El desarrollo de la termosolar está prácticamente paralizado desde hace varios años en España. ¿Va a recuperar el protagonismo perdido?
Absolutamente. La termosolar tiene un futuro brillantísimo. No hay otra posibilidad de poder descarbonizar el sector eléctrico español sin recurrir a ella. En España, cuando se pone el sol, hay un pico de potencia, pero luego, durante la noche tenemos un valle de quizá 25 GW. ¿Quién va a sustituir a la fotovoltacia, que ojalá se implemente y penetre tanto como se está pensando que va a hacerlo, cuando el sol se ponga? La termosolar es la respuesta. El almacenamiento de energía en las centrales termosolares permite seguir despachando energía toda la noche y mantener una reserva estratégica para que el sistema eléctrico cuente siempre con la disponibilidad de las centrales termosolares en las horas de máxima demanda, independiente de que ese día o los días o semanas anteriores hubieran sido soleados o no.
¿No es demasiado cara todavía?
No lo es, y seremos aún más baratos gracias a la capacidad de almacenamiento de esta tecnología. Dentro de poco, hacia el año 2025, seremos incluso más baratos que el gas natural. Hoy en día, si se compararan –como se ha hecho en Dubai–, los precios de una planta nueva de termosolar y otra de gas natural, para dar servicio de energía por la noche, la temosolar es la ganadora. Lo que pasa es que en España competimos con unas instalaciones de ciclo combinado que han sido fuertemente subvencionadas y ya están amortizadas, de manera que la competencia es contra el coste variable del gas. Y eso no es justo.
El PNIEC plantea 5.000 MW de energía termosolar para 2030. ¿Le parecen suficientes?
Los objetivos, como bien dicen la ministra y el secretario de Estado de Energía, van a ser dinámicos. Creo que es muy importante que, de momento, se hayan considerado esos 5 GW cara a 2030, ya veremos luego en el 2025 si hacen falta más plantas termosolares y si efectivamente nosotros podemos demostrar que estamos en precios más competitivos que ahora. Lo importante es que esos 5 GW son suficientes para poder iniciar el proceso de subastas cara a alcanzar ese objetivo en 2030; y, por supuesto, que se haya reconocido el papel que debe jugar la termosolar en la transición energética. Estoy cien por cien seguro de que nuestro valor para el sistema va a ser cada vez más apreciable.
¿Debería haber subastas específicas para la termosolar?
Nosotros no necesitamos que haya una subasta específica para la termosolar. Lo importante es que los planificadores miren al futuro y se pregunten, como te decía, qué tecnología va a reemplazar a la fotovoltaica por la noche, cuál es capaz de dar con 12 horas de almacenamiento la energía que demande el sistema y cuál es la renovable más barata para poder dar ese tipo de suministro. Si se hacen esas preguntas, vamos a ganar seguro. Somos los más competitivos, lo que ocurre es que hasta ahora esto no ha sido bien percibido. En España sobra tanta nuclear, tanto carbón y tanto ciclo combinado, que no se percibe esa necesidad. Cuando se tome en serio la descarbonización y se vayan cerrando las plantas, la respuesta es la termosolar.
En el encuentro que han mantenido en la COP se ha hablado no solo de termosolar con fines eléctricos, sino también térmicos. ¿Serán estas aplicaciones otra oportunidad de desarrollo para el sector?
Efectivamente. Casi la mitad de la jornada ha estado centrada en cómo la termosolar puede ayudar también a descarbonizar el calor industrial y el de proceso; y ser utilizada, incluso, para calefacción industrial de distrito. Hay algunas barreras a superar: estamos hablando de aplicaciones más pequeñas, en sitios donde quizá no haya tanto espacio…. Las redes de distrito pueden hacerse seguramente con más flexibilidad, pero sustituir el uso del gas en la industria, probablemente sea más complicado. No obstante, está claro que en España hay muchas oportunidades para poder utilizar sistemas de concentración solar para generar vapor y ahorrar una parte importante del gas que ahora consume la industria.
La tecnología termosolar, en la que España es líder internacional, está ganando cada vez más protagonismo en el panorama de las energías renovables a nivel mundial, por su gestionabilidad y capacidad de almacenamiento y por su potencial de reducción de costes. La potencia instalada en España es actualmente de 2.300 MW y la contribución de las empresas españolas en los mercados internacionales de alrededor del 75 %.