Mis amigos quieren ser astronautas, sexadores de pollos o reyes magos –dicen que trabajas una vez al año y es mentira–, pero yo, cuando sea mayor, lo tengo muy claro: quiero ser eficiente y bien gestionado. No sé muy bien lo que significa, pero papá lleva todo el verano murmurando “eficiente y bien gestionada, eficiente y bien gestionada, eficiente y bien gestionada” por todos los rincones de la casa. Cuando habla con sus amigos, es el único tema que trata, y con mamá se ha puesto tan pesado que ella le ha amenazado con olvidarse del deber conyugal (o algo parecido, que tampoco lo entiendo muy bien).
Cuando le pregunté qué significa ‘eficiente y bien gestionada’ la primera vez que le oí, me respondió, sonriendo de forma rara: “es lo que necesitamos para que se solucionen nuestros problemas, que nuestra empresa sea eficiente y esté bien gestionada”. Le he pedido varias veces que me lo explique mejor, pero no lo he conseguido; papá no quiere hablar de ello conmigo; y yo ya no insisto más, porque la última vez me gritó y me mandó a mi cuarto sin cenar. Sin embargo, he buscado en los papeles que lee y relee constantemente y he encontrado algunas pistas.
En uno de ellos, el Real Decreto-ley 9/2013, viene una definición: “aquella empresa dotada de los medios necesarios para el desarrollo de su actividad, cuyos costes son los de una empresa eficiente en dicha actividad y considerando los ingresos correspondientes y un beneficio razonable por la realización de sus funciones”. Incapaz de substanciar tal abstracción, seguí indagando.
En otro montón de papeles, la Propuesta de Real Decreto por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovables, cogeneración y residuos, encontré que la empresa eficiente y bien gestionada obtiene una “rentabilidad razonable” de sus proyectos. Para ello, los tiene que haber “financiado con recursos propios”. O sea, que la primera condición que debo cumplir de mayor es tener dinero y no pedírselo a los bancos.
En ese mismo montón –lleno de fórmulas que no comprendo, deben ser de bachillerato– se indica que se establecerán unos “parámetros retributivos” para calcular lo que van a pagar a las empresas que produzcan energía limpia como la de papá. Según dicen los mayores, lo decidirá un señor con bigote que se parece mucho a otro señor que fue Presidente del país antes de que yo naciera.
Papá mienta mucho a ese señor, y a su madre, su padre y sus difuntos. Yo creo que unos montones de papeles tan complicados no los puede hacer él solo en el poco tiempo que le quede después de salir tanto en la tele y en la radio. Tiene que haber alguien más que le ayude a escribirlos y a decidir lo que es una empresa eficiente y bien gestionada y lo que tiene que cobrar. Escuchando a papá, estoy seguro de que ese, o esos, no les tienen mucho aprecio a las energías limpias.
Y como yo no quiero problemas de mayor con el señor de bigote y sus adláteres, he decidido que voy a ser eficiente y bien gestionado, para conseguir buenos parámetros, que debe ser algo así como sacar buenas notas. Mi problema es que no tengo recursos propios –voy a un colegio público– y no puedo pedírselos al banco.