Entre los datos que aporta el estudio de APPA resaltan los 10.244 millones de contribución al PIB y 2.101 millones ahorrados en importación de combustibles. Pero hay otro de cariz socio-laboral que tiene aún más notoriedad, ya que demuestra que el sector ha generado nuevos puestos de trabajo (5.983 exactamente) por primera vez desde el año 2008, repunte que se produjo, según APPA, “por los empleos inducidos debidos a la construcción de nuevas centrales”. No todas las tecnologías crecieron en este apartado. Solo la biomasa (suma al biogás), la termosolar y la fotovoltaica ganaron empleo en 2011.
Exceptuando a la energía eólica, que subió en potencia pero no en trabajadores, el crecimiento del empleo en 2011 se corresponde con las tecnologías que ganaron megavatios en el mismo período. Sin embargo, hay que reseñar que la termosolar sumó 9.711 empleos con 467 MW instalados, la fotovoltaica 174 con 409 MW más y la biomasa 1.360 con 61 MW. Esto quiere decir que la bioenergía asociada a la biomasa y el biogás elevó su ratio a 22,3 puestos de trabajo por MW, mientras la termosolar se quedó en 21 y la fotovoltaica en 0,4.
Biocarburantes, buenas noticias en reducción de CO2 y objetivos de consumo
Las buenas noticias en el área de los biocarburantes hay que buscarlas en otra parte del estudio de APPA, ya que el sector perdió 1.375 empleos, de 5.172 pasó a 3.797. En las conclusiones se afirma que el mayor consumo de bioetanol y biodiésel no se ha traducido en una mayor actividad por culpa de las importaciones masivas. “Si no se producen en España no se generará empleo nacional, se acabará con la industria y simplemente se sustituye una dependencia de las importaciones de petróleo por la dependencia de las importaciones de biocarburantes”, afirman en el estudio.
APPA, sin embargo, recuerda que “la utilización de biocarburantes en el transporte supone importantes ahorros de emisiones de CO2 y si se produjesen en mayor medida en las plantas españolas se equilibraría aún más la balanza comercial”. El estudio cuantifica en 4,5 millones de toneladas el CO2 que no llegó a la atmósfera por el uso de biocarburantes. Añaden, además, que se cumplieron los objetivos marcados de consumo, algo que no se puede decir de la biomasa y el biogás, ya que junto a la minihidráulica quedaron por debajo de sus objetivos de potencia, con un déficit de 1.278 MW.
47.300 empleos en España y 12 millones en todo el mundo
A pesar de todo, la bioenergía sigue sin consolidar su potencial de creación de empleo al no cumplirse sus expectativas de crecimiento. Hace algo más de un año, antes de que aparecieran la moratoria y las tasas a las renovables, también APPA presentó un informe de Analistas Financieros Internacionales (AFI) en el que se concluía que una actualización del marco retributivo de la biomasa y el biogás eléctricos permitiría crear casi 47.300 puestos de trabajo en España y atraer 3.854 millones de euros en inversiones privadas, con un beneficio económico adicional de 46 millones de euros para el Estado.
A nivel mundial, otros informes multiplican estas posibilidades de creación de empleo. Es el caso de Empleos verdes: Hacia el trabajo decente en un mundo sostenible y con bajas emisiones de carbono, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). En él se constataba que de los 20 millones de empleos que pueden alcanzar las renovables en 2030, 12 millones, más de la mitad, corresponderían a los biocombustibles. En este caso hacía también un llamamiento a mejorar sustancialmente las condiciones laborales en las que se producen esos biocombustibles en algunas partes del mundo, especialmente en los países en desarrollo.