreto el procedimiento). Además, según todos los analistas, en ese registro no estaría inscrita más que la quinta parte de los autoconsumidores.
Y eso que el RD 900 amenaza con multas de hasta sesenta millones de euros a quienes incumplan el requisito de inscripción. En fin, que el terrorismo regulatorio parece causar cada vez menos mella en la sociedad civil, que sigue poniendo en marcha instalaciones de autoconsumo confiada en que ningún gobierno futuro mantendrá un impuesto que todos los partidos (menos el PP) se han comprometido a derogar, un impuesto que nadie quiere, nadie cobra y nadie paga a día de hoy en España. Así, en los últimos cinco meses, desde que en abril entrase completamente en vigor el famoso RD 900/2015, el sector ha inscrito en el registro del ministerio hasta diez megavatios nuevos de autoconsumo, lo que supondría que en España se está instalando a razón de casi 70 kilovatios de potencia en autoconsumo al díaj (en abril había seis megavatios instalados, hoy hay dieciséis).
Y quede constancia de que la media -70 kilovatios en cinco meses- se hace con agosto de por medio.
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