El informe revela el creciente potencial de la energía termosolar a medio plazo para sustituir progresivamente a las energías convencionales y complementar al resto de fuentes renovables con una solución competitiva en costes. Además, destacad como hecho diferencial y ventajoso, respecto a otras formas de generar electricidad con energías renovables, que es totalmente gestionable cuando incorpora el nivel de almacenamiento e hibridación conveniente.
El estudio de A.T. Kearney asegura que en un escenario óptimo, la industria termosolar creará entre 100.000 y 130.000 empleos en 2025, de los cuales 45.000 serían trabajos permanentes a jornada completa dedicados al funcionamiento y mantenimiento de las centrales.
En cuanto a los costes de producción evalúa que al actual ritmo de desarrollo se reducirán a la mitad en los próximos 15 años. De hecho, el estudio revela que los costes de generación de esta tecnología podrían reducirse en más del 30% en 2015 y más del 50% en 2025.
En los próximos 10 años, asegura el informe de la consultora, la energía termosolar será capaz de funcionar con un modelo de negocio productivo, que desafíe a las fuentes de energía convencionales y a otras renovables sin necesidad de primas. Con el adecuado apoyo, esta energía podrá alcanzar una capacidad instalada global de hasta 100 gigavatios en 2025.
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