También el Plan de Acción Municipal incluye una serie de medidas concretas para hacer posible el uso de la energía solar en la ciudad. El día 22 de abril de 1998 el Ayuntamiento de Barcelona adopta una decisión política sobre Sostenibilidad Energética que contempla la promoción de la eficiencia energética y el uso de las energías renovables, la información a los ciudadanos y la cooperación con los actores energéticos locales. Hasta 1998, una parte significativa de las instalaciones solares se debe a la construcción, por parte del Patronat Municipal de lHabitatge, de 450 nuevas viviendas, en régimen de alquiler para jóvenes, equipadas con 609 m2 de captadores solares. Y dos polideportivos municipales con unos 70 m2 cada uno.
Para poner en marcha las políticas de promoción el municipio se sirve de dos instrumentos claves: la Taula Cívica de lEnergia y la agencia local de la energía (BarnaGELBarcelona Grup d'Energia Local), que han inspirado e impulsado todas las actuaciones.
Condiciones solares inmejorables
Entre todas ellas destaca la Ordenanza Solar de Barcelona, que obliga a todos los edificios que se construyan en la ciudad y a todos los que se rehabiliten integralmente a disponer de sistemas solares térmicos. Esta ordenanza fue adoptada por el Consell Plenari en julio de 1999 y es de obligado cumplimiento a partir de agosto de 2000.
Barcelona tiene 2.351 horas de sol al año y una temperatura media de 15,9°C. Las condiciones de insolación son inmejorables para la aplicación de la energía solar térmica en las edificaciones, ya que el municipio recibe 15 MJ/m2 al día de radiación solar equivalente a 1.521 kWh/m2 en un año, lo que significa que sobre la ciudad cae una energía equivalente a 11 veces el consumo energético total de la ciudad,o a 28 veces el total del consumo eléctrico.
Con la tecnología hoy existente de recogida termo solar, se podrían cubrir todas las necesidades de agua caliente sanitaria (ACS) de la ciudad instalando captadores solares en una superficie de 1,62 Km2 (menos del 2% del área del termino municipal o menos del 3% de la superficie edificada, con tejados, terrazas, etc). En Barcelona, existen entre 15 y 20 m2 de tejados por vivienda en diferentes tipologías de edificación; una superficie más que suficiente para cubrir el suministro de ACS de los residentes, ya que es suficiente 1 m2 de captación solar por persona.
De obligado cumplimiento
La medida, pionera en España, es obligatoria en comunidades de más de 14 viviendas o que consuman un mínimo de 2.000 litros de agua caliente sanitaria al día. También deben colocarse en todos aquellos edificios que se reformen o cambien de uso. El objetivo es cubrir, al menos, el 60% de las necesidades energéticas para abastecerse de ese agua caliente. Debido a la diferencia de altura en los tejados y a las distintas inclinaciones, aquellos edificios que no puedan alcanzar con energía solar el 25% de sus necesidades quedan exentos.
Los usos afectados por la aplicación de la ordenanza municipal de Barcelona son viviendas, centros sanitarios, polideportivos, locales comerciales (con gasto de ACS), plantas industriales (si emplean ACS en los procesos industrilaes o en vestuarios) y cualquier edificio que implique la existencia de comedores, cocinas o lavanderías colectivas. Los primeros esbozos de la ordenanza se hicieron entre 1995 y 1997. Al principio fue difícil convencer, incluso a sectores de algunas administraciones, de la capacidad que un ayuntamiento tiene para adoptar una ordenanza de este tipo. Hoy nadie lo discute.
Imma Mayol, concejala de Salud Pública y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Barcelona, de quien depende la aplicación de la ordenanza, asegura que "una apuesta decidida por la transformación sostenible nos llevó a plantearnos una serie de medidas que fueran efectivas y fácilmente perceptibles, en la línea de iniciar políticas emblemáticas desde la administración para que la ciudadanía vaya tomando, cada vez más, conciencia de la necesidad de vivir bien sin hipotecar el futuro".
El primer obstáculo fue vencer las reticencias que conlleva el hecho de imponer una norma, "pero valoramos dice Mayol que éste era un paso necesario que debía acompañar a toda nuestra estrategia de educación ambiental, eso sí, buscando la complicidad con los sectores más afectados por la ordenanza, como son los promotores y constructores. Por ello, establecimos ese primer año de 'consenso', para intentar vencer la oposición inicial de estos colectivos que, aduciendo cuestiones como el encarecimiento de las obras o las dificultades en la instalación y mantenimiento de las placas solares, no veían con buenos ojos la obligatoriedad de incorporar la energía solar térmica".
Un 220% más que el año pasado
Los efectos de la ordenanza solar son evidentes. Barcelona prevé contar a finales de 2001 con unos 5.233 metros cuadrados de colectores solares térmicos repartidos entre edificios públicos y privados, lo que supone un incremento del 220% respecto a la superficie que existía en julio del año pasado, cuando entró en vigor. Entonces, los colectores solares de Barcelona ocupaban 1.632 m2. Desde la obligatoriedad de la ordenanza municipal, se han instalado o autorizado instalaciones sobre todo en hoteles y nuevas viviendas de promoción pública y privada.
Para Pep Puig, "la ordenaza solar de la ciudad de Barcelona es una clara muestra de lo que es posible hacer si se conjugan la voluntad política con decisiones políticas, la capacidad técnica ofrecida por empresas y técnicos competentes en energía solar y la implicación popular, sobre todo de ONG activas en el campo de la energía".
La ordenanza de Barcelona es solo un pequeño ejemplo de lo que es posible realizar en las ciudades de nuestro entorno geográfico. Por ejemplo, en Barcelona, en un año tipo, se consumen 480.000.000 termias de gas natural para ACS (o sea 558.139.535 kWh) y 407.942.893 kWh de electricidad para el mismo fin. Totalizan: 966.082.427 kWh/año. Pues bien, para calentar con el sol el ACS que se consume en la ciudad se necesitaría solo una superficie de 161 hectáreas. Ello representa cubrir con captadores solares menos del 3% de toda la superficie disponible en tejados y terrazas de la ciudad.
O lo que es lo mismo, 1,07 m2 por habitante, o 2,4 m2 por vivienda.
Y no es nada caro, entre otras cosas porque los propietarios e instaladores pueden solicitar ayudas oficiales y subvenciones, que llegan a cubrir el 60 del coste de la instalación. La rentabilidad está asegurada a medio plazo.
El balance ambiental lo dice todo. Calentar con gas natural y electricidad el ACS que se consume en Barcelona supone lanzar a la atmósfera más de 200.000 toneladas de CO2 y generar 1.400 toneladas de residuos radioactivos al año. Que se pueden evitar con la energía solar.
La ordenanza solar de Barcelona en cifras Desde su entrada en vigor se han tramitado o estan en proceso de trámite licencias de construcción de nuevos edificios, reforma integral, rehabilitación o cambio de uso de edificios con las siguientes disposiciones totales de placas solares: |
El Parlamento andaluz aprobó en marzo una propuesta no ley en la que se insta a la Junta y a todos los ayuntamientos a que incorporen a sus ordenanzas de edificación la obligatoriedad de realizar la preinstalación de placas de energía solar en cualquier edificio de nueva planta.
En la recomendación, presentada por el PSOE y aprobada por unanimidad, se pide que los colegios oficiales de arquitectos, ingenieros y arquitectos técnicos andaluces incorporen también esta iniciativa, y que la Junta la extienda a la construcción de viviendas de protección oficial. Durante la defensa de esta iniciativa, el portavoz del PSOE, Guillermo Gutiérrez, señaló que "la obligatoriedad de preinstalación eliminaría el problema de tener que hacer obras en el interior de las viviendas y se incrementaría el uso de este tipo de energía".
En Canarias, el Parlamento aprobó por unanimidad, en el mes de mayo, una proposición de ley por la que se establece que las viviendas y edificios para uso agrario, docente, hotelero y cultural, entre otros, deberán construirse con preinstalación de sistemas de energía solar térmica. Y en Madrid, tras las críticas recibidas, entre otros, por la oposición socialista y la organización ecologista Greenpeace, el Ayuntamiento se ha comprometido a firmar cuanto antes un convenio de colaboración con el IDAE que incluye la creación de una ordenanza solar.
Y en las Islas Baleares, el Ayuntamiento de Ibiza acaba de aprobar una ordenanza municipal que regula la incorporación de sistemas de captación de energía solar para la producción de agua caliente en los edificios del municipio.La norma se aplicará a nuevas edificaciones o a inmuebles que sean reformados integralmente, tanto si son de titularidad pública como privada. Quedarán excluidas de su aplicación las construcciones situadas en los barrios históricos. Asimismo, estarán sometidas a esta ordenanza las piscinas de nueva construcción.
De vuelta a Cataluña, la Xarxa de Ciutats i Pobles cap a la Sostenibilitat, colectivo que engloba a 191 municipios y entidades catalanes, ha elaborado recientemente un modelo de ordenanza municipal para promover la implantación y difundir las ventajas ambientales de la energía solar. Junto a la instalación de colectores solares térmicos, proponen que los ayuntamientos elaboren una agenda escolar que divulgue los valores de la sostenibilidad entre los estudiantes de secundaria.
El modelo del IDAE
Vista la buena aceptación de la iniciativa de ordenanza de Barcelona, el IDAE se propuso elaborar un modelo de ordenanza municipal que sirviera de base para que cualquier ayuntamiento de España pueda aplicar una norma similar. El modelo fue presentado a mediados de este año y todavía es muy pronto para conocer sus efectos pero "la acogida ha sido excelente", según Juan Antonio Alonso, director de Promoción del IDAE. "Son muchos los municipios que están estudiándolo, desde pequeños ayuntamientos a capitales de provincia, porque cada caso puede requerir ciertas adaptaciones".
Como parece lógico, una ordenanza municipal similar a la de Barcelona exige mayores esfuerzos en una gran ciudad que en un pueblo de 5.000 habitantes. Madrid, por ejemplo, es una de las ciudades que está estudiando adaptar el modelo de ordenanza del IDAE para superar la complejidad que supone sus exigencias. Pero otros lo han hecho y esa es la prueba evidente de que con voluntad no hay complejidades insalvables.
Juan Antonio Alonso explica que la idea de elaborar un modelo de ordenanza solar "surge porque, tratandose de consumidores dispersos uno a uno gastan poco pero en conjunto consumen muchísimo es importante combinar promoción con actuaciones normativas para obtener buenos resultados. De momento la sensibilidad ambiental o el compromiso con las energías renovables entre los ciudadanos no permite olvidarse de ciertas medidas de obligado cumplimiento. Y eso que la solar térmica es una de las renovables que mejor entienden los ciudadanos".
Retos futuros
Si hubiera que ponerle algún inconveniente a la instalación de colectores solares térmicos, muchas personas hablarían de su impacto visual, al menos en determinados edificios. Es indudable que los arquitectos juegan aquí un papel importante. De la misma forma que las antenas colectivas han quitado cierto sentido a los versos de Joaquín Sabina "el barrio donde habito no es ninguna pradera, desolado paisaje de antenas y de cables", la integración de los paneles solares en la arquitectura puede, no ya evitar impactos, sino crear edificios dignos de ver. Y hay muchos ejemplos que, de cuando en cuando, ilustran estas páginas.
El actual reto es, según Pep Puig, "aplicar las ordenanzas solares, no sólo a los nuevos edificios sino también en los ya existentes. Y eso requiere voluntad política para hacer caer las barreras existentes que impiden la generalización de la práctica del calentamiento solar de agua en ciudades como Barcelona donde, a pesar del empujón dado, la mayor parte del parque de viviendas no dispone de energía solar térmica". El día que esta obligatoriedad afectara a todos los edificios, viejos o nuevos, la historia de la energía solar cambiaría radicalmente. Hasta el punto de que Pep Puig asegura estar convencido de que "las ciudades se convertirán en productoras de energía, no solo térmica (calor y frío), sino también eléctrica fotovoltaica a partir del sol. De esta forma los sistemas urbanos saldaran su deuda con la naturaleza, deuda que se va incrementando, por cada día que pasa sin tomar las decisiones necesarias para hacer el cambio hacia ciudades solares".
Más información:
www.bcn.es/mediambient/cat/energia/home.htm
www.energiasostenible.org
www.asensa.org