La subasta funciona así: el Gobierno fija un precio de partida al que el productor de energía renovable cobraría el megavatio hora producido: 10, por ejemplo. Los participantes en la subasta van rebajando el precio: yo produciré ese megavatio hora a 9; yo lo produciré a 8; pues yo soy capaz de producirlo a 7 y seguir obteniendo una rentabilidad atractiva porque mi tecnología es más eficiente; y, así, sucesivamente, hasta que nadie baja más. Así, la electricidad será muy barata para los consumidores. Y las empresas se aseguran un precio durante un plazo establecido por el Gobierno en su subasta (en este caso, veinte años). Pues bien, el Gobierno ha fijado un precio, presuntamente demasiado bajo, y las empresas no han podido rebajarlo porque no les hubiese resultado rentable operar en ese marco o, sencillamente, porque no quieren producir a pérdidas.
La subasta -primera de la historia que incluye termosolar (ya había habido de fotovoltaica, eólica y biomasa, pero no de termosolar)- contaba con las siguientes características fundamentales, según Protermosolar:
• Un cupo de 380 MW, de manera conjunta entre la biomasa, termosolar y algunas otras tecnologías renovables, con una reserva mínima de 220 MW para la tecnología termosolar y con una capacidad mínima de 6 horas de almacenamiento a plena carga.
• Posibilidad de hibridación con fotovoltaica mientras no supere el 10% de la potencia instalada.
• Retribución a 20 años.
• Entre 2.600 y 4.500 horas de funcionamiento.
• Exposición al mercado del 15%.
Pues bien, una vez resuelta la subasta en cuestión, Protermosolar ha difundido un comunicado en el que valora "positivamente" el nivel de participación del sector, que ha llevado a la subasta "una oferta termosolar que ha superado los volúmenes mínimos de participación que exige la normativa de subasta". Pero es que, además, Protermosolar estima que "adicionalmente a las ofertas calificadas" ha habido otras, "que suman una potencia superior a 500 MW", que no se han presentado finalmente a la subasta por la incertidumbre que ha introducido la resolución de la Secretaría de Estado de Energía del pasado 3 de agosto, "por la que se acuerda la celebración de concurso de capacidad de acceso en determinados nudos de la red de transporte". Incertidumbre en cuanto a las fechas para poder optar a los puntos de conexión a la red eléctrica. Los candidatos a la subasta, al no disponer de visibilidad sobre la fecha a la que optar al punto de conexión, asumen el riesgo -explican desde Protermosolar- de que el concurso no se convoque en un plazo razonable para obtener punto de conexión y el aval presentado en la subasta se ejecute en su totalidad por razones ajenas a la empresa.
De cualquier modo, la patronal del sector considera que la suma de la potencia calificada en la subasta y la oferta que hubiera acudido a la misma, ante una mayor certidumbre en la obtención de capacidad en la red, probablemente hubiera significado un volumen superior a 700 MW, "lo que demuestra el verdadero interés y apuesta nacional por la tecnología solar termoeléctrica". ¿Qué ha ocurrido, en todo caso? Pues que la subasta ha quedado desierta en lo termosolar, "debido a que los precios ofertados han sido superiores al precio máximo aceptable, el denominado precio de reserva".
En lo que a este extremo se refiere, la asociación empresarial se manifiesta "enormemente" preocupada, "ya que la tecnología termosolar con almacenamiento térmico es la única renovable que realmente puede reducir la dependencia del gas para la generación eléctrica nocturna, gracias a su elevada firmeza, su reserva rodante por su condición síncrona, y su capacidad de generación nocturna, superando incluso a la energía fotovoltaica con baterías en casos comparables".
Pero Protermosolar va más allá en su valoración de los resultados de la subasta y advierte
"El valor de la tecnología termosolar no se debe medir exclusivamente por el coste de la energía producida, ya que su papel, gracias al almacenamiento y capacidad de reducir vertidos, es fundamental para que el sistema pueda alcanzar altos índices de penetración renovable intermitente -fotovoltaica y eólica-, ayudando a reducir nuestra fuerte dependencia del gas y de los ciclos combinados". Advierte sobre el particular y recuerda que "estas son las razones por las que la tecnología cuenta con un papel relevante en el Plan Nacional de Integrado de Energía y Clima 2021-2030".
Una tecnología que por otro lado genera empleo y riqueza en la España vaciada
La Asociación Española para la Promoción de la Industria Termosolar destaca en su comunicado, por fin, que las plantas termosolares actualmente existentes en España, "y previsiblemente las futuras si se hubieran adjudicado en la subasta", se ubican en poblaciones con menos de 12.800 habitantes, "convirtiéndose en el motor económico de la zona". Protermosolar estima que la instalación de 220 MW nuevos hubiese significado 14.000 nuevos empleos en estas zonas debilitadas entre las fases de construcción y operación.
La asociación empresarial concluye su comunicado de valoración poniéndose "a disposición" del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico "para trabajar conjuntamente en el diseño de la próxima subasta, previstas para el año 2023, maximizando cada euro de coste del sistema en aras de obtener un sistema eléctrico más económico, resiliente y con capacidad de seguir creciendo en los objetivos marcados por la Comisión Europea".