La investigación, que cuenta con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, está siendo realizada en el ITC por el Observatorio Tecnológico Centro de Soporte a la Innovación. Su responsable es Vicente Lázaro Magdalena quien ha explicado a Energías Renovables que el compromiso es doble. En primer lugar localizar patentes no explotadas e investigaciones sobre las aplicaciones de la cerámica en las renovables, y plasmarlas en un estudio. Y segundo, que el trabajo exceda los márgenes del papel y se desarrolle un prototipo en el que el material cerámico sea protagonista.
La pregunta es ¿en qué? “Nadie ha hecho nada con este enfoque. Tenemos en mente tres o cuatro opciones pero es demasiado pronto para pronunciarnos sobre ellas”, explica Vicente Lázaro Magdalena. No es descabellado pensar en aerogeneradores, por la gran resistencia de los materiales cerámicos; tampoco lo es pensar en la energía maremotriz porque la cerámica no sufre la corrosión del agua salada; y quizá haya que apostar por la solar térmica si se piensa en algunas cualidades de la cerámica como la inercia térmica.
Por el momento es tiempo del departamento de “inteligencia competitiva”, encargado de la vigilancia tecnología a través de bases de datos para conocer, recopilar y disponer de cualquier indicio útil para la investigación. Su labor se extenderá hasta junio, mes que se destinará al análisis. En julio, expertos en renovables y cerámica discutirán sobre las vías más interesantes y se elaborará el informe final previo a la realización del prototipo.
Cerámica y energía solar térmica
Aún falta tiempo para la decisión final sobre la investigación, pero hay una posible simbiosis entre energía solar térmica y cerámica que conceptualmente es interesante. El material cerámico es capaz de capturar y retener una cantidad de calor muy alta (inercia térmica). Se trataría de crear los mecanismos para transmitirla al interior del edificio cuando sea demandada, bien para calentar un ambiente o para agua de uso sanitario.
“Yo creo que una de las principales líneas del trabajo irá por ahí. En este campo ya se ha hecho algo, aunque no se ha comercializado”, indica Vicente Lázaro Magdalena. “La fotovoltaica parece una opción más difícil, aunque no digo que en un futuro no se pueda conseguir una imprimación fotovoltaica especial”. Ya hay quien está intentando aplicar una tinta de esas características en piezas cerámicas.
La investigación del ITC podría tener una utilidad relacionada directamente con el empleo. Actualmente, “entre el 30 y el 40% de los hornos están parados”, asegura Vicente Lázaro Magdalena. En muchos casos son instalaciones modernas en las que se invirtió mucho dinero a partir del año 2000 y que ni siquiera se han podido amortizar por la falta de actividad.
Más información:
www.itc.uji.es
