Esta instalación termoeléctrica ha sido noticia desde su construcción por dos motivos. El primero socioeconómico, al revitalizar desde el punto de vista del empleo el plan de recuperación llevado a cabo en el municipio Torre de Miguel Sesmero, en el que está ubicada. Y el segundo tecnológico, al utilizar un sistema que permite el almacenamiento de la energía producida. Así se ha superado el problema de la interrupción en el flujo de generación. Se ha conseguido la gestionabilidad de la planta y en consecuencia una aportación estable al sistema eléctrico.
El sistema de almacenamiento de energía, basado en el intercambio térmico a través de sales fundidas, ha sido el que ha permitido que Extresol-2 haya generado electricidad durante 3.000 horas netas en lo que llevamos de año. Casi un 35% de las 8.670 horas que tiene un año, si no produjera ni un kW más. No será así, y este porcentaje aumentará al computar las horas de producción de diciembre.
Esta planta termosolar tiene una potencia instalada de 50 MW y un sistema de almacenamiento de 7,5 horas que le permite seguir produciendo en ausencia de luz y que según ha asegurado Cobra Energía “ha superado todos los retos de producción llegando incluso a generar durante 24 horas sin interrupción”.
A lo largo de 3.000 horas se han producido unos 150.000MWh equivalentes, asegura la compañía, “por lo que podemos estimar que unos 45.000 hogares han sido abastecidos con energía limpia a lo largo de estos meses”.
La gestionabilidad y la eficiencia de las plantas termosolares como Extresol-2, argumenta Cobra Energía, “aporta seguridad financiera a la inversión” y en una situación de desempleo como la actual “la generación laboral que supone la construcción y la posterior operación y mantenimiento de las instalaciones ha contribuido significativamente a disminuir esos índices”.
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