Así por ejemplo, el solvente experto Sr. Feliciano Fuster, a la sazón Presidente de UNESA-ENDESA, en un artículo del 14 de abril de 1983, justificaba que mediante colectores solares térmicos y bombas de calor para suministrar agua caliente sanitaria y calefacción podrían sustituirse en el año 2000, en el que estamos, nada menos que 980.000 toneladas de equivalente petróleo. O sea, casi 1.000 millones de kilos que a 60 pesetas o más el litro es ya una aportación con algún tanto por ciento (y no por mil, como vienen a ser hoy todas las nuevas renovables o sea, sin la gran hidráulica en la estructura del consumo.
Poco antes, el 2 de Octubre de 1982, El País publicó un artículo (páginas 30-31) que justificaba que las auténticas alternativas eran "para evitar un daño incalculable y hasta resultarían baratas a la larga", si se tomasen en consideración los seguros perjuicios futuros por un aumento del precio del petróleo, agresiones al medio ambiente, accidentes nucleares, obstrucción de la competencia, etc. O sea todo lo acontecido después y previsto entonces sin necesidad de bola de cristal ni esoterismo alguno; sólo por lógica económica y sentido común.
Lo que ocurre es que, ni entonces ni ahora, se pueden predecir bien las fechas ni cuantificar los desastres del futuro, de manera que es como valorarlos igual a cero. Y ahí está el gran error, porque van a suceder. En vez de reaccionar con disposiciones puntuales y precipitadas, como entonces y ahora, nada hay que pueda sustituir la reflexión que priorice, de cara al futuro, el aprovechamiento de los principios físicos (ya que todo es energía y la mejor fuente, la solar, es extraterrestre y debiera ser la emblemática de España) y su conexión directa con el usuario, aplicando a continuación la energía natural industrial de conexión indirecta (gran eólica y minihidráulica como ya se hace) y, en tercer lugar, la producción masiva convencional.
Es en base a esta arquitectura cósmico-energética que varios especialistas y ASENSA recomendamos un nuevo urbanismo+edificación y transportes de raíz solar bioclimática-fotosíntetica. Pero valores tan elementales y seguros como la orientación de las construcciones (más diseño y aplicación de nuevos materiales y aparatos) son ignorados "a conciencia" para seguir con la rutina, mientras se postulan soluciones poco menos que mágicas. ¿Hasta cuándo seguiremos olvidando lo que sabemos sobre empleo de la energía envolvente, debido al exceso de hábitos "de toda la vida"?
Julio Rafels es secretario general de la Asociación Española de Empresas de Energía Solar y Alternativas (ASENSA), miembro del Comité Internacional Organizador de la Red UNESCO de Energías Renovables y miembro profesional de la World Future Society, de Washington.
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