"EEUU, China, la India y Suráfrica, los países que primero firmaron el Acuerdo de Copenhague, suman el 50% de las emisiones mundiales de CO2. No puede considerarse un fracaso que estos países llegaran a un acuerdo de última hora, cuando la cumbre iba a fracasar, después de una semana y media de infructuosas negociaciones, donde se manejaban tres borradores diferentes y no había forma de ponerse de acuerdo". En estos términos se manifiesta Protermosolar en el comunicado hecho público esta semana. Según la asociación, aunque el acuerdo alcanzado en Copenhague sea "una declaración de principios insuficiente y no vinculante, esta cumbre supone un punto de inflexión en la historia del la mitigación del cambio climático".
La asociación, no obstante, no ahorra críticas a los líderes mundiales, que han acudido a la cumbre "sin los deberes hechos" y han permitido que los países económicamente más poderosos hayan impuesto su ley, imposición que se ha traducido, entre otras cosas, en la asignación de una ayuda económica a los países pobres que suma "una cantidad anual 170 veces inferior al paquete de rescate que el año pasado se destinó a salvar bancos de la quiebra financiera".
Por todo ello, Protermosolar propone lo siguiente:
• Medidas realmente efectivas de reducción de emisiones, que pasan, sobre todo, por un cambio radical de paradigma del sistema energético de cada país y del conjunto (concienciación de los usuarios, ahorro y eficiencia, generación distribuida, sustitución de combustibles fósiles por renovables, para el transporte y para la generación de electricidad, etc.); y programas ambiciosos de reforestación hasta recomponer la situación anterior a la presencia del ser humano sobre el planeta; es decir, duplicar la superficie actualmente ocupada por los bosques.
• Protocolo de comprobación del cumplimiento de los compromisos por parte de alguna organización independiente (el IPCC u otros). En definitiva, transparencia como se exige a China, como principal potencia en ascenso de emisiones que, según parece, se niega a informar; pero habría que preguntarse también si los demás cumplen este requisito con la suficiente veracidad.
• Fuertes sanciones de todo tipo a los que no cumplan sus compromisos.
• Buscar fórmulas de mejora del sistema de mercado del CO2.
• Programas de desarrollo humano para los países más pobres a base de reforestación y sistema energético sostenible en base a energías renovables. Por lo que se refiere a las tecnologías energéticas que venimos defendiendo desde hace tiempo, la electricidad termosolar, no cabe duda de que es una de las soluciones más viables para cumplir con los dos cuestiones más importantes:
1. Aportar electricidad limpia en muchas partes del mundo, incluidos algunos países que ya contaminan mucho (Estados Unidos, Europa, China, India, Norte de Africa).
2. Mejorar el nivel de vida de muchos países donde la radiación solar directa es abundante y su nivel de renta es bajo.
Reflexiones sobre el caso español
• A pesar de ir rebajando algo nuestras emisiones respecto de las más elevadas de los años 2005 y 2007, como consecuencia, sobre todo, de la disminución del uso de electricidad, a su vez resultado de la crisis económica, no conseguimos que las políticas de ahorro y eficiencia y de energías renovables tengan las repercusiones beneficiosas que deberían tener. Es cierto que algo sí; porque es indudable que la eólica –el último año también la fotovoltaica- también han tenido su influencia y han evitado que siga aumentando el consumo de gas natural y de carbón con el consiguiente efecto en las emisiones de GEIs (Gases de Efecto Invernadero).
• En el ámbito de los carburantes de origen fósil no se consigue disminuir de manera significativa el consumo ni la sustitución por biocombustibles y la introducción de nuevos modos de transporte no avanza suficientemente. Desde luego, los vehículos eléctricos no acaban de ser introducidos a pesar de la tímida publicidad que ha hecho nuestro ministro del ramo. Sin una acción determinante en este sector de las energías intermedias no hay forma de conseguir algo verdaderamente efectivo.
• Seguimos en la tesitura de precios sumamente bajos de las energías intermedias (electricidad y combustibles) y de que los que más consumen pagan precios más bajos. Así no hay forma de progresar en la rebaja de consumo necesaria.
• Nuestro Ministerio de Industria apoya públicamente y sigue subvencionando el carbón más contaminante mientras las políticas de apoyo a las renovables siguen dando bandazos habiendo tenido que recurrir recientemente incluso a la intervención del Parlamento para evitar su recorte.
• Las empresas de los sectores más contaminantes siguen aprovechando su situación privilegiada en el sector energético para poner dificultades a las renovables con una doble moral toda vez que ellos también se suman a las renovables buscando lo mismo que critican a los demás, las primas, absolutamente necesarias en este momento de despegue de las tecnologías; igual que las tuvieron e incluso siguen teniendo –abiertamente o de manera más opaca- las fuentes de energía convencionales.
• Se transmiten mensajes contradictorios a los ciudadanos. Por un lado, a nivel de discurso, nuestro presidente, a favor de las renovables, se muestra siempre entusiasmado con nuestro buen nivel e incluso presume de ello en el nivel internacional pero los ciudadanos españoles encontramos graves dificultades en la práctica cuando queremos invertir en instalaciones de energías renovables; como consecuencia, probablemente, de que no es lo mismo lo que dice el Presidente que lo que se hace en otros niveles administrativos.
• Tenemos una gran ocasión al presidir la Unión Europea a partir del primero de año 2010 y poder proponer medidas verdaderamente efectivas en el sector energético sin sentirnos rehenes de la situación heredada con cuentas que, al menos, son muy confusas y que nadie parece interesado en aclarar. En lo concreto hay un aspecto de especial importancia en el ámbito de las tecnologías solares termoeléctricas que España debe impulsar fuertemente. Se trata del Plan Solar Mediterráneo y la aplicación de la Directiva Europea de Energías Renovables.
Información extraída del diario de reflexiones (del 17 al 20 de diciembre de 2010) de Valeriano Ruiz Hernández, presidente de Protermosolar, que asistió a la Cumbre de Copenhague.