A finales del año pasado, SolarReserve comenzó las actividades de puesta en marcha del proyecto Crescent Dunes, con una capacidad de 110 MW y localizada cerca de Tonopah, en Nevada. Esto marcaba los últimos nueve meses de construcción para el proyecto de tres años de duración, el primero de torre de CSP con almacenamiento ubicado en EEUU y el más grande a nivel mundial.
"La puesta en marcha de una instalación como esta tarda entre seis y nueve meses —declara Kevin Smith—. Una de las principales tareas es la puesta en funcionamiento de los 10 000 heliostatos. Hemos realizado la calibración inicial de los primeros 1.000 y la de los 10 000 totales está en curso". "Solo el hecho de fundir la sal —añade— es un proceso que se prolonga unos dos meses, estamos hablando de fundir unos 31,75 millones de kilos de sal". En el momento de esta entrevista el proceso estaba a punto de comenzar. La sal, una vez que se funda, permanece en este estado durante la vida del proyecto.
"Probablemente estaremos mucho más cerca de completar la construcción en mayo de este año —calcula Smith—. Las actividades de puesta en marcha tienden a comenzar a encajar cuando los sistemas empiezan a estar completos, cuando algunos de los sistemas adicionales ya están en marcha".
30 años de experiencia
El proceso de puesta en marcha de una planta energética no es algo nuevo para Smith, que ha estado construyendo y explotando plantas de energía alimentadas de manera convencional durante 30 años. La energía de concentración solar (CSP, por sus siglas en inglés) comparte la tecnología "de fondo": las turbinas y el bloque energético con generación de energía fósil.
El emplazamiento, la obtención de permisos y, ahora, la puesta en marcha han sido procesos que han presentado pocos problemas para la empresa. SolarReserve emplazó Crescent Dunes en un área de Nevada extremadamente aislada y medioambientalmente benigna, a cuatro horas en coche al norte de Las Vegas y se obtuvieron los permisos sin ningún obstáculo. De igual modo, su puesta en marcha tampoco ha presentado ningún drama.
"Hasta ahora, las cosas han ido avanzando sin problemas —declara Smith—. Acabamos de completar la construcción así que nos encontramos en las fases iniciales y hasta que tengamos todos los sistemas en funcionamos no vamos a saber de primera mano si hay alguna sorpresa. La verdad es que no esperamos ninguna".
La experiencia de Smith en generación convencional ofrece una base para las comparaciones. Señala que mientras que una planta nuclear o de carbón tarda más tiempo en ponerse en marcha, la CSP tarda un período similar al de una de gas natural.
"Un proyecto de energía convencional va a requerir unos seis meses para el proceso de puesta en marcha, incluso si se trata de un ciclo combinado de turbina de gas sencillo", comenta. Pero una vez que esté en funcionamiento, surgen las diferencias.
"No hay combustible, no hay mejoras de eficiencia obligadas debido a las emisiones —explica—. Claro que vamos a investigar posibles mejoras de la instalación pero, una vez que se ha construido, no nos veremos afectados por esos requisitos medioambientales que tendríamos en el caso de la energía convencional".
Con el tiempo será más rentable que el gas
Los precios del gas natural en EEUU están disminuyendo de nuevo y se sitúan entre 4 USD y 5 USD por millones de unidades térmicas británicas (Mbtu, por sus siglas en inglés). Con los precios del combustible tan bajos, la opción más barata de generación energética es continuar explotando las plantas de gas existentes. Han recuperado sus gastos de capital y pueden vender energía a entre 4 y 5 céntimos por kilovatio hora.
Pasarán 25 años antes de que Crescent Dunes, y el resto de proyectos de CSP que se están completando en EEU gracias a la Ley de Recuperación se encuentren en esa situación. Pero ocurrirá.
Además, como explica Denny Boyles, de PG&E, “no necesariamente se va a desmantelar un proyecto solar tras 20 o 25 años. Espero que algunos de estos proyectos firmarán nuevos acuerdos para la venta de energía". De momento, ya hay un proyecto de CSP que ha entrado en la segunda ronda de venta de energía durante 25 años: la planta SEGS que construyeron hace 30 años en el sur de California los precursores de BrightSource Energy.
"Cualquier instalación nueva, ya sea de gas natural o renovable, va a implicar muchos costes adicionales que ya no deben afrontar las plantas que llevan operativas muchos años: obtención de permisos, emplazamiento, costes capitales y costes de financiación de la inversión", explica Marc Ulrich, vicepresidente de actividad comercial en Southern California Edison (SCE), la compañía que compra la electricidad generada por la planta SEGS.
"Una planta antigua, incluso si se trata de una renovable, normalmente se amortiza por completo. Por tanto, mientras puede operar es una instalación muy competitiva en cuanto a costes", añade.
Ulrich paga menos de 6 céntimos por kilovatio hora de energía en el nuevo acuerdo para la compra de energía del proyecto SEGS, en torno a la mitad del precio para CSP de una planta nueva. La energía de una planta de gas natural recién construida sería más cara.
"Si ahora se construye una nueva instalación de gas natural y se incluyen todos los costes, como los de explotación y mantenimiento, va a situarse más en el margen de entre 7 y 8 céntimos por kilovatio hora", declara Smith. Y esta estimación no incluye la posibilidad de que los precios de gas aumenten durante el ciclo de vida de 25 años de un acuerdo para la compra de energía con una empresa de servicios públicos.
Precios volátiles de los fósiles
Los precios de gas natural son extremadamente volátiles. Smith construyó su última planta de gas natural con Invenergy, un proyecto de ciclo combinado de 570 MW ubicado en Ontario, un año antes de unirse a SolarReserve como uno de los ejecutivos fundadores de la empresa.
"Construí un proyecto alimentado con gas natural en 2007, cuando los precios del gas natural se situaban en torno a los 15 USD por Mbtu —declara—. Probablemente, el gas natural sea el combustible más volátil que exista. Diez años antes de eso, estaba a 3 USD".
Tradicionalmente, los precios del gas natural en EEUU se han visto impulsados por la demanda, al igual que los del petróleo. Desde 2006, el uso de electricidad en EEUU ha disminuido y, con la caída de la demanda, también ha disminuido el precio del gas natural. El país presenta actualmente unos precios bajos pero no se debe a la aparición del fracking, como algunos creeb, sino a la baja demanda. Y, en el futuro, cuando se retiren las plantas de carbón, los precios del gas natural en EEUU podrían aumentar de nuevo.
También es probable que con el incremento de la demanda global de gas natural, EEUU comience a expoirtarlo y se incrementen de manera significativa los precios del gas en las próximas décadas. Incluso ahora se ha producido una creciente presión debido a los acontecimientos que se han desarrollado en Rusia.
"Estoy seguro de que los europeos se están poniendo un poco nerviosos. Creo que en Europa, un tercio de la energía procede de Rusia. Por tanto, estoy seguro de que van a buscar suministradores alternativos", indica.
SolarReserve tiene planeado mantener una posición de propietario en Crescent Dunes a largo plazo, como uno de los tres inversores junto a la empresa de construcción e ingeniería española ACS Cobra y el banco Santander. Sin ninguno de los problemas que plantea la fluctuación de los precios del combustible, la CSP parece una apuesta mejor.