Sí hay 1.740 millones de euros para comprar 348 carros de combate (el Ministerio de Defensa anunció la adjudicación hace seis semanas), pero no hay 20 para salvar Abengoa. Cuestión de voluntad política. El Ejecutivo central, en medio de una pandemia, sí ha tenido voluntad política para firmar un contrato que va a suponer un desembolso de dinero público multi-multimillonario: "un hito histórico", ha dejado dicho la ministra de Defensa, Margarita Robles, para gozo y disfrute de las hemerotecas. Pero el Ejecutivo andaluz, en medio de la misma pandemia, no parece que vaya a tener voluntad política suficiente como para aportar esos 20 millones de euros. "¿Hay un instrumento financiero a día de hoy para poder arreglar este problema? Instrumento financiero a día de hoy no hay. No tenemos a día de hoy un instrumento financiero", insistió ayer cuantas veces hizo falta (el entrecomillado es literal) el consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía, Juan Bravo, en respuesta a las preguntas de los periodistas que le apelaban tras el Consejo de Gobierno (de Abengoa dependen muchos puestos de trabajo en la región).
Hoy no hay 20 millones; pero sí hubo 200 ayer
Ahora no hay instrumentos financieros para poder arreglar el problema de Abengoa, dijo ayer en comparecencia ante los medios el consejero de Hacienda, Industria y Energía, Juan Bravo, de quien depende la Agencia Andaluza de la Energía. Pues bien, esta Agencia, hace apenas unas semanas hacía balance del Programa para el desarrollo energético sostenible de Andalucía: "desde mayo de 2017 y hasta julio de 2020 -precisaba la Agencia en una detallada nota de prensa-, se han apoyado 11.596 actuaciones solicitadas por ciudadanos, empresas y administraciones andaluzas", y esas actuaciones se han visto incentivadas con ayudas por valor de 218,5 millones de euros.
En fin, cuestión de voluntad política. Otro ejemplo: el Consejo de Gobierno de Andalucía autorizó el pasado mes de abril, en mitad de lo peor de la pandemia, una transferencia de 93,5 millones de euros destinados al Programa de Incentivos para el Desarrollo Energético Sostenible hasta 2020 que gestiona la Agencia Andaluza de la Energía, entidad adscrita a... efectivamente... la Consejería de Hacienda, Industria y Energía. Sea como fuere, el consejero Bravo vino a decir ayer que no iban a salir de la Junta los 20 millones de euros de rescate que la compañía asegura necesita para seguir adelante y señaló en dirección al Gobierno central, concretamente al Instituto de Crédito Oficial.
Una multinacional sevillana
Abengoa es una multinacional sevillana que ha construido centrales solares en cuatro continentes y suma 2.300 megavatios de potencia instalados, el 35% del total mundial. Abengoa lo hace todo: desarrolla componentes (tiene 280 patentes), entrega instalaciones llave en mano (desarrollo de proyecto, ingeniería, compras, construcción y puesta en marcha) y presta servicios de asesoramiento tecnológico, de ingeniería, de operación y de mantenimiento.
La firma andaluza se ha especializado en las dos tecnologías termosolares más implantadas: de torre y cilindroparabólica. La primera grosso modo lo que hace es concentrar en un receptor que ubica en lo alto de una torre (estas superan en muchos casos los 200 metros de altura) la radiación solar que colectan los centenares (o miles) de heliostatos (espejos) que se ubican alrededor de la torre en cuestión, radiación que calentará las sales que generarán la electricidad (véase vídeo).
La otra tecnología también concentra la energía solar. Lo hace con colectores cilindroparabólicos a lo largo de los cuales circula (embutido en un tubo) un fluido caloportador (el colector concentra en el fluido todo el calor y ese calor es empleado en un ciclo térmico convencional para generar electricidad).
La multinacional sevillana, que ha instalado ya como se dijo 2.300 megas de potencia termosolar, está trabajando ahora mismo en 760 más. De todos ellos, el proyecto quizá más emblemático es el de Cerro Dominador, el mayor complejo solar de Suramérica, donde se combina energía termosolar, con una torre de 220 metros, y tecnología fotovoltaica, y que está a punto ya de ver la luz en Chile.