“Esta técnica demuestra que podemos almacenar la energía solar en enlaces químicos y liberarla como calor cuando la necesitamos", explica el profesor Kasper Moth-Poulsen, que dirige el equipo de investigación. “Combinar el almacenamiento químico de energía con paneles solares térmicos permite una conversión de más del 80 por ciento de la luz solar entrante".
Cuando la molécula es ´golpeada´ por el sol cambia de forma y almacena la energía para su uso posterior. El sistema puede soportar más de 140 ciclos de almacenamiento y de liberación de energía con una degradación insignificante, según informa el portal phys.org.
El proyecto de investigación, que ha sido publicado en la revista científica Energy & Environmental, comenzó en la Universidad de Chalmers hace más de seis años. Dos años más tarde, en 2013, el equipo de científicos logró una primera demostración conceptual.
En ese momento, la eficiencia de conversión de energía solar era del 0,01 por ciento y el rutenio, un elemento caro, jugaba el papel más importante en el proceso.
Ahora, los científicos han logrado que el sistema almacene el 1,1 por ciento de la luz solar entrante como energía química latente, lo que supone una mejora de un factor de 100. Además, el rutenio ha sido reemplazado por elementos mucho más baratos a base de carbono.
El proceso actual se basa en un compuesto orgánico denominado norbornadieno, que tras la exposición a la luz se convierte en quadriciclano.