En 2019, todas las miradas estaban puestas en la selva amazónica debido a los miles de incendios sin precedentes que la destruían. Las redes sociales se inundaron de imágenes desgarradoras y de llamadas de alerta, muchas de ellas de personas famosas. Sin embargo, dos años después, la deforestación en la Amazonia brasileña sigue creciendo y ya ha alcanzado el nivel anual más alto de la última década.
Un nuevo informe del Grupo de Investigación Stand.earth –publicado ayer por The Guardian– vincula a las principales marcas de moda con su destrucción. A raiz de este estudio, Slow Factory se ha asociado con Stand.earth, Model Mafia y otras personas del mundo de la moda para pedir un cambio en toda la industria, empezando por los requisitos de "diligencia debida" en la cadena de suministro internacional.
Para realizar la investigación, se analizaron casi 500.000 datos aduaneros obtenidos de múltiples proveedores, y todos ellos se cruzaron luego con información recogida de otras fuentes, con el objetivo de descubrir cadenas de suministro ocultas. Estos son las principales conclusiones del trabajo:
• Más de 100 marcas tienen vínculos en la cadena de suministro con exportadores de cuero brasileños, incluido el mayor exportador conocido por participar en la deforestación del Amazonas.
• Algunas de estas marcas son Adidas, Nike, Coach, Prada, Zara, Ralph Lauren, Tommy Hilfiger, New Balance, Teva, UGG y Fendi. Todas ellas tienen múltiples conexiones con la deforestación del Amazonas. Coach, por ejemplo, tiene 10 conexiones identificadas con la deforestación del bosque amazónico.
• Debido a la deliberada oscuridad de las cadenas de suministro de la moda, es extremadamente difícil demostrar una relación directa, pero cada conexión aumenta la probabilidad de que cualquier prenda individual provenga de ganadería ligada a la deforestación (se tala el bosque para convertirlo en prados para el ganado).
• El 30% de las empresas que están detrás de estas marcas tienen políticas explícitas sobre
deforestación, lo que significa que es probable que algunas o todas ellas incumplan sus propias políticas contra el abastecimiento de cuero procedente de la deforestación. Las otras dos terceras partes de las empresas no tienen políticas relevantes al respecto.
• Las marcas suelen escudarse en la afirmación de que sus cadenas de suministro están libres de deforestación ilegal, pero otro estudio realizado en 2020 reveló que casi toda la deforestación en la Amazonia brasileña es ilegal. Y lo que es más importante: a estas alturas, cualquier deforestación acerca a este ecosistema. de importancia crítica para el mundo, al borde del colapso.
Por todo ello, Slow Factory, junto con las otras organizaciones, ha puesto en marcha esta campaña medioambiental centrada en los resultados y no en la imagen que se vende, en la que piden a las marcas que rindan cuentas y les exigen que cumplan con la legislación.
Nos estamos quedando sin el gran pulmón del planeta
Después de alcanzar un mínimo histórico de 4.600 km2 en 2012, la deforestación en el Amazonas ha estado oscilando entre 6.200 km2 y 7.900 km2 al año. De 2018 a 2019, cuando Bolsonaro asumió la presidencia del país, la tala del bosque amazónico sufrió un aumento del 29%, elevándose a un nuevo nivel de alrededor de 10.000 km2. En 2020 llegó a 10.900 km2 y en 2021 aumentó otro 22%, llegando a 13.235 km2, el mayor nivel de deforestación desde 2006.
Todos estos datos corresponden al sistema Prodes, que comenzó a operar en 1988. Desde entonces, la selva amazónica brasileña ha perdido 470.000 km2, una superficie mayor que la de toda Suecia (450 mil km2).
Los pueblos indígenas están sufriendo en primera persona el drama. Como señala Sonia Guajajara, coordinadora ejecutiva de la Alianza de Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), "la deforestación es una cuestión de vida o muerte para los Pueblos Indígenas de Brasil. El gobierno de Bolsonaro ha detenido la demarcación de todas las tierras indígenas y está trabajando implacablemente para revertir nuestros derechos. Su agenda ha aumentado exponencialmente las invasiones de tierras y la violencia contra los Pueblos Indígenas, en gran parte impulsada por los ganaderos. La industria de la moda, que compra estos productos, tiene que elegir un bando. ¿Estará con los que protegen los bosques o con los que los destruyen?".
Modelos como Cameron Russell (cofundadora de Model Mafia) y Amber Valletta (que también es actriz y editora de sostenibilidad del Vogue británico), tienen clara su opción. "La noticia de nuestra amplia conexión con la continua destrucción del Amazonas es a la vez extremadamente preocupante y una oportunidad para que lideremos y hagamos un cambio real. Es hora de ir más allá de aplaudir el activismo de otros y encontrar formas de cambiar nuestra propia industria. Tenemos la oportunidad de dar la cara por toda la humanidad, proteger los pulmones de la tierra y el hogar de tantos indígenas que están en la primera línea del caos climático", ha declarado Ruseel.
"Saber que hay una conexión directa entre el cuero con el que se fabrican nuestros zapatos y bolsos y la destrucción del Amazonas me estremeció mucho. La industria de la moda es una de las más creativas, poderosas e influyentes del mundo. No hay ninguna razón por la que no pueda arremangarse y dejar de ser cómplice de un centímetro más de deforestación del Amazonas", añade Valletta.