“Este proyecto empezó hace siete años, cuando una de las empresas involucradas se salió del sector solar y entró Abengoa. Pero por problemas de financiación, hace un año y medio la española TSK entró como relevo de Abengoa”, asegura Rosana Méliz Gabás, subdirectora del proyecto.
Según publica Protermosolar, la central comenzó a levantarse en julio de 2015 y se espera que esté en funcionamiento los próximos 25 años, hasta 2043, cuando pasará a manos del Estado. En total hay 60 españoles trabajando aquí, una zona ubicada muy cerca de varias comunidades beduinas, en pleno desierto y cerca de la localidad de Ashalim.
“La central consta de cuatro proyectos, dos fotovoltaicos que producen 70 megavatios y otros dos termosolares que producen 110. Dentro de estos dos últimos, tenemos uno de canal parabólico y otro de torre, con receptor central”, detalla Didi Paz, director ejecutivo de Negev Energy.
En total, el proyecto consta de tres parcelas construidas y una cuarta que está en camino, 454.832 espejos en total, todos fabricados e instalados por la empresa española, y 203 kilómetros de tuberías por donde circula un fluido caloportador que nunca baja de los 90 grados centígrados.
El proyecto es el primero en Israel de este tipo y aportará el 1 por ciento de las necesidades de electricidad del país. La central contribuirá a que Israel pase del actual 2,6 por ciento generado con renovables a un diez por ciento para 2020, y al 17 por ciento para 2030.