Notamos una falta de atención al mantenimiento de las plantas renovables actuales y futuras, y a la adaptación operativa necesaria para integrar baterías y electrolizadores en los proyectos renovables. Entendemos que los planes son documentos generales y que el mantenimiento es implícito, ya que es crucial para la máxima disponibilidad de las plantas. Sin embargo, la realidad es que gestionar estos proyectos se vuelve cada vez más complejo. Por eso, se necesita un análisis más detallado y un plan de acción específico para abordar esta situación adecuadamente.
Al igual que en cualquier actividad intensiva en mano de obra, el principal reto en el mantenimiento es la falta de personal cualificado. No solo necesitamos captar nuevos profesionales con las habilidades técnicas y la motivación adecuada, sino también de fidelizar a los existentes. Trabajar en renovables es exigente al haber tareas que implican trabajos en altura, en lugares remotos o una disponibilidad horaria amplia. Esto exige una remuneración acorde para evitar la competencia con sectores más “tranquilos”.
Los bajos precios de la electricidad, en gran parte debido al efecto de la fotovoltaica, junto con los altos costos de inversión en algunos proyectos (ya sea por la compra de derechos, el encarecimiento de equipos o el retraso en la puesta en marcha), hacen que los gastos operativos deban absorber los flujos de caja inicialmente previstos. Esto incrementa la presión sobre los contratos de mantenimiento de las plantas y dificulta aumentar los salarios y compensaciones, necesarios para fidelizar y atraer personal con experiencia.
El mantenimiento preventivo sigue siendo fundamental
Dado que la instalación de sensores específicos para cada planta y tecnología, así como los modelos y protocolos de comunicación, son costosos y complejos, la implementación de modelos de mantenimiento predictivo no es viable por ahora. Por ello, el mantenimiento preventivo sigue siendo fundamental para garantizar la calidad de los servicios de mantenimiento.
Son varias las empresas que ofrecen diferentes soluciones de gestión de datos mediante digitalización e incluso de IA. Sin embargo, esto requiere identificar claramente los KPIs, que pueden variar según los precios del mercado eléctrico, las restricciones técnicas y la flexibilidad para reprogramar mantenimientos preventivos y correctivos. Es fundamental medir variables, filtrar datos y realizar inspecciones periódicas para validar los resultados de los algoritmos y prevenir fallos. Aunque los drones y robots facilitan el trabajo, la presencia humana sigue siendo imprescindible y requerida legalmente.
La duración de los contratos es otro tema clave. En el sector eólico, los contratos generalmente tienen una vigencia de 2 a 4 años, aunque lo ideal sería una duración de, al menos, 6–7 años para aprovechar la experiencia del personal y estabilizar la plantilla. En el sector fotovoltaico, muchos contratos son anuales o de un máximo de 2 a 3 años. Esto es especialmente importante en áreas rurales como la España vaciada, ya que garantiza la continuidad laboral y ayuda a evitar el éxodo hacia zonas más pobladas.
Otro aspecto importante es la coexistencia de diversas tecnologías de distintas antigüedades y complejidad técnica. En el sector eólico, por ejemplo, tenemos aerogeneradores que han superado su vida útil de diseño de 20 años, pero que mantienen una alta disponibilidad gracias a un mantenimiento adecuado. Estos conviven con nuevas tecnologías que tienen más electrónica de potencia y mayor tamaño. Los aerogeneradores más antiguos requieren especialización, por lo que es importante mantener la estabilidad del personal con experiencia. Por otro lado, los nuevos aerogeneradores son generalmente mantenidos por los tecnólogos, debido a su conocimiento, la necesidad de repuestos específicos y la necesidad de contratos a largo plazo que garanticen ingresos recurrentes para amortiguar la volatilidad en la venta de máquinas.
Instalaciones cada vez más complejas
En el sector fotovoltaico, existen muchas plantas antiguas con inversores de 100 kW que requieren mantenimiento preventivo y correctivo en campo. Al mismo tiempo, existen muchas plantas nuevas con inversores de string que se pueden reemplazar fácilmente en caso de fallo. Además, la amplia variedad de modelos y sistemas de seguidores solares añade complejidad al mantenimiento de estas instalaciones. (En la foto de la derecha, técnico de Magma en una cubierta fotovoltaica).
En cualquier caso, la instalación cada vez más común de trackers, junto con los movimientos de suelo, hincamientos de estructuras y actuadores, convierte la simplicidad teórica de las plantas fotovoltaicas en algo más complejo en la práctica. Además, la rápida construcción, impulsada por las demandas de los clientes, los fondos de inversión que desean vender los activos una vez operativos y los requisitos administrativos de varios reales decretos leyes, añade otra capa de dificultad.
Optimizar los costos en mantenimiento y seguros es clave. Aunque las primas representan una pequeña parte de los gastos de mantenimiento, son cruciales en un modelo económico afectado por imprevistos y bajos precios de venta. Además, los tecnólogos y EPCistas eólicos están dejando atrás los contratos full scope que incluían todos los servicios y repuestos y buscan contratos personalizados que limitan los componentes suministrados y transfieren parte de los riesgos de fallos a las aseguradoras. En este contexto, las aseguradoras, que han renovado su interés en el sector debido al aumento de los criterios ESG (Environmental, Social and Governance), deben tomar un papel más activo en el seguimiento de siniestros y fomentar la inclusión de empresas de mantenimiento que ofrezcan servicios de calidad. La situación se complica aún más con la creciente hibridación de las plantas, que combinan diferentes tecnologías y responden de manera diversa a los códigos de red.
En conclusión, aunque muchos de estos temas pueden considerarse específicos para el PNIEC, sería deseable elevar el debate en el sector y centrarse en la dificultad de alcanzar, operar y mantener eficientemente los objetivos poco realistas.
Estos temas, junto con la presentación de nuevos productos y soluciones innovadoras, se abordarán en Zaragoza los días 4 y 5 de marzo de 2025, durante la tercera edición de ExpoFimer.
Nota: Este artículo se basa en las conclusiones de la Jornada sobre ‘Licitaciones, contratos e indicadores, organizada por Aemer el pasado 18 de septiembre.