La crisis global y el hecho de que la administración se haya desentendido completamente del cumplimiento del Código Técnico de la Edificación (CTE), que obliga a los constructores a instalar placas solares térmicas en la vivienda nueva, han conducido al sector a una situación de grave estancamiento, según ASIT, que difundió ayer un comunicado en el que "denuncia que la falta de una voluntad decidida de apoyo por parte del gobierno, y más concretamente del Ministerio de Industria, está llevando a un estancamiento de la industria solar térmica de baja temperatura, que, al cierre del ejercicio 2008 había instalado 1.664.000 metros cuadrados de paneles, lo que apenas supera el 30% del objetivo del Plan de Energías Renovables 2005-2010, cifrado en 5.000.000 de metros cuadrados.
En su comunicado, la asociación "lamenta" que, pasados dos años desde la entrada en vigor obligatoria del CTE, concebido para disminuir la demanda energética de los edificios, no se hayan tomado medidas de control "ni realizado ningún tipo de seguimiento del cumplimiento y los resultados" del mismo, y por eso "exige a las diferentes administraciones que pongan en marcha todas las medidas a su alcance para que se cumpla el Código Técnico de Edificación". Según ASIT, la próxima Ley de Energías Renovables, de la que derivará el nuevo plan de energías renovables 2011-2020, tendría que establecer además un marco jurídico "que promoviera que la iniciativa privada sea más importante que las ayudas públicas".
Entre las medidas concretas propuestas por la asociación, el presidente, Juan Fernández (léase entrevista de junio), señala que “la Ley debería establecer un régimen especial de producción térmica a partir de fuentes de energías renovables, con un registro administrativo para este tipo de instalaciones; dicho régimen tendría que contemplar un marco jurídico y económico que incentivara la obtención de energía para usos térmicos a partir de fuentes renovables”. Las ayudas deberían incentivar la eficiencia o energía útil generada, lo que provocaría, a su vez –según el máximo representante de la asociación–, que "el sector invirtiera en la eficiencia de sus productos para abaratar costes y ser más competitivos”.
En la raíz de esta reclamación se hallan dos motivos: el éxito que ha demostrado el régimen especial como herramienta de lanzamiento de otras tecnologías renovables –como la fotovoltaica o la eólica– y el fracaso del "modelo de ayudas a la inversión inicial al metro cuadrado", modelo que se ha revelado "ineficaz", según ASIT. En todo caso, la asociación propone un plan puente de actuación inmediata para salir de la situación de estancamiento actual y "dado que aún puede tardar meses la publicación de la Ley de Energías Renovables" y dada también la previsible complejidad para establecer los mecanismos que requieren la aplicación de un régimen especial para incentivar la producción energética con solar térmica.
De momento, un plan puente urgente
Ese Plan Puente de ASIT prevé la creación de una Línea de Promoción de Grandes Consumos de energía solar térmica mediante un programa de ámbito nacional, gestionado por la secretaría de estado de Energía a través del IDAE. La propuesta de ASIT, concreta su presidente, “requiere un presupuesto público para los dos primeros años de 28 millones de euros y permitiría la instalación de 300.000 metros cuadrados de paneles solares y la creación de 4.000 puestos de trabajo”.
La cifra (veintiocho millones de euros), comparada con algunas otras partidas recién aprobadas por el gobierno, no parece especialmente elevada. El Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local del Plan E, por ejemplo, cuenta con 5.000 millones de euros, que pueden solicitar desde el pasado cuatro de noviembre ayuntamientos, mancomunidades y agrupaciones de municipios.
Otra hucha en la que sí parece haber recursos públicos es la del carbón. Hace apenas unos días, Greenpeace pedía la retirada de la propuesta de Real Decreto que prepara el gobierno para primar la quema de carbón nacional en las centrales térmicas. Según esa organización ecologista, el coste total de esas ayudas “sería de 1.550 millones anuales en el periodo 2010-2012, 4.650 millones en total".
El sector del automóvil también es buen ejemplo. La semana pasada, precisamente, Seat emitía un comunicado en el que se felicitaba por la subvención –40 millones de euros– que le acaba de conceder el gobierno (20 de noviembre) para que ponga en marcha el proyecto denominado Verde, de creación de "las bases tecnológicas para el desarrollo y fabricación de vehículos híbridos y eléctricos en España". Si dividimos los 28 millones de euros solicitados por ASIT entre los puestos de trabajo que el sector promete (4.000), el ratio sale a 7.000 euros por empleo.
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www.asit-solar.com