Primero se llevaron a los comunistas (ER 83)

Tomás Díaz
Director de Comunicación de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF)
tdiaz@asif.org

Hay cierta controversia con su origen y hay varias versiones, porque lo han modificado durante décadas las incontables personas que lo han difundido emocionadas. Hasta el propio autor, Martin Niemöller –un pastor protestante alemán que llegó a ser Presidente del Consejo Mundial de las Iglesias y que lo recitó por primera vez, durante un sermón, allá por 1946–, lo cambió según le convenía durante toda su vida.

Una de las transcripciones más conocidas, con gran carga ideológica, se le ha atribuido falsamente a Bertolt Brecht, el gran dramaturgo alemán. Dice, más o menos, así: Primero se llevaron a los comunistas, pero a mí no me importó porque yo no lo era. Enseguida se llevaron a los sindicalistas, pero a mí no me importó, porque yo no lo era. Después detuvieron a los obreros, pero a mí no me importó, porque yo no lo era. Ahora me llevan a mí, pero ya es tarde.

Si, indistintamente, cambiáramos “comunistas”, “sindicalistas” y “obreros”, por “minihidráulica”, “fotovoltaica” y “biocarburantes”, tendríamos un texto muy apropiado para la situación del sector de las renovables en España. No sólo por afinidad energética, sino por el trasfondo de conflicto: quizá no haya lucha de clases, pero sí lucha entre fuentes sostenibles e insostenibles, entre fuentes limpias y sucias, entre futuro y salud y pasado y enfermedad.

No nos engañemos. Es bueno que existan asociaciones que representen los intereses de las empresas y entidades que hacen negocio con tecnologías concretas, pero es nefasto que no haya un órgano de coordinación, una voz única, una representación colectiva de todas las energías verdes que, ejerciendo de paraguas, defienda los intereses comunes ante los ataques viscerales, sesgados y falaces de las fuentes de energía convencionales.

Ahora, que afrontamos el diseño de la regulación y la planificación que debe llevar a las renovables a cubrir un 20% del consumo de energía en 2020, ahora, que el sistema energético se rompe por las costuras mientras se intenta inútilmente complacer a todos,
ahora, que los conglomerados energéticos fósiles y nucleares sacan la artillería para defender sus intereses –cada vez más espurios ante la realidad del cambio climático–, es el momento de aparcar rencillas y de aunar esfuerzos. Porque no podemos perder esta oportunidad. La división ofrece un espectáculo bochornoso y hace cualquier cosa menos ayudar.

tomás díaz

Primero se llevaron a los comunistas (ER 83)