Dos años antes del hito de 2020, la energía solar térmica estaba generando una energía limpia equivalente a la demanda anual de calefacción y refrigeración de Chipre y Estonia. En lo que se refiere a los aspectos económicos, el sector alcanzó un volumen de negocios combinado de 1.850 millones de euros en 2018, empleando aproximadamente a 18.800 personas.
El desarrollo más impresionante se ha producido en Polonia (+179%), de la mano del éxito de los programas que están abordando la calidad del aire en las ciudades y apoyan la reducción de las emisiones contaminantes. El mercado danés creció un 77% gracias a la conclusión de diez grandes proyectos de calefacción solar durante 2018.
En Alemania, por el contrario, ha vuelto a disminuir si bien sigue siendo el mayor mercado europeo, con un 26,7% del total. Desde Solar Europe explican que el retroceso está relacionado con la persistencia de los bajos precios de los combustibles fósiles, la falta de impulsos suficientes derivados de las medidas políticas y el aumento de la competencia de otras tecnologías renovables.
En países como Grecia, España o Portugal el mercado creció entre el 2 y el 4%, mientras que en Chipre el ascenso fue mucho mayor, con un aumento del 14%. Chipre es también el primer país en términos de capacidad total instalada per cápita, con 0,6 kWth instalados por persona (aproximadamente 0,85 m2 de colectores solares térmicos). Eso sí: los precios más bajos se encuentran en Grecia, un país donde la solar térmica lleva una senda constante de crecimiento desde hace nueve años. En este mercado, los calentadores de agua solares pueden alcanzar precios tan bajos como 285 €/kWth (incluyendo el almacenamiento de energía).