La tecnología termosolar aprovecha el calor del Sol para producir electricidad por el día... y también por la noche. Porque las centrales termosolares se han dotado de unos enormes tanques que han llenado con unas sales especiales capaces de obrar el milagro. Son sales térmicas que funcionan como pilas acumuladoras de calor, calor que almacenan durante el día y que liberan durante la noche para generar también energía eléctrica entonces. La termosolar es por eso, a diferencia de la eólica o la fotovoltaica, una tecnología “gestionable”. Es la energía renovable que se puede almacenar, una energía que podemos emplear a demanda, cuando hace falta, una tecnología además que está más que probada. La primera central que produjo electricidad durante 24 horas consecutivas lo hizo hace nueve años, en el verano de 2011, en una instalación ubicada en la provincia de Sevilla. Desde entonces, las centrales termosolares con soluciones de almacenamiento han ido conquistando continentes. Lo han hecho de la mano de empresas españolas (asturianas, vascas, andaluzas) que ahora mismo lideran la carrera termosolar global, en liza no obstante (y cada vez más dura), con firmas emergentes magrebíes, árabes y chinas.
En esa competición España-Resto del Mundo destaca, por encima de todas, Abengoa, una multinacional sevillana que ha construido centrales solares en cuatro continentes y suma 2.300 megavatios de potencia instalados, el 35% del total mundial. Abengoa lo hace todo: desarrolla componentes (tiene 280 patentes), entrega instalaciones llave en mano (desarrollo de proyecto, ingeniería, compras, construcción y puesta en marcha) y presta servicios de asesoramiento tecnológico, de ingeniería, de operación y de mantenimiento.
La firma andaluza se ha especializado en las dos tecnologías termosolares más implantadas: de torre y cilindroparabólica. La primera grosso modo lo que hace es concentrar en un receptor que ubica en lo alto de una torre (estas superan en muchos casos los 200 metros de altura) la radiación solar que colectan los centenares (o miles) de heliostatos (espejos) que se ubican alrededor de la torre en cuestión, radiación que calentará las sales que generarán la electricidad (véase vídeo).
La otra tecnología también concentra la energía solar. Lo hace con colectores cilindroparabólicos a lo largo de los cuales circula (embutido en un tubo) un fluido caloportador (el colector concentra en el fluido todo el calor y ese calor es empleado en un ciclo térmico convencional para generar electricidad).
La multinacional sevillana, que ha instalado ya como se dijo 2.300 megas de potencia termosolar, está trabajando ahora mismo en 760 más. De todos ellos, el proyecto quizá más emblemático es el de Cerro Dominador, el mayor complejo solar de Suramérica, donde se combina energía termosolar, con una torre de 220 metros, y tecnología fotovoltaica, y que está a punto ya de ver la luz en Chile.
Pues bien, de Chile, de la central termosolar de Luneng Haixi (en China), de las térmicas de carbón que están cerrando hoy en España (y en muchos otros países del mundo) y de la clave del éxito global de esta compañía sevillana (o sea, de I+D+i) nos habla en exclusiva en esta entrevista Cristina Prieto, directora de Innovación termosolar en Abengoa, la empresa número 1 del mundo en termosolar, la tecnología renovable clave para superar la era de los combustibles fósiles y encimar la cada vez más imprescindible transición energética.