La producción de hidrógeno a través de electrolizadores accionados con energía solar fotovoltaica y eólica es una de las líneas de trabajo que ha desarrollado el ITC en los últimos ocho años. Ahora el reto es conseguir separar el hidrógeno y el oxígeno de una molécula de agua utilizando para ello un sistema de concentración solar, operado a relativa baja temperatura.
Las condiciones geográficas y las redes eléctricas de las islas Canarias desaconsejan la utilización de las grandes plantas de concentración solar que se están desarrollando en otras partes del mundo. Son instalaciones que necesitan unas 4 hectáreas por MW instalado (demasiada superficie para los territorios insulares) y una potencia (50MW) excesiva para integrarla en las débiles y pequeñas redes eléctricas insulares. Por estos motivos, el departamento de Energías Renovables del ITC que dirige Salvador Suárez se ha planteado reducir la escala del sistema de concentración solar encargado de accionar el electrolizador que descompondrá la molécula de agua para obtener hidrógeno.
La idea, según ha explicado Salvador Suárez a Energías Renovables, es “utilizar un solo lazo cilindro parabólico de 100 metros de longitud y apertura de 5,75 metros y hacerlo operar a una temperatura de entre 150 y 180º centígrados. Al bajar la temperatura se eleva la eficiencia de conversión solar-calor a un 60 ó 70%”. Así se obtendría el aporte de calor necesario para que una máquina ORC (ciclo Rankine orgánico) transforme el calor en trabajo (accionaría una turbina a partir de la evaporación de un fluido orgánico) y posteriormente el trabajo mecánico se transformaría en la potencia eléctrica necesaria para la electrólisis.
La producción de hidrógeno mediante sistemas de concentración a baja temperatura se desarrolla en las instalaciones del ITC en Pozo Izquierdo (Gran Canaria) con la mirada puesta en dos utilidades. La primera como sistema de almacenamiento de energía durante las horas valle para que el hidrógeno fuera fuente de abastecimiento de la red eléctrica durante la punta de demanda. Y en la segunda, el hidrógeno se usaría como combustible para vehículos. La utilización del hidrógeno como vector energético en este campo sería muy importante para Canarias, una comunidad autónoma que cada año importa más de 7 millones de toneladas de combustibles fósiles. De ellas casi la mitad van dirigidas al mercado interior, y una tercera parte de esta se emplea para cubrir la demanda energética del transporte por carretera.
Esta investigación se enmarca en el proyecto Consolida, una iniciativa que pretende avanzar en el conocimiento de la tecnología de concentración solar y su utilización en procesos industriales, producción eléctrica y agua desalada. Consolida se ha presentado al programa de Consorcios Estratégicos Nacionales en Investigación Técnica (CENIT), que financia investigaciones de carácter estratégico.
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www.itccanarias.org