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Contadores eléctricos reversibles para la autogeneración y autoconsumo de energía eléctrica

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Una de las últimas actuaciones del gobierno socialista fue aprobar el Real Decreto 1699/2011 para regular la conexión a la red de las instalaciones de producción de electricidad de pequeña potencia, popularmente conocido como autoconsumo. Ya era hora que una disposición como ésta se llevara a cabo, porque un creciente número de usuarios de la electricidad hacía tiempo que la estaban pidiendo.

¿Qué ventajas tiene la generación de electricidad in situ, o sea, el consumo directo de la energía eléctrica que se genera en el mismo lugar donde hay necesidad (autogeneración-autoconsumo)? La primera es que se evita tener que generarla en un lugar alejado del punto de consumo, transportarla y distribuirla hasta el punto donde se necesita. Como transportar y distribuir la electricidad conlleva unas determinadas pérdidas, generarla cerca tiene un primer beneficio evidente: evita las pérdidas asociadas al transporte y la distribución.

Si además la generación de electricidad se hace a partir de la captación de los flujos biosféricos (la radiación solar, la fuerza del viento y del agua), entonces tenemos una segunda ventaja: evita la quema de combustibles fósiles en las ineficientes centrales térmicas y se evita la fisión de Uranio-235 en las peligrosas centrales termo-nucleares. Y dejando de quemar combustibles fósiles y de fisionar núcleos de los átomos del Uranio-235 se evita la introducción en la atmósfera de gases de efecto invernadero (calentamiento de la atmósfera), de óxidos de azufre y de nitrógeno (lluvias ácidas) y se evita la emisión al aire y al agua de radiactividad.

Y ¿quién puede generar energía eléctrica en el lugar donde se necesita? Hasta hace poco, la función de generar electricidad estaba reservada a las compañías eléctricas (cuando el mercado estaba monopolizado), pero desde que el mercado eléctrico se liberalizó, cualquier actor tiene reconocido el derecho a intervenir en este mercado. Esto ha dado lugar al nacimiento de los llamados generadores independientes (independientes de las compañías eléctricas) que empezaron a generar electricidad y venderla en el mercado libre (mediante el llamado “régimen especial” de generación)

A la vez, el desarrollo tecnológico ha hecho posible que hoy haya numerosas tecnologías de generación sobre todo para la captación de las fuentes de energía renovable y su transformación en electricidad. Y estas tecnologías hoy están disponibles para su uso, desde potencias muy pequeñas hasta potencias considerables.

Todo ello hace que hoy existan las condiciones necesarias para un sustancial cambio en el sistema de generación y uso de la energía eléctrica al menos tal como la hemos heredado del siglo XX: un sistema altamente centralizado, basado en la generación en gigantescas centrales (muchas veces muy alejadas de los puntos de consumo), en su transporte en líneas de muy alta tensión, su distribución en líneas de media y baja tensión, hasta llegar a los puntos de consumo.

Hoy se puede generar electricidad en cualquier punto de consumo, por muy pequeño que sea, mediante la captación de la radiación solar y su transformación en electricidad con la tecnología fotovoltaica, lo que abre la puerta a que todos los edificios (viviendas, servicios, industriales, agrícolas, ganaderos) se conviertan en generadores, dando otro uso a los tejados como centrales de generación de electricidad. Este simple hecho, supone una transformación radical de los sistemas eléctricos aún vigentes, ya que con el acercamiento de la generación al consumo, se descentraliza el sistema.

Mientras que en el sistema eléctrico convencional centralizado, la generación debe seguir el consumo (variable a lo largo de día), en el caso de un sistema eléctrico descentralizado, al no ser coincidentes los perfiles horarios de generación y de consumo, se hace necesario emplear sistemas de almacenamiento para acumular la energía generada sobrante que no es utilizada. Y, hoy por hoy, una de las mejores formas de almacenar la energía generada sobrante es inyectarla en la red, usando la red como “almacén”.

En el Decreto aprobado se ha abierto la puerta para que los generadores autoconsumidores tengan que pagar peajes por el uso de la red. Puede tener su lógica, pero recientemente en California un juez ha declarado ilegales la imposición de pagos similares. Lo que no tendría ninguna lógica es que en el desarrollo del Decreto se dijera que los autoconsumidores deberán pagar peajes por uso de la red y en cambio no se dijera una palabra del pago que se debería hacer a los generadores autoconsumidores por los servicios que éstos prestan al sistema (evitan la generación, el transporte y la distribución de energía eléctrica hasta el lugar donde se necesita). Cada kWh generado in-situ con energías renovables, evita tener que quemar combustibles fósiles y fisionar uranio-235, evita la emisión de gases contaminantes y gases de efecto invernadero, evita el vertido de radiactividad en la biosfera, evita las pérdidas debidas el transporte y la distribución, etc. Evita muchos costes y de todo tipo.

¿Como contabilizar todo esto?. Hay, desde hace mucho tiempo, una forma bien simple de hacerlo: contadores de electricidad reversibles. Estos artefactos cuentan los kWh que el usuario importa de la red y descuentan los kWh que el autoconsumidor vierte a la red (el exceso de energía eléctrica generada y no utilizada por el usuario). Es la forma más simple de valorar con equidad la generación de electricidad en el mismo lugar donde se utiliza.

Querer poner peajes por el exceso de electricidad no utilizada e inyectada a la red, es mirar el sistema eléctrico desde el lado de los oligopolios. Si miramos el sistema eléctrico desde el lado de la ciudadanía, la electricidad no utilizada por quien la haya generado la usará el vecino o los vecinos, con lo cual disminuirá la cantidad de electricidad que los oligopolios deberán generar, transportar, distribuir. De hecho se podría decir que la electricidad generada y no utilizada por el autogenerador-autoconsumidor, se “regala” al sistema para que él la pueda vender sin que lo haya tenido que generar, transportar y distribuir. Por lo tanto, se evitan costes muy reales y cuantificables al sistema. Y haber evitado estos costes, hace que cuando el autogenerador necesite más electricidad que la que su sistema de generación le proporciona, la red le provea la diferencia sin ningún cargo, ni coste alguno, ya que él antes la habrá “regalado”.

Si los poderes públicos, al legislar, estuviesen al servicio de los intereses generales de la sociedad y no al servicio de los intereses particulares de pocos oligopolios energéticos, el tema de la autogeneración-autoconsumo hace tiempo que estaría legislado y solucionado. Pero he aquí que hoy tenemos que discutir y defender cosas elementales para evitar los abusos de poder de aquellos que mientras disfrutan de los privilegios heredados de los tiempos pasados, cuando eran monopolios, quieren imponer peajes injustos y abusivos a aquellas personas que ejercen el derecho a generar su propia energía de forma limpia y eficiente.

Si el gobierno legisla la imposición de peajes a los autoproductores-autogeneradores será un claro abuso de poder y una muestra más de que el gobierno se pliega a los intereses de los oligopolios incendiarios del clima. Entonces solo cabrá una respuesta: ¡insumisión ciudadana! tal como, hace algún tiempo, propuso la Fundación Tierra con el ingenio de la guerrilla solar.

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best
Tenemos que pedir la INTERMALIZACION de todos los costes en el sector energético. No se puede seguir diciendo que la nuclear y las fósiles son baratas. Que el autoconsumidor deba Pagar peajes es un abuso.
vicent
Para realizar esto, tenemos (energias renovables) que ganarnos (sobornar) a los politicos, como hacen los no renovables (Endesa, Ibertrola, Repsol, Gas anti-natural, ....) ¿como? Dandoles un buen sueldo cuando dejan la politica (Elena Salgado, Aznar...)
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