De acuerdo con una noticia difundida por la agencia Télam, el proyecto, según explicó Myriam Grzona, doctora en Ingeniería Química, tiene como horizonte la preparación de un alimento "nutricionalmente completo, sin contaminación, que no necesite refrigeración y pueda ser reconstruido fácilmente para cubrir deficiencias en las dietas".
La investigadora destacó, además, el beneficio de este proceso en el contexto de la pandemia del coronavirus, pues sería de gran utilidad para "ayudar en la emergencia alimentaria".
Así, luego del paso por una lavadora y procesadora de vegetales, bandejas para pretratamiento y escaldadora con el que cuenta el laboratorio de la FICA; la energía solar es el combustible para el secado en un deshidratador solar mixto, con un área total de secado disponible de 11 metros cuadrados. "La temperatura máxima de trabajo es de 60 grados centígrados, lo que permite obtener productos deshidratados con muy buenas propiedades organolépticas", explicó Grzona.
El procesamiento permite producir 50 kilos de verduras deshidratadas en dos días, que, mezclada con lentejas, soja o suero deshidratado, son envasadas al vacío y pueden destinarse a los comedores comunitarios como complemento nutricional, con el agregado de que tiene una vida útil estimada de un año.
La idea es desarrollar una producción en escala que pueda ayudar a las personas en situación vulnerable.