Por mucha influencia política que se crean que siguen teniendo y por mucho poder mediático que pongan en juego, la razón y la historia no está de su parte. Y no es que les tenga mala fe, a título personal; es que el sistema energético tiene que cambiar. Les guste y les parezca bien o no. Está escrito en las leyes físicas de la naturaleza.
Me estoy refiriendo -ya lo habían entendido¬- a los aficionados que se creen que rigen el sistema energético solo porque manejan algo de dinero en relación con la electricidad o los combustibles fósiles. La energía se rige por leyes diferentes que las de la Economía o las de la Ecología, aunque esta se apoye algunas veces en la Termodinámica que es la ciencia cuyas leyes gobiernan los intercambios energéticos que son bien conocidas y son claves en la solución del problema que han creado ellos con su insaciable necesidad de mejorar los niveles económicos de sus empresas.
En efecto, el problema viene de que el sistema energético del que “disfrutamos” algunos –hay más de 2000 millones de seres humanos que no tienen electricidad- tiene un rendimiento ínfimo (inferior al 3 %) y cada vez somos más seres humanos que queremos parecernos a los más consumidores y derrochadores con lo cual el asunto no tiene solución si no somos capaces de convencernos de que no se puede seguir así. Pero eso les viene bien “a ellos”. A los que venden electricidad o combustibles fósiles, y no les preocupa ninguna otra cosa más, por mucha publicidad verde que hagan para quedar bien con la opinión pública.
No se puede seguir así. Y cuando –tímidamente todavía- salen a la palestra fuentes energéticas renovables y programas de ahorro energético, se rasgan las vestiduras y arremeten contra estas medidas –absolutamente imprescindibles para el conjunto de la sociedad- y sacan trapos sucios de primas y subvenciones. Como si ellos no las hubieran recibido. En realidad, más y mucho más escandalosas que hasta resulta casi imposible ponerlas en pie y valorarlas. Pero baste un ejemplo: el año que viene, el sector del carbón va a recibir la pequeña “prima” de más de 2500 millones de euros vía Presupuestos Generales del Estado y otras ayudas, y que así no aparecen en el ya célebre “déficit tarifario”.
Solo quiero hacer mención a un pequeño “detalle” en la misma comunidad autónoma que se entiende es la clave del carbón español. Me refiero a Asturias –patria querida, para mi también- en la que una empresa avispada (no diré el nombre) está fabricando espejos para las centrales solares termoeléctricas de canal parabólico y, en estos días, está mandando a Marruecos miles de metros cuadrados de este elemento esencial en esas plantas energéticas.
¿Seguimos quemando carbón nacional con lo que eso conlleva desde todos los puntos de vista o reconvertimos nuestras empresas para que se incorporen a la “movida” internacional por las energías renovables?
Porque, ¿se han enterado? El maravilloso y extraordinario premio nobel, emperador del mundo, D. Barack Obama ha apostado por las renovables. Por eso, algunos juegan a las dos barajas. ¿Ven Vds. los anuncios de televisión? Yo no mucho; pero sí lo suficiente para darme cuenta de que quienes presumen de “energía verde”, de “Invertir en renovables” “mirar hacia el futuro”… en temas energéticos son los que ahora ponen pegas a las primas de las renovables. Pero no las pusieron cuando les facilitaron el “acceso a la competencia” y les dieron 1,3 billones (sic: con “b”) de pesetas de las de entonces o cuando les resolvieron el problema con la moratoria nuclear en la que irresponsablemente se habían metido o la “moda” de los ciclos combinados de gas natural que ahora se pueden quedar fuera de lugar –en parte, claro- y no ganar los que ellos pensaban. ¿Qué pasa ahora? ¿Qué tenemos que pagar los de siempre?
Pues yo me niego. Yo quiero tener una instalación fotovoltaica en mi casa y vender la electricidad generada al precio que establezca el gobierno –como lo estableció con ellos; y bien que les vino- y ganar “dinerito” con el plazo de amortización que sea correcto. Por cierto, la legislación española (al igual que la alemana) lo permite y cualquier ciudadano que tenga algo ahorrado puede hacerlo, ¿lo sabían? Todos queremos ser como “ellos”; queremos ser “productores” de electricidad.
Pues parece que eso molesta a los que han venido disfrutando del sistema y, de paso, han contribuido a eso que llamamos el cambio climático. Y ahora se niegan a colaborar en enmendar el desaguisado que ellos mismos han creado. Sinceramente, me parece inaceptable. “Alguien” tendrá que decirles algo. Y, sobre todo, actuar en consecuencia. Me consta el criterio positivo del Presidente del Gobierno en este sentido. Entonces: ¿por qué permite que su ministro de Industria no actúe en consecuencia sino más bien en sentido contrario? ¿Qué pasa aquí? Un secretario de Estado se permite el lujo de intentar jugar con nuestro Parlamento, y menos mal que no lo consiguió , con el planteamiento del partido que sustenta el gobierno, con el propio Presidente al que deja en ridículo en su brillante entrevista con el Sr. Obama; y no le pasa nada. Sigue ahí. De verdad que no entiendo nada. Es superior a mis capacidades mentales. Y ¿nadie dice nada? Bueno, sí dicen. Ya se ve todos los días cuando algún periodista ignorante o vendido a los poderosos cacarean las consignas de turno: “cazaprimas”, especuladores de las renovables, etc. y ocultan cuantas subvenciones reciben, han recibido y seguirán recibiendo las convencionales.
En fin, que sólo confío en los ciudadanos “de a pie” que siempre terminan acertando con su percepción de las cosas. Y ahora también lo tienen claro: no se puede seguir quemando combustibles fósiles ni almacenado residuos radiactivos; cueste lo que cueste. Porque, a la larga, costará mucho más mantener y profundizar el sistema como está que modificarlo en el único sentido posible.
Mi sensación personal se asemeja a unas palabras de Ghandi, aunque él las aplicara a otro asunto: “Primero, te ignoran, luego, se rien de ti, después te combaten; pero, finalmente, ganas”.
1. Por cierto que el mismo presidente del gobierno de entonces ahora es un entusiasta de la energía nuclear y no entiendo muy bien porqué; ni de lo de entonces, ni de lo de ahora.
2. Gracias a la intervención responsable de algunas comunidades autónomas y a los señores diputados (todos menos uno; seguramente se equivocó) a los que hay que agradecer el magnífico ejercicio de sus responsabilidades.
Más información:
Valeriano Ruiz Hernández. Catedrático de Termodinámica. Universidad de Sevilla.
varuher@esi.us.es