La conclusión más relevante del informe es la necesidad de la generación termosolar, una necesidad que justifica que la Academia de Ciencias Europeas haga un llamamiento al Parlamento Europeo y a los estados miembros de la Unión Europea para que incentiven la entrada en el mercado de esta tecnología en su camino hacia la paridad de red y que promuevan la investigación. El estudio destaca como uno de los puntos fuertes de esta tecnología que ofrece una generación eléctrica fácilmente integrable a la red, al ser capaz de gestionar la producción y adecuarse a la demanda.
El director general del CIEMAT, Cayetano López, ha destacado el papel que las centrales termosolares jugarán en nuestro entorno, países del sur de Europa y región MENA (Norte de África y Oriente Medio) por la abundancia del recurso solar y sus características diferenciales frente a otras tecnologías de generación renovable, como son la capacidad de adaptar la generación a la curva de demanda gracias a los sistemas de almacenamiento térmico y su capacidad de hibridar con otras fuentes energéticas.
La competitividad de estas tecnologías con las energías convencionales, ha asegurado Cayetano López, se alcanzará a partir de 2020, en base al gran recorrido que tiene todavía la innovación tecnológica, en la realización de centrales de mayor tamaño que las que se están construyendo actualmente en España y las economías de escala asociadas a un amplio despliegue a nivel mundial.
Luis Crespo, secretario general de Protermosolar y presidente de ESTELA (Asociación Europea de la Industria Termosolar) ha presentado la situación actual de las centrales termosolares en España con 1.100 MW operativos y otros tantos en construcción avanzada que entrarán en operación a lo largo de 2012, así como las conclusiones del estudio de impacto macroeconómico del sector en 2010 en España, realizado por la consultora Deloitte.
Ese informe muestra que frente a los 185 millones de euros recibidos como primas, la contribución del sector al PIB español alcanzó los 1.650 millones de euros y la contribución fiscal de empresas y trabajadores superó los 400 millones de euros. El sector generó 24 000 empleos en actividades directamente relacionadas con el diseño, fabricación de componentes, construcción y operación de las centrales, evitando otros 200 millones de subsidios.
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