Los números de instalación registrados el año pasado no se han acercado ni remotamente a los computados en 2008, cuando el sector logró poner en marcha en el país más de 450.000 metros cuadrados, pero al menos han mejorado (un 1,5%) el registro de 2012, año suelo en que solo vieron la luz aquí 229.274 metros cuadrados.
“Descenso acumulado del mercado de más del 50%”. La frase, incluida en el Balance del Año 2013 que ha elaborado la Asociación Solar de la Industria Térmica (ASIT), no deja lugar a la duda: sí, España ha instalado en 2013 más metros solares (232.515) que los que pusiera en marcha en 2012 (229.274), pero sigue a años luz del registro que alcanzara en el año 2008, cuando la solar térmica española logró un número de metros cuadrados instalados que hoy parece entelequia: 465.000. Desde entonces, la caída ha sido constante: España instaló un 14% menos en 2009 (se quedó en los 402.000); perdió otros catorce puntos al año siguiente; más de un 20% en 2011; y otro 17% adicional en el año 2012. ¿Total? “Descenso acumulado del mercado de más del 50%”.
Sea como fuere, y a pesar de ese precipitarse a los infiernos, el guarismo computado por ASIT en 2013 (año en que la superficie instalada ha crecido un 1,5% con respecto al año precedente) podría señalar el principio del cambio de tendencia. Ahora mismo, la solar térmica cuenta en España con más de 2,2 gigavatios de potencia acumulada (casi tres millones, doscientos mil metros cuadrados). Y ASIT lo tiene claro: “no podemos hablar de recuperación, pero sí cabe la esperanza de que hayamos tocado fondo y de que el rebote nos lleve a un ciclo de crecimiento sostenido que, al menos, nos permita recuperar lo perdido en el más breve plazo posible”. La asociación presume en ese sentido de tener a su favor una “demostrada capacidad industrial, tecnológica y competitiva”, gracias a la cual “muchas de nuestras empresas han logrado posicionarse en el mercado internacional y sobrevivir a la crisis de nuestro país”.
Y ahí, en lo que se refiere a la dimensión nacional de la crisis, ASIT también es muy clara a la hora de señalar los responsables y las causas del descalabro producido en este quinquenio: la crisis del sector solar térmico –dice en su Balance 2013- “es sobre todo producto de falta de voluntad de los responsables políticos y de ideas por parte de sus gestores institucionales, tanto a nivel de las competencias del estado como de muchas comunidades autónomas”. De la quema se libra Andalucía: “queremos destacar en lo positivo –explicita ASIT- el programa de medidas de fomento de la solar térmica en particular (y de las energías renovables en general) que Andalucía está llevando a cabo en el ámbito de sus competencias y que, en el año 2013, le ha llevado a alcanzar unos resultados récord de 48,7 MWth de nueva potencia instalada en Andalucía (69.537 metros cuadrados), lo cual ha contribuido notablemente –concluye la asociación- a que este no fuera el quinto año consecutivo de descenso del mercado global”.
Otra buena noticia para el empleo directo que sostiene aquí el sector ha sido el protagonismo que han ganado en el mercado patrio los fabricantes radicados en España. “Cabe destacar –explica ASIT- la labor de las empresas de captadores con fábrica en España, que han suministrado el 60% de los captadores instalados en el país (frente al 46% de 2012)”, lo cual supone un crecimiento del 34% de la porción del pastel nacional que se llevan estos fabricantes. Además, la vía convencional de salida de la crisis –la exportación- también ha presentado números francamente positivos. Según la asociación, las exportaciones han crecido un 16% con respecto a 2012.
Todo ello no obstante no nubla el diagnóstico principal. ¿Y cuál es ese? Pues que, cinco años después de estallada la crisis, el sector sigue operando al ralentí: en España –señala ASIT-, aunque existe una capacidad aproximada de producción de 1.300.000 metros cuadrados, en 2013 las empresas solo fabricaron 241.000, o sea, que han estado funcionando a menos del 19% de su potencial. De esa producción total, 140.000 metros cuadrados han sido instalados en el país y 101.000 han partido allende las fronteras. 87.000 de esos 101 los han exportado solo ocho empresas: Atersa, Baxiroca, Hucu, Lapesa, OCV, Novasol, Solaris, Termicol y Wagner Solar.
La asociación, que estima representa al 92% del mercado de suministro de captadores, aventura otra luz para la esperanza: “ASIT no deja de ser un claro reflejo de sector y, si decimos que creemos que es posible que hayamos tocado fondo es porque, tras la caída del número de socios que sufrimos durante los primeros años del ciclo de la crisis, ahora empezamos a notar una estabilización en el número de asociados”. Según los datos de ASIT, el sector emplea actualmente a 4.650 personas (empleo directo) y facturó el año pasado aproximadamente 186 millones de euros.
La excepción andaluza
La Agencia Andaluza de la Energía y la Asociación Solar de la Industria Térmica (ASIT) firmaron hace apenas unas semanas un Protocolo de Colaboración que pretende animar "un diálogo permanente de cara a la consecución del objetivo de difundir el interés del uso de la energía solar térmica, promover grandes instalaciones solares térmicas en el sector terciario, contribuir a facilitar el acceso a la financiación para la promoción de las inversiones necesarias y desarrollar actuaciones que permitan una mejora del posicionamiento de las empresas en el mercado internacional".
Según el secretario general de ASIT, Pascual Polo, en el marco de ese protocolo las líneas de actuación prioritarias son las siguientes:
• identificación de las mejores opciones para el eficaz aprovechamiento de los recursos renovables, y, particularmente, de la energía solar térmica, que se encuentran al alcance de las entidades de la administración local, las empresas y las comunidades de vecinos de Andalucía.
• difusión de las oportunidades de uso de la energía solar térmica, entre las entidades de la administración local, las comunidades de vecinos y las empresas, particularmente entre las que pertenecen a sectores estratégicos en Andalucía, como el sector turístico, incidiendo en el impacto económico y ambiental de las mismas.
• difusión de las herramientas de apoyo de que dispone la Junta de Andalucía para impulsar la incorporación de la energía solar térmica en edificios o procesos térmicos en los que técnica y económicamente resulte viable su aplicación, así como la optimización energética de las instalaciones solares existentes.
• promoción de iniciativas para reforzar la posición internacional del tejido empresarial relacionado con la tecnología solar térmica, facilitando su participación en proyectos y programas energéticos estatales e internacionales, que redunden finalmente en el desarrollo energético sostenible de Andalucía.
Según el presidente de ASIT, Juan Fernández, Andalucía es una de las pocas comunidades autónomas que siguen subvencionando en España las instalaciones solares térmicas. De hecho –explicaba recientemente Fernández en un artículo que publicamos en la sección Solar térmica de Energías Renovables-, Andalucía se ha apuntado “aproximadamente el 90% de las instalaciones solares térmicas subvencionadas en España de este pasado 2013”. A lo largo del último quinquenio -2009-2013-, el gobierno andaluz ha consignado 38,2 millones de euros en concepto de “subvenciones a la solar térmica”.
El balance quinquenal, publicado en diciembre por la Agencia Andaluza de la Energía, señala los siguientes extremos: 36.193 instalaciones solares térmicas impulsadas por ciudadanos, empresas, administraciones u otras instituciones, con un incentivo de 38,2 millones de euros, los cuales han movilizado una inversión de más de 110 M€; 184.000 metros cuadrados de nueva superficie de captación solar (de las actuaciones impulsadas por empresas, destacan las actuaciones promovidas por el sector turístico); de las 36.193 actuaciones apoyadas, el 98% son instalaciones solares térmicas para uso doméstico, con un importe de subvención del 89% del total. La energía solar térmica –explica la Agencia Andaluza de la Energía- permite una aportación de agua caliente sanitaria de en torno al 70%, por lo que la factura del gas o el gasóleo sustituido sería un 70% menor para el usuario. [Foto: Chromagen/ASIT].